La reacción de los nacionalistas catalanes al Mensaje de Navidad de Felipe VI es tan excesiva y desproporcionada que debería hacer reflexionar a Pedro Sánchez sobre los compañeros de viaje que ha elegido para su investidura.

Pese a que el Rey, condicionado como está por las negociaciones para formar gobierno, dirigió a los españoles uno de los discursos más inocuos de los últimos años, lleno de obviedades y buenas intenciones, tanto ERC como JxCat echaron mano del trazo grueso para arremeter contra él.

Belicosa ERC

Gabriel Rufián, portavoz de la misma ERC que está cerrando los flecos de la negociación con los socialistas Ábalos, IllaLastra, comparó las palabras del Monarca con "un mitin de Vox". Incluso ironizó sobre la capacidad de Felipe VI para hablar "de derechos y libertades". El presidente del Parlament, Roger Torrent, también de ERC, aseguraba por su parte que la Monarquía no está "a la altura de las circunstancias".

Torra, al que Sánchez telefoneó la semana pasada para explorar la posibilidad de concretar una "mesa de diálogo" en la que hablar de igual a igual -tal y como exige ERC para facilitar la investidura del líder socialista-, no se quedó atrás. A las palabras del Rey en las que apuntaba que Cataluña es una de las "serias preocupaciones que tenemos en España", el presidente de la Generalitat respondía: "Lo que es una seria preocupación es el Estado español en Europa, que incumple los derechos humanos e incumple las resoluciones y niega a los catalanes ejercer el derecho a la autodeterminación". E insistía en "culminar el proceso de independencia".

Templar gaitas

Las alabanzas del PSOE, PP, Ciudadanos y Vox al mensaje de Felipe VI fueron tópicas e incluso exageradas, y en ningún caso pueden neutralizar los excesos de quienes tienen hoy la llave de la gobernalidad de España. Curiosa fue la reacción de Podemos, que desde que se ha visto con un pie en la Moncloa ha trocado sus belicosas posiciones de antaño por el arte de templar gaitas.

La fiereza de las críticas de los separatistas confirma que uno de sus objetivos a batir es la figura del Rey, al que acertadamente identifican como símbolo y uno de los pilares básicos de nuestro sistema democrático. ¿Es posible construir algo en beneficio de España con quienes se han propuesto destruir la Corona? Un argumento más para que Sánchez deje de buscar la abstención tramposa de ERC.