La ministra de Igualdad, Ana Redondo.

La ministra de Igualdad, Ana Redondo. PSOE PSOE

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¿Qué les pasa a las mujeres del PSOE?

Si no tienes dignidad y no tienes neuronas, sólo hay una cosa que puede protegerte de ti mismo: el miedo al ridículo.

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A Pedro Sánchez le está pasando que, en vez de ir aclarando los escándalos, se le van amontonando.

Se sustituyen los unos por los otros, sin solución de continuidad, como dándose el testigo en una carrera de relevos en la que se premiará al presidente por su capacidad para subir a la cima escalando el vertedero de sus propios problemas.

No por nada su autobiografía se llama Manual de resistencia.

El presidente es un sherpa de crisis institucionales. Un explorador de las posibilidades que ofrece maltratar la Constitución. Un solitario coronador de cumbres a las que nadie había llegado antes.

No tendremos vida para agradecer su creatividad política.

Sin embargo, como sabe todo buen montañero, lo más importante es elegir bien a tus compañeros de camino. Cosa que a Sánchez se le da especialmente mal.

A Sánchez le dio por sustituir a un presunto putero por un presunto baboso. Ya es una presunta mala suerte, ¿eh? Este pobre hombre sólo sufre decepciones por parte de sus amigos.

El 'caso Salazar' tendrá que resolverse como proceda.

Pero, mientras tanto, no deja de ser curioso que solo hayan salido mujeres a flagelarse, a pedir disculpas, a reiterar una y otra vez el compromiso feminista del PSOE, a denunciar la inacción.

Como ya explicó Beatriz Becerra en este diario, nada se le da mejor a Sánchez que poner a las mujeres en el escaparate para tapar los agujeros de su trastienda.

Y lo que resulta cero sorprendente, pero no por ello menos decepcionante, es que esta misma semana el Ministerio de Igualdad haya decidido publicar un informe de veinte páginas alertando del auge del término ‘Charo’ en redes sociales.

Pilar Alegría junto a la ministra de Igualdad, Ana Redondo.

Pilar Alegría junto a la ministra de Igualdad, Ana Redondo. Europa Press

El informe lamenta cómo la propagación de semejante insulto es un arma de misoginia que está impidiendo que la juventud se identifique con la doctrina incontestable de la Iglesia Socialista de la Salvación Feminista.

Traduzco: que los jóvenes estén rechazando el feminismo es culpa de Forocoches y no tiene absolutamente nada que ver con que, en la semana del escándalo Salazar, la prioridad institucional sean las 'Charos'.

No tiene nada que ver con que las mujeres del PSOE que se hacen llamar feministas no hayan exigido explicaciones inmediatas a su líder.

Y ya no de Salazar, sino de por qué sus más cercanos están ahora involucrados en una trama de corrupción y de prostitución.

Por qué los delitos de violencia sexual aumentan, cuando lleva siete años en el Gobierno.

Por qué crece, y no disminuye, el número de mujeres que necesitan el Ingreso Mínimo Vital.

O por qué falla el sistema de control de los agresores mediante pulseras.

Cada vez estoy más a favor de la vergüenza como mecanismo básico de la brújula moral. Si no tienes dignidad y no tienes neuronas, sólo hay una cosa que puede protegerte de ti mismo: el miedo al ridículo.

No echo la culpa del 'caso Salazar' a ninguna mujer. Pero sí pido a las que se adjudican la representación de las mujeres en el partido que nos gobierna que ejerzan con mucha más responsabilidad la tarea que dicen tener encomendada.

¿Saben acaso que la izquierda está perdiendo a los jóvenes y a las clases más desfavorecidas, y que ahora corren el riesgo de que les pase lo mismo con las mujeres?

El PSOE no tiene una crisis puntual. Tiene un ecosistema creado para expulsar a todo y a todos los que amenacen la posición del amado líder.

El presidente fía ahora mismo toda su supervivencia al desgaste del tiempo y no a la aclaración de los hechos. Y las mujeres a su alrededor le salvan la cara.