Soldados israelíes operan en la Franja de Gaza en una foto difundida el 22 de enero de 2024.

Soldados israelíes operan en la Franja de Gaza en una foto difundida el 22 de enero de 2024. Fuerzas Armadas de Israel Reuters

Oriente Próximo

Hamás se rearma en el norte e Israel rodea Jan Yunis, en el sur, en el día más letal para sus tropas

En las últimas horas, se han filtrado rumores de dos posibles ofertas israelíes de tregua, pero ambas parecen poco lógicas.

24 enero, 2024 03:15

Los peligros de iniciar una operación a gran escala sin tener claro cómo vas a terminarla son enormes. Tanto Estados Unidos como la Unión Europea le avisaron de ello a Israel en su momento, tras mostrarle todo su apoyo por la masacre del 7 de octubre. El día a día en Gaza parece darles la razón: el gobierno de Netanyahu no sabe muy bien qué hacer para recuperar a los rehenes, destruir a Hamás y mantener sanos y salvos a la gran mayoría de sus soldados, los tres objetivos declarados al inicio de la guerra.

El pasado lunes murieron hasta 24 militares israelíes en territorio palestino. Es, con mucho, la peor cifra desde el inicio del conflicto. Tres fallecieron en combate y otros veintiuno en una extraña explosión en la frontera sur de Gaza con Israel. La noticia cayó como un mazazo en el estado hebreo y ya se ha abierto una investigación al respecto. No se sabe si los soldados en su mayoría reservistas encargados de la limpia de explosivos en un edificio y entre los 25 y los 34 años fallecieron como resultado de una detonación accidental o si la explosión fue provocada por un misil que habría caído en las cercanías.

Los más críticos con la operación militar atacarán a Netanyahu por el excesivo tiempo unos dos meses que llevan sus tropas en Gaza. No les faltará parte de razón: seguimos sin saber qué busca Israel en territorio palestino y los muertos se apilan a millares. Ha destruido toda la infraestructura de la Franja con la excusa de que todo lo utiliza Hamás, ha dejado a miles de personas sin hogar y ha perdido a cientos de sus propios hombres. Todo esto sin un plan de paz en la cabeza y sin ser capaces de llegar a un acuerdo para una tregua estable.

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Ahora bien, lo peor puede estar por venir justo donde Israel sí ha retirado sus tropas. Parte del problema de no tener una estrategia definida es que se improvisa. Cuando la operación en Gaza City se dio por acabada, así como en el resto del norte de la Franja, las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF por sus siglas en inglés) decidieron desplazar algunas unidades al sur mientras otras volvían directamente a casa. Por supuesto, nadie pensó en qué venía después, es decir, quién iba a tomar el poder y reorganizar el día a día en las calles una vez esas tropas dejaran de patrullarlas.

Hamás se recompone en el norte

Según el Institute for the Study of War en su análisis de este martes, quien se ha aprovechado de ese vacío ha sido, cómo no, Hamás. El think tank estadounidense estima que tanto en Gaza City como en las ciudades aledañas se están volviendo a formar grupos activos de resistencia terrorista. Se valen de la desesperación, la destrucción, la pobreza y la falta ajena de medios y suplen todo esto con el dinero y los activos que aún guardan en los túneles que no han sido requisados por el ejército israelí. Recordemos que, aunque la vida en Gaza haya sido siempre miserable en lo económico, Hamás lleva años recibiendo generosísimas ayudas de Qatar, Turquía y buena parte del mundo árabe, valoradas en miles de millones de dólares.

De confirmarse lo apuntado por el ISW, Israel se encontraría ante un callejón sin salida. Tendría que volver a mandar tropas al norte para controlar la zona y dejarlas ahí, con el riesgo enorme que eso supone. También tendría que decidir cuánto tiempo exactamente van a quedarse, pues tanto Estados Unidos como los países vecinos han insistido repetidamente en que Israel no puede quedarse en Gaza y ni siquiera ven con buenos ojos la creación de una zona de seguridad en la frontera que coma, en la práctica, territorio a los palestinos.

No solo eso, sino que lo que ha sucedido en el norte podría repetirse en el sur. Israel tiene la ciudad de Jan Yunís rodeada, según sus propios informes, y ha iniciado el ataque a los hospitales de Al-Nasser y Al-Amal, donde están supuestamente los líderes de Hamás en la zona, empezando por el sanguinario Yahya Sinwar. De nuevo, la pregunta es la misma: ¿qué pretende Israel ocupando todo el sur? Está obligando a los desplazados del norte a huir a Rafah o a volver a sus casas destruidas y no acaba de encontrar a los rehenes que venía buscando. 

El drama de los rehenes

De hecho, hay que recordar que las IDF solo han conseguido rescatar con vida a un rehén, muy al inicio de la operación. Encontraron a otros tres, pero los tirotearon por equivocación, lo que da una idea de hasta qué punto la confusión reina en esta ofensiva. Ahora mismo, se calcula que hay unos cien secuestrados con vida, aunque cada día que pasa pone en riesgo la salud de todos ellos y ni siquiera está claro si están en manos de Hamás, de la Yihad Islámica o en casas de civiles, escondidos entre los miembros de distintas familias escogidas.

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Israel solo ha conseguido devolver a casa a sus ciudadanos cuando ha llegado a un acuerdo con Hamás. Fue a finales de noviembre y durante menos de una semana. Negociar con terroristas es complicado, pero nadie sale a decirlo claramente: “No vamos a ceder, si eso implica la muerte de los rehenes, caiga la culpa en los que los secuestraron”. Al contrario, se sigue vendiendo como factible la opción de conseguir acabar con Hamás y a la vez recuperar a los rehenes cuando en realidad no se está consiguiendo ninguna de las dos cosas.

En las últimas horas, se han filtrado rumores de dos posibles ofertas de tregua, pero ambas parecen poco lógicas. Primero, se dijo que Israel ofrecía dos meses de alto el fuego a cambio de la liberación de todos los rehenes. Era extraño porque esa misma oferta la hizo Egipto en su momento e Israel la rechazó. Le parecía una tregua demasiado larga e ideal para que Hamás se recompusiera. Este martes, la CNN citó a responsables israelíes que negaban la oferta, con lo que habrá que dar esa vía por cerrada.

El dilema de los dos Estados

También se ha rumoreado la posibilidad de dejar salir a los líderes de Hamás a cambio de los rehenes, pero sería un contrasentido. Se supone que Israel lleva dos meses y pico en Gaza para acabar con esos mismos líderes de Hamás. Han primado ese objetivo sobre el de la negociación por los rehenes. ¿Cómo explicaría ahora Netanyahu que los Sinwar o Mohammed Deif pudieran huir a Qatar o a Irán con permiso de su gobierno? Habrá que estar atentos por si ese giro de guion se confirma o es otro globo sonda.

El siguiente paso será decidir qué hacer cuando los rehenes sean liberados y toque retirarse de Gaza. La Unión Europea volvió este martes a insistir en la creación de un Estado palestino, siguiendo la línea estadounidense. Ahora bien, aquí, más allá de las buenas intenciones, vuelve a no vislumbrarse plan alguno: ¿qué Estado palestino?, ¿dirigido por quién?, ¿tiene la Autoridad Nacional Palestina y en consecuencia Fatah capacidad de organizarse en un territorio hostil para ellos como es Gaza o será más bien Hamás quien acabe dominando también Cisjordania? ¿Se puede reconocer un Estado gobernado por terroristas cuyo único fin es eliminar a su vecino? Y, sobre todo, ¿se puede imponer a ese vecino tal convivencia? Demasiadas preguntas para tantas afirmaciones.