Judíos ultraortodoxos de Neturei Karta.

Judíos ultraortodoxos de Neturei Karta. Cedidas a EE.

Oriente Próximo

Hablamos con los judíos ultraortodoxos que odian a Israel: "Lloramos por los palestinos de Gaza"

EL ESPAÑOL conversa con el rabino Yisroel Dovid Weiss, portavoz del grupo ultraortodoxo antisionista y pro-palestino Neturei Karta. "No van a matar en mi nombre", dice el religioso. 

21 octubre, 2023 02:56

"Lo que está sucediendo ahora en Gaza es una tragedia terrible". El rabino Yisroel Dovid Weiss pronuncia las primeras palabras despacio, masticando, entre silencios, cada una de las letras. Quiere dejar clara su postura desde el principio. Luego, de corrido, lanza un largo discurso que, paradójicamente, puede sintetizarse en una sola frase, la misma que lleva escrita (en inglés, hebreo y árabe) en la solapa de su levita negra: "Soy judío, no sionista"

Nacido en Estados Unidos en 1956, el rabino Weiss es el portavoz de Neturei Karta, un grupo ultraortodoxo que exige la desaparición del Estado de Israel. Desde Nueva York, recibe la llamada de EL ESPAÑOL. A su espalda hay anclada una bandera de Palestina. "Si hoy estoy aquí es para que la gente deje de pensar de una vez para siempre que la masacre que está sucediendo en Palestina es por un conflicto entre judíos y musulmanes", asegura. "Es una cuestión territorial provocada por el sionismo", añade. 

Desde su fundación a finales de los años 30, los miembros de Neturei Karta (que en arameo significa Guardianes de la Ciudad) quieren aniquilar el Estado hebreo, creado en 1948. Entre otras cosas porque consideran que su mera existencia es una ofensa. "Dios nos expulsó de nuestra tierra para castigarnos y solo el Mesías puede devolvérnosla. En la Torá se dice que se nos llamará a la Tierra Santa, pero una vez que hayamos alcanzado el más alto nivel de pureza y santidad, y la humanidad sea redimida", detalla Weiss.

El rabino Yisroel Dovid Weiss durante su conversación con EL ESPAÑOL.

El rabino Yisroel Dovid Weiss durante su conversación con EL ESPAÑOL.

Precisamente por eso él se opondría al Estado de Israel "aunque estuviera en Argentina, en Uganda o en medio del desierto más remoto". El rabino no menciona estos dos países al azar: son algunas de las alternativas que tras la Segunda Guerra Mundial se barajaron para crear de la nada un "hogar" en el que los judíos dispersos por el mundo pudiesen reunirse. 

A este grupo ultraortodoxo no sólo le molesta la existencia de un Estado hebreo, sino los medios que, sostiene, se han utilizado para establecerlo. "Cuando Moisés subió al monte Sinaí hace 3.000 años, hicimos un pacto con Dios y acordamos seguir sus mandamientos, que nos exigen ser compasivos, no matar y no robar. Por eso la creación de Israel va en contra del judaísmo, porque nace de robar, matar y oprimir al pueblo palestino", denuncia Weiss. A juicio del rabino, judíos y musulmanes convivían en paz en un mismo territorio hasta que apareció el movimiento sionista y "por egoísmo" despojó a los palestinos de sus tierras. 

"La creación de Israel va en contra del judaísmo: nace de robar, matar y oprimir al pueblo palestino"

Para solidarizarse, los miembros de Neturei Karta llevan años organizando manifestaciones en Nueva York, Londres y Jerusalén, donde se concentran las comunidades de esta rama ultraortodoxa. Esta semana han participado ya en varias protestas en Manhattan, de acuerdo con Weiss. Incluso han colaborado en recaudaciones de fondos para enviarlas a los civiles de Gaza y Cisjordania. En general, piden "que acabe la ocupación y la violencia terrorista contra los palestinos", pero también que el sionismo del Estado de Israel "deje de apropiarse del judaísmo". "No van a matar en mi nombre, no en nombre de los judíos", reivindica.

Sobre este asunto, David Villar, profesor de Estudios Hebreos de la Universidad Complutense de Madrid, explica que el judaísmo nace del exilio de Babilonia, cuando los emigrantes del reino de Judá, que estaban apartados del resto, codificaron sus tradiciones en una religión que llega hasta la actualidad. Mientras, matiza el académico, "el sionismo no es una religión, sino un movimiento político nacionalista surgido en el siglo XIX". Esta corriente, cuyo nombre viene de Sión (como se identifica Jerusalén), defiende que tiene que haber un Estado propio para el pueblo judío, de retornar a la tierra prometida.

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En un principio, sostiene Villar, la mayoría de rabinos, ortodoxos y reformados, se oponían al sionismo. "Hay una frase escrita en la tradición judía que dice que 'Dios ha mandado a su gente a no escalar los muros del exilio y a no rebelarse contra otras naciones', lo que generó un dilema teológico a los judíos ortodoxos", detalla el experto. A partir de ahí surgieron varias corrientes ultraortodoxas, entre ellas la de los jaredíes (literalmente, los que tiemblan ante Dios), a la que pertenece el grupo de Neturei Karta. "Esta postura de rechazo total del sionismo comenzó a disminuir en 1967 [tras la Guerra de los Seis Días] y ahora es minoritaria", aclara Villar. 

Sin subvenciones y sin "la mili"

La comunidad de Neturei Karta, que nació como la escisión radical del partido político jaredí Agudat Israel –que se oponía a la causa sionista pero que acabó formando parte del Gobierno– es una de las pocas que resisten. Y no sólo eso: también es una de las más ruidosas, a pesar de que, en general, los judíos ultraortodoxos acostumbran a vivir al margen de la sociedad y ajenos a las nuevas tecnologías. En total, se estima que el grupo lo componen entre unos 10.000 y unos 20.000 personas. No obstante, son fácilmente identificables porque durante discursos y manifestaciones portan pancartas y carteles con la bandera de Israel tachada. 

Su creencia de que "Israel es una empresa demoníaca" les ha llevado a rechazar absolutamente todo lo que proceda del Estado hebreo. No participan en las elecciones ni reciben subvenciones estatales de ningún tipo. Algunos incluso se niegan a tocar las monedas, los billetes y los símbolos que proceden de Israel. Pero si algo rechazan de lleno los de Neturei Karta es el servicio militar –de casi tres años para los hombres y de dos para las mujeres– que es obligatorio en Israel a partir de los 18 años. "Los judíos no somos militantes", zanja Weiss, mientras muestra las fotografías que guarda en una carpeta de lo que, asegura, son judíos "encarcelados y golpeados" por no querer ser reclutados.

De hecho, el servicio militar ha sido uno de los grandes puntos de discordia del actual Gobierno de coalición israelí liderado por Benjamin Netanyahu. Y es que algunos de los partidos ultraortodoxos que lo forman exigen que se exima a los estudiosos religiosos de participar en el ejército. 

Reunión de negacionistas del Holocausto

El movimiento Neturei Karta no busca sólo proteger la esencia del judaísmo, sino que también intenta evitar que se propaguen sentimientos antisemíticos entre los árabes. "Los sionistas dicen que quien se oponga a ellos es antisemita, y eso no es verdad. Además, ellos son los culpables del odio hacia los judíos", dice contundente Weiss. Trasladar ese mensaje es uno de los motivos que le llevó a reunirse en 2007 con el presidente de Irán, Mahmoud Ahmadine, en una conferencia de negacionistas del Holocausto

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El rabino, que perdió a sus abuelos y a varios familiares más en Auschwitz, no niega ni cuestiona el genocidio de los judíos durante la Alemania nazi. Sin embargo, cree que ha sido explotado para justificar la existencia de Israel. "Fuimos a Irán porque teníamos que hacerle saber al mundo, especialmente al mundo árabe y al mundo musulmán, que no somos sus enemigos", dijo entonces en una entrevista recogida por The New York Times. Esa visita granjeó al grupo enormes críticas dentro de la comunidad judía, donde fueron calificados de "rebeldes" y acusados de "ostracismo". 

Preguntado por el brutal ataque perpetrado por el grupo terrorista Hamás el pasado 7 de octubre en el que murieron 1.400 israelíes, Weiss se limita a decir que "lo sucedido fue horrible". Pero matiza: "Eso no da permiso a Israel con ayuda de Estados Unidos para asesinar a todos los seres humanos de Gaza que, además, no tienen nada que ver con la matanza". "¿Cómo puede el mundo quedarse callado ante esto?", concluye el rabino mientras se ajusta, para que se vea bien a través de la pantalla, la insignia que reza "Soy judío, no sionista".