Donald Trump y Volodímir Zelenski se dan la mano durante una conferencia de prensa en Mar-a-Lago, en Palm Beach (Florida). Reuters
El control de Zaporiyia y la zona desmilitarizada del Donbás: los dos puntos por desencallar en el acuerdo de paz de Trump
Zelenski también ha pedido a Estados Unidos unas garantías de seguridad que duren, como mínimo, tres décadas. La Casa Blanca, de momento, solo las ofrece a 15 años.
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A pesar del optimismo esgrimido por Donald Trump tras la reunión mantenida este domingo en su residencia de Florida con el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, la idea que deja la cita entre ambos es que el acuerdo de paz con Rusia –algo que el estadounidense lleva persiguiendo más de un año– no sólo no está listo para ser firmado sino que, además, todavía puede tardar bastante en llegar.
"He tenido una conversación excelente con Zelenski", comentó Trump durante la rueda de prensa celebrada al concluir el encuentro. "Estamos al 90% de alcanzar un acuerdo", declaró por su parte el líder ucraniano.
El presidente estadounidense, Donald Trump, junto al líder ucraniano, Volodymyr Zelenski
Si uno lee los 20 puntos de la nueva propuesta de paz –la original, acordada entre Estados Unidos y Rusia, constaba de 28– y observa dónde todavía no hay acuerdo, el porcentaje ofrecido por Zelenski es correcto: solo quedarían un par de puntos por resolver.
El problema es que esos dos puntos no son anecdóticos. Todo lo contrario. Es más: uno de ellos –el que afecta a la región conocida como Donbás– es vital para ambos contendientes. Por razones estratégicas pero, también, simbólicas.
Y es que, dejando a un lado la anexión de Crimea por parte de Rusia en el 2014, la guerra que enfrenta a ambos países desde entonces tuvo su origen precisamente ahí: en el Donbás.
Zelenski, dicen los expertos, no puede ceder lo que todavía mantiene Ucrania –un 30% del territorio– sin el riesgo de enfrentar una revuelta ciudadana o, incluso, militar. Y Putin, según han explicado expertos como Mark Galeotti a EL ESPAÑOL, sólo puede firmar una paz que pueda vender como una victoria en Rusia. Algo que sería muy difícil con un pacto que no contemple el dominio total del Donbás.
El otro punto sobre el que todavía no hay acuerdo tiene que ver con la central nuclear de Zaporiyia. Unas instalaciones a orillas del río Dniéper, muy próximas a la línea del frente, pero que se encuentran en manos de Rusia desde marzo del 2022. Kiev querría recuperar su control para evitar, entre otras cosas, que el Kremlin la pueda utilizar contra Ucrania.
Garantías de seguridad
En otro de los aspectos que siempre ha preocupado a Zelenski, el de las garantías de seguridad procedentes de Estados Unidos para evitar que Rusia retome los ataques contra Ucrania una vez firmada la paz, sí parece haber avances.
Según ha informado Christopher Miller, corresponsal del Financial Times en Kiev y alguien con acceso directo al presidente ucraniano, Estados Unidos habría ofrecido una garantía de seguridad de 15 años. Con todo, los ucranianos quieren un período tres veces mayor para disuadir futuras agresiones rusas o, como mínimo, el doble.
"El presidente ucraniano ha solicitado una garantía de hasta 50 años", escribía Miller en la crónica que envió posteriormente a su periódico. "Zelenski le habría dicho a Trump que 15 años sería demasiado poco tiempo para disuadir a Rusia en un conflicto que comenzó con la anexión de Crimea en 2014".
"También le dije que nos gustaría considerar la posibilidad de 30, 40 o 50 años", añadió Zelenski durante la conversación con el reportero. A la hora de escribir estas líneas, la Casa Blanca no se ha pronunciado al respecto.
Un supuesto ataque contra la residencia de Putin
Tras el encuentro de Florida y la rueda de prensa posterior quedó flotando en el aire una pregunta por encima de todas las demás: ¿cuál será el siguiente paso por parte de Putin? Las especulaciones apuntaban a dos posibles caminos: el de participar en las negociaciones buscando ganar en ellas lo máximo posible o el de tratar de boicotearlas.
Casualmente este lunes, un día después de la reunión entre Trump y Zelenski y de las buenas palabras que el primero pronunció sobre el segundo, Rusia ha acusado a Ucrania de haber atacado una de las residencias de Putin con drones.
"Es un paso definitivo hacia una política de terrorismo de Estado", han declarado fuentes del Kremlin. También avisaron de que el ataque obliga a "reconsiderar la postura negociadora" de Rusia.
Zelenski, por su parte, ha asegurado que ese supuesto ataque es "una completa invención destinada a justificar nuevos ataques contra Ucrania". Y destinada, también, a justificar frente a Trump el no querer continuar con las negociaciones y que este, en consecuencia, dirija su ira en la otra dirección.
De hecho, según ha informado hace apenas unas horas la agencia de noticias rusa TASS citando a un asesor gubernamental llamado Yuri Ushakov, al ser informado del ataque Trump se habría mostrado "conmocionado e indignado" por lo "descabellado" del asunto.
Yuri Ushakov y Vladímir Putin durante la reunión con Steve Witkoff, de espaldas en esta foto. Reuters / Sputnik
"Gracias a Dios no les dimos Tomahawks", habría añadido el inquilino de la Casa Blanca en alusión a los misiles de largo alcance que Kiev pidió a Washington hace unos meses.
Cabe recordar, al hilo del supuesto ataque contra la residencia de Putin, que este fin de semana, horas antes del encuentro entre Trump y Zelenski en Florida, el Kremlin ordenó el lanzamiento de 500 drones y 40 misiles –incluyendo los de la clase Kinzhal– contra Kiev. El resultado: uno de los ataques más severos que ha sufrido la capital ucraniana desde el inicio de la guerra.