El soldado Vladyslav.

El soldado Vladyslav. X

Europa

La historia más épica de la guerra de Ucrania: le cortaron la garganta, lo lanzaron a una fosa y sobrevivió para contarlo

Vladyslav, desangrándose y con la garganta abierta, logró aferrarse a un hilo de vida. Trepó fuera del agujero y comenzó un agónico recorrido de cinco días a ras de suelo, sin voz y debilitado, hasta llegar a posiciones ucranianas.

Según relató, los primeros soldados capturados por tropas rusas fueron mutilados: les arrancaron los ojos, los labios y los órganos genitales, además de cortarles orejas y narices.

Más información: Un francotirador ucraniano bate el récord mundial con un disparo a 4.000 metros que atraviesa a dos soldados rusos

Publicada

La brutalidad de la guerra en Ucrania ha dejado una historia que desafía lo imaginable. Vladyslav, un soldado de la Guardia Nacional de 33 años, logró sobrevivir después de que las fuerzas rusas le cortaran la garganta, lo arrojaran a una fosa junto a otros prisioneros y lo dieran por muerto.

Contra toda lógica, consiguió escapar y arrastrarse durante cinco días hasta alcanzar territorio bajo control ucraniano, como cuenta The Kyiv Independent.

El caso, revelado por el medio público ucraniano Suspilne el 25 de agosto, se ha convertido en un símbolo de la resistencia ucraniana y, al mismo tiempo, en una prueba de la extrema violencia que sufren los prisioneros de guerra en manos de Rusia.

Cinco días moribundo

Tras ser capturado en las cercanías de Pokrovsk, Vladyslav fue testigo del trato inhumano al que eran sometidos sus compañeros.

Según relató, los primeros soldados capturados fueron mutilados: les arrancaron los ojos, los labios y los órganos genitales, además de cortarles orejas y narices.

Vladyslav fue el último de ocho soldados arrojados a una fosa. Los militares rusos los dieron por muertos.

Pero él, desangrándose y con la garganta abierta, logró aferrarse a un hilo de vida. Trepó fuera del agujero y comenzó un agónico recorrido de cinco días a ras de suelo, sin voz y debilitado, hasta llegar a posiciones ucranianas.

El 17 de agosto ingresó en estado crítico en un hospital de la región de Dnipropetrovsk. Los médicos afirman que nunca habían tratado un caso semejante en más de una década de guerra.

Cuando a alguien le cortan la garganta y sangra hasta desangrarse, la posibilidad de sobrevivir es prácticamente nula”, explicó Serhii Ryzhenko, jefe del hospital.

“Lo que lo diferencia es que mantuvo la confianza hasta el final en que todo saldría bien”.

Vladyslav ha sido operado, aunque aún no puede hablar. Su historia está registrada en el cuaderno que escribió mientras se recuperaba, un testimonio que refleja tanto la crudeza de la guerra como la resiliencia de los soldados ucranianos.

Crimen de guerra

El testimonio de Vladyslav coincide con los hallazgos de la Fiscalía General de Ucrania. En junio, las autoridades informaron que habían documentado al menos 273 prisioneros de guerra ucranianos ejecutados por Rusia durante su cautiverio, una violación flagrante de la Convención de Ginebra.

La brutalidad contra los prisioneros de guerra se ha convertido en un patrón ampliamente denunciado.

Países como Países Bajos y otros 40 miembros de la OSCE han solicitado investigaciones internacionales sobre la tortura y ejecución de soldados ucranianos capturados.

La historia de Vladyslav añade un rostro humano a esas cifras: la de un hombre que sobrevivió al borde de la muerte y que, aunque privado de voz, ha conseguido contar al mundo la barbarie que presenció.

Mientras tanto, en los hospitales ucranianos, los médicos continúan atendiendo a soldados que, como Vladyslav, cargan no solo con heridas físicas imposibles de olvidar, sino con cicatrices morales que subrayan la ferocidad de la guerra librada por el Kremlin