Policía en Oslo buscando explosivos.

Policía en Oslo buscando explosivos.

Europa NORUEGA

Un espía noruego se juega 21 años de prisión por filtrar datos sensibles de la embajada de EEUU en Oslo a Rusia

El detenido, que carecía de acreditación de seguridad, compartió presuntamente planos, rutinas y datos diplomáticos en protesta por la guerra de Gaza. Se enfrenta a hasta 21 años de prisión.

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Las autoridades noruegas han acusado formalmente a un antiguo guardia de seguridad de la Embajada de EEUU en Oslo por presunto espionaje a favor de Rusia e Irán.

El hombre, cuya identidad no ha sido revelada, fue arrestado en noviembre del año pasado y está acusado de haber comprometido la seguridad nacional al entregar información sensible sobre la delegación diplomática estadounidense, incluyendo planos del edificio, rutinas de seguridad y datos sobre el personal.

El caso ha sido revelado por la radiotelevisión pública NRK, que detalla que el acusado contactó con Moscú y Teherán motivado por la política exterior de Washington, en particular su apoyo a Israel en el actual conflicto en Gaza.

La información habría sido compartida mientras cursaba estudios de grado en seguridad y preparación en la Universidad del Ártico de Noruega (UiT), según informó The Washington Post.

Su abogada defensora, Inger Zadig, no niega los hechos materiales de la acusación, pero rechaza que haya cometido un delito: "El caso gira en torno a una interpretación legal".

Y añadió: "si la información compartida estaba clasificada o si podía realmente poner en riesgo intereses nacionales fundamentales", escribió Zadig en un correo a Associated Press.

"Nuestro cliente no tenía acreditación de seguridad y su acceso a datos sensibles era prácticamente inexistente. Este será un punto clave en el juicio".

El acusado podría enfrentarse a una pena máxima de 21 años de cárcel. Ni la Embajada de EEUU en Noruega ni la Fiscalía noruega han hecho comentarios públicos sobre el caso.

Tensión fronteriza

La investigación coincide con un endurecimiento de la vigilancia fronteriza y las políticas de seguridad de Noruega, en un contexto marcado por la invasión rusa de Ucrania en 2022.

El país nórdico, que comparte 198 kilómetros de frontera con Rusia en el Ártico, ha impuesto severas restricciones a la entrada de ciudadanos rusos y ha propuesto incluso la construcción de una valla fronteriza.

Este escándalo no es el primero vinculado a la Universidad del Ártico. En 2022, otro supuesto académico afiliado al centro -que se hacía pasar por un ciudadano brasileño con el nombre José Assis Giammaria- fue arrestado bajo sospecha de espionaje.

Más tarde se reveló que era en realidad un ciudadano ruso, Mikhail Valeryevich Mikushin, y fue parte de un intercambio de prisioneros entre Rusia y Occidente.

Guerra Fría moderna

El caso reaviva las alarmas sobre la infiltración de agentes en instituciones estratégicas, incluso en países considerados seguros y aliados de EEUU.

La conjunción de espionaje ruso e iraní, en este caso, ha llamado especialmente la atención de analistas, al tratarse de dos potencias que habitualmente operan por separado en el terreno de la inteligencia.

A la espera del juicio, que podría esclarecer si los datos compartidos constituían efectivamente una amenaza para los intereses estadounidenses o noruegos, el caso se convierte en un nuevo capítulo de la guerra fría del siglo XXI.

Una lucha subterránea por la información en la que hasta los vigilantes de una puerta pueden convertirse en agentes clave.