El primer ministro francés, François Bayrou, durante la presentación de su plan de austeridad. Reuters
El Gobierno francés presenta un impopular plan de austeridad: supresión de 2 días festivos y pensiones y ayudas congeladas
François Bayrou propone un ajuste presupuestario de 43.800 millones de euros en cuatro años para reducir el déficit y el incremento de la deuda.
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El primer ministro francés, François Bayrou, presentó este martes las líneas maestras de un plan de ajuste presupuestario a cuatro años, que comenzará en 2026, con un esfuerzo anual de 43.800 millones para reducir el gasto y aumentar los ingresos y que, previsiblemente, será rechazado por todos los partidos de la oposición,.
Congelación de las pensiones, reducción en el empleo público, recorte del gasto social y sanitario, en la partida de gastos, y una contribución de solidaridad de los más "afortunados", en la de los ingresos, son algunas de las medidas esbozadas por Bayrou en una intervención especial ante el Gobierno y la cúpula parlamentaria.
Entre las impopulares medidas presentadas por el primer ministro francés figura la supresión de dos días festivos, llegando a proponer el lunes de Pascua y el 8 de mayo.
También, ha anunciado que con este plan uno de cada tres funcionarios que se jubilen no será reemplazado.
Otra de las medidas que el Gobierno ha sondeado es el llamado ‘año en blanco’, que supone congelar todos los gastos del Estado excepto Defensa, el servicio de la deuda y la contribución a la Unión Europea.
En el lado de los ingresos, Bayrou anunció una "contribución de solidaridad" para las personas con mayores ingresos, así como un nuevo impulso a la lucha contra el fraude fiscal y a la recuperación de las cantidades defraudadas.
Amenaza de moción de censura
La oposición francesa, encabezada por el ultraderechista Agrupación Nacional de Marine Le Pen, ha amenazado al Gobierno de Bayrou con tumbarlo con una moción de censura que el izquierdista La Francia Insumisa, segundo partido opositor, ha anunciado que respaldará.
"Si François Bayrou no modifica su plan, lo censuraremos", advirtió en las redes Le Pen, quien criticó que el ajuste de 43.800 millones de euros previsto para 2025 no incluya "el coste" económico que estima que tiene la inmigración y el aumento de 7.000 millones de euros en la partida que Francia dedica a la UE.
Debido a que el Gobierno francés tiene una mayoría relativa en la Asamblea Nacional, en la que los macronistas y los conservadores están aliados, una moción de censura podría prosperar si el partido de Le Pen y la izquierda se ponen de acuerdo, como hicieron en diciembre de 2024 para hacer caer al Ejecutivo de Michel Barnier.
La izquierda radical de La Francia Insumisa (LFI), la principal fuerza progresista, urgió a "echar" a Bayrou porque es "urgente terminar con el macronismo", declaró en un mensaje en redes el líder de la formación, Jean-Luc Mélénchon. "Bayrou lleva al máximo absurdo la política macronista: destruir el Estado y los servicios públicos para dejar paso al mercado", denunció Mélénchon.
El Partido Socialista (PS), la segunda fuerza de la izquierda, no fue tan clara sobre su apoyo a una hipotética moción de censura, cuyo respaldo puede resultar crucial para que salga adelante.
El líder de los diputados socialistas en la Asamblea Nacional, Boris Vallaud, tildó el conjunto de medidas presentadas por Bayrou de "brutal e inaceptable", pero no dio pistas sobre qué harían ante una posible moción.
En cualquier caso, esta posible moción de censura probablemente sólo se concretará una vez que un proyecto de ley de presupuesto detallado llegue a la Asamblea Nacional en octubre.
El problema de la deuda
El jefe del Ejecutivo urgió repetidamente este martes a recortar el rápido aumento de la deuda pública, ya que al actual ritmo el pago de la deuda alcanzará en 2029 los 100.000 millones de euros y será la primera partida del presupuesto.
El déficit francés cerró 2024 en el 5,8 del producto interior bruto (PIB), el mayor de toda la zona euro y muy lejos del límite del 3 % que marcan las reglas europeas.
El Gobierno se ha marcado como objetivo reducir progresivamente el déficit al 5,4 % del PIB este año y al 4,6 % en 2026 para situarlo bajo el umbral del 3 % en 2029.
Sin embargo, el Tribunal de Cuentas advirtió a principios de este mes de que al ritmo actual de ajuste no será posible cumplir ese objetivo para 2029, por lo que recomendó tomar medidas más severas.
La urgencia por reducir el déficit llega unida por la propuesta del presidente Emmanuel Macron de incrementar el gasto de defensa, con 6.500 millones de euros adicionales en dos años, ante la creciente inestabilidad internacional.
Pero Macron pidió a Bayrou el complicado ejercicio de acomodar ese esfuerzo militar adicional sin recurrir a nueva deuda. "Nuestra independencia militar es indisociable de la independencia financiera", adujo el presidente en un discurso en la noche del domingo en el Ministerio de Defensa.
Desde el Gobierno y desde el Banco de Francia se advierte desde hace meses que la carga de la deuda, que era de 30.000 millones de euros anuales en 2020, supone actualmente 62.0000 millones y podría superar alcanzar los 100.000 millones en 2029 si no se corrige el déficit, para convertirse en la primera partida del presupuesto.
Esta delicada situación financiera del Estado francés se ha visto reflejada en los últimos dos años en los mercados de deuda, donde su posición se ha deteriorado gradualmente ante la menor confianza de los inversores.