Terrorismo, Rusia y los recortes de Trump: el cóctel explosivo que dispara la presión migratoria en Canarias

Este es el cóctel explosivo de factores que alimentan la presión migratoria sobre las islas Canarias, que además no va a solucionarse a corto plazo sino que corre el riesgo de empeorar, según avisa la Guardia Europea de Fronteras y Costas (Frontex) en su informe anual de riesgos.

A ello hay que sumar que "las tarifas de contrabando en la ruta del África occidental son más bajas y se han establecido redes de tráfico a lo largo de rutas terrestres para facilitar el desplazamiento de migrantes desde sus países de origen".

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Por todos estos motivos, Frontex concluye que "la presión migratoria sobre las islas Canarias se mantendrá alta en 2025". "Los cambios geopolíticos en el Sahel están generando condiciones que probablemente seguirán impulsando un aumento de los flujos migratorios, como el flujo desde Malí hacia Mauritania y luego hacia las islas Canarias", subraya el estudio.

La ruta canaria "es utilizada por migrantes económicos y personas que huyen de la violencia en sus países de origen". Consta de tres corredores principales: desde Marruecos, desde Gambia/Senegal y desde Mauritania, que desde finales de 2023 "ha emergido como un punto clave de salida".

"La presencia de grupos organizados de traficantes capaces de responder rápidamente a las medidas preventivas representa una amenaza significativa", resalta la Guardia Europea de Fronteras y Costas. Por ejemplo, el aumento del número de migrantes pakistaníes en 2024 indica la expansión de las redes de tráfico para incluir a nacionales asiáticos, además de migrantes del Sahel.

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Las cifras de llegadas siguen un patrón estacional, con menos personas llegando entre marzo y julio. Luego, los números comienzan a aumentar en agosto, alcanzando un pico en octubre y noviembre. Las cifras elevadas de llegadas continúan hasta enero o febrero, influenciadas por condiciones meteorológicas y marítimas favorables.

"El deterioro de la situación en el Sahel y la expansión de los grupos terroristas desde Burkina Faso, Malí y Níger hacia los estados costeros del África occidental tienen importantes implicaciones para los flujos migratorios en la región", destaca Frontex.

Una situación agravada por la "crisis humanitaria y de seguridad en Malí", que "genera un flujo de refugiados hacia Mauritania y contribuye a la presión migratoria sobre la ruta del África occidental". "Es poco probable que la situación en la región se resuelva a corto plazo, dada la compleja interacción de factores", apunta el informe.

Influencias extranjeras

Desde una perspectiva geopolítica, el Sahel está zarandeado por "una multitud de influencias extranjeras". A la cabeza está Rusia, que está ampliando cada vez más su presencia en la región, particularmente en Malí, Burkina Faso y Níger. A través de compañías militares privadas, Rusia busca extraer recursos, ganar influencia política y demostrar su estatus como potencia global.

"Rusia también podría aprovechar su presencia para fomentar una migración instrumentalizada hacia Europa y aumentar los costes para la UE a la hora de garantizarse la cooperación con países africanos en temas migratorios. Esto es especialmente preocupante, dado el historial de Rusia de aprovechar la migración para promover sus intereses geopolíticos.

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Aunque la presencia militar de China sigue siendo mínima, "se ha expandido mediante acuerdos para asegurar la infraestructura petrolera operada por empresas chinas en la región".

En paralelo, la política exterior de Estados Unidos está experimentando un cambio significativo, ya que la nueva administración de Donald Trump "está recortando la ayuda exterior y dando prioridad al poder duro sobre el blando".

"Este cambio probablemente tendrá un impacto en la migración hacia la UE, ya que la suspensión de la ayuda estadounidense a países africanos podría crear vacíos de poder que los grupos extremistas y el crimen organizado podrían explotar", sostiene Frontex.

"Las consecuencias de este cambio de política ya se están sintiendo, con muchos países africanos que dependían de la asistencia estadounidense para la seguridad sanitaria, la vigilancia de enfermedades y los programas de vacunación teniendo que hacer frente ahora a grandes desafíos", dice el informe.

Ruta del Mediterráneo Occidental

Frontex examina también las perspectivas para la ruta migratoria del Mediterráneo Occidental, que "sigue registrando importantes flujos de migración irregular hacia la UE". Esta ruta incluye tanto llegadas por mar a la España peninsular y las Islas Baleares, como entradas por tierra a Ceuta y Melilla. Los migrantes suelen proceder de Marruecos y Argelia.

En 2024, debido a una disminución significativa en las salidas desde Marruecos y un aumento en las salidas desde Argelia, se produjo un cambio hacia ubicaciones más orientales en la región, lo que resultó en un aumento de llegadas a las Islas Baleares, señala el estudio.

"Los grupos de tráfico han desarrollado tácticas para evadir la detección y asegurar que las embarcaciones de migrantes lleguen a la península española sin ser detectadas. Esto puede permitir que personas con posibles propósitos malintencionados se mezclen con los migrantes irregulares, entren en la UE sin ser detectadas y potencialmente participen en actividades delictivas", avisa Frontex.

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"Un problema persistente y considerable en la región es el papel del crimen organizado, particularmente en relación con el tráfico de drogas. El Mediterráneo occidental sigue siendo un corredor crítico para el contrabando de drogas, especialmente hachís y cannabis, desde el norte de África hacia España", apunta el informe.

"Las operaciones de contrabando suelen implicar el uso de lanchas rápidas para transportar drogas desde Marruecos hasta España, a menudo eludiendo los esfuerzos de interceptación al operar en aguas internacionales. A pesar del aumento de los esfuerzos policiales, este comercio ilícito persiste debido a los incentivos financieros involucrados y a las técnicas avanzadas empleadas por los grupos de contrabandistas", señala Frontex.

Con todos estos elementos, la Guardia Europea de Fronteras y Costas prevé que en 2025 "las cifras de llegadas de migrantes (en la ruta migratoria del Mediterráneo Occidental) se mantendrán relativamente estables, reflejando las tendencias observadas en 2024".