La antigua sede de la Real Casa de la Moneda en Londres, un lugar histórico junto a la Torre de Londres y St Katharine’s Docks, está siendo transformada en la futura embajada de China.

La antigua sede de la Real Casa de la Moneda en Londres, un lugar histórico junto a la Torre de Londres y St Katharine’s Docks, está siendo transformada en la futura embajada de China. Rhodar

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Saltan las alarmas de seguridad en Reino Unido: China quiere levantar una súperembajada en el centro de Londres

Una fuente del Partido Conservador consultada por The Telegraph afirma que les "permitiría intervenir las telecomunicaciones de la City de Londres para el espionaje económico".

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Un proyecto impulsado por Pekín para levantar una gigantesca embajada en Londres ha desatado un escándalo político en el Reino Unido, donde expertos gubernamentales han alertado de los riesgos de ciberespionaje que supondría autorizar su construcción.

El edificio, propuesto para ocupar el histórico emplazamiento del Royal Mint Court, a escasos metros de la Torre de Londres, ha sido calificado por sectores conservadores como una potencial "sede de espionaje" al servicio del régimen chino, recoge The Telegraph.

La controversia se avivó este lunes tras revelarse, mediante las leyes de transparencia medioambiental, una serie de correos internos enviados en octubre de 2024 por Innovate UK, el organismo experto en infraestructuras ciberfísicas del Gobierno.

En ellos, un alto cargo cuyo nombre ha sido eliminado de los documentos públicos instaba al Ministerio de Vivienda y Comunidades a intervenir de forma urgente en la decisión sobre el proyecto por sus implicaciones en materia de seguridad nacional.

La advertencia iba más allá de simples preocupaciones arquitectónicas. El complejo diplomático propuesto incluye apartamentos para 200 funcionarios, túneles subterráneos y estancias sin identificar bajo tierra, colindantes con un intercambiador de telecomunicaciones de British Telecom.

Según el informe, por ese punto circulan cables de fibra óptica que conectan el corazón financiero del Reino Unido: la City de Londres.

“Las autoridades locales no están preparadas para evaluar adecuadamente una solicitud con estas implicaciones, sobre todo desde la perspectiva de la seguridad nacional y la protección de infraestructuras críticas”, señalaba el correo.

El documento citaba, además, que la propuesta choca con las directrices de la Integrated Review of Defence and Foreign Policy 2021 y la Telecommunications (Security) Act 2021, así como con regulaciones adicionales aprobadas en 2022.

La oposición conservadora ha aprovechado la polémica para lanzar duras críticas contra el Gobierno laborista de Keir Starmer, al que acusan de “jugar con la seguridad nacional” en su afán por mejorar las relaciones con Pekín.

Kevin Hollinrake, portavoz de Comunidades en la bancada tory, denunció que el Ejecutivo “ha sido pillado intentando encubrir las alarmas lanzadas por sus propios expertos en ciberseguridad”.

“El Gobierno debería seguir el ejemplo de Irlanda y Australia y bloquear cualquier desarrollo diplomático que ponga en riesgo al país”, añadió Hollinrake.

Una fuente del Partido Conservador consultada por The Telegraph fue aún más explícita: “Esto permitiría a China intervenir las telecomunicaciones de la City de Londres. Podría usarse para el espionaje económico”.

El plan de la embajada china ha sido objeto de litigio desde hace años. La primera propuesta fue rechazada por el ayuntamiento de Tower Hamlets.

Ahora, el proyecto -según los conservadores, casi idéntico al anterior- está siendo evaluado por el Departamento de Comunidades, que ha ejercido el mecanismo de “llamada” para asumir la decisión sobre su aprobación, ante la presión recibida.

La estrategia de Starmer frente a China difiere de la mantenida por sus antecesores. El primer ministro ha apostado por una política de acercamiento con Pekín en busca de oportunidades económicas.

Tras los recientes viajes a China de la canciller Rachel Reeves, el ministro de Exteriores David Lammy y el titular de Medioambiente Ed Miliband, el propio Starmer prevé visitar China en los próximos meses.

La embajada china, por su parte, ha desestimado todas las críticas, calificándolas de “calumnias de elementos antichinos”.

En respuesta a informaciones sobre túneles secretos y habitaciones subterráneas recogidas por el Daily Mail, un portavoz del cuerpo diplomático chino declaró que se trata de “acusaciones infundadas” nacidas de la hostilidad hacia su país.

Mientras tanto, la inspección urbanística sigue su curso. El inspector asignado debe emitir un informe técnico antes de que los ministros de Vivienda y Comunidades tomen la decisión definitiva sobre si permitir o no la construcción de lo que se ha bautizado como la “súper embajada” china en pleno corazón de Londres.