
Luis Montenegro, primer ministro y líder del Partido Socialdemócrata (PSD), participa en la manifestación de la coalición AD, en Sintra.
La crisis de la sanidad pública, la corrupción y la falta de vivienda marcan las elecciones del domingo en Portugal
La inmigración también se ha utilizado como arma electoral en unos comicios adelantados por un presunto caso de corrupción política.
Más información: El Gobierno conservador de Portugal expulsará a 18.000 inmigrantes para arañar votos a la ultraderecha en las elecciones
Portugal se encamina a las elecciones legislativas del próximo domingo —las cuartas en cinco años y medio— en un contexto marcado por la grave crisis de la sanidad pública, la escasez de vivienda, la corrupción y el uso de la inmigración como arma electoral. Estos temas son, precisamente, los que han marcado el debate durante la campaña y los que acabarán por definir quién será el próximo primer ministro del país. Son, además las cuestiones que más preocupan a los ciudadanos, según todos los sondeos.
El hecho de que estos comicios sean anticipados debido a un presunto caso de corrupción relacionado con Spinumviva —una empresa vinculada a la familia del actual ministro en funciones, Luís Montenegro (centroderecha), y fundada por él mismo durante su retiro de la política activa— ha colocado a la corrupción en el centro del debate electoral. De hecho, fue el presidente Marcelo Rebelo de Sousa quien convocó los comicios adelantados después de que Luís Montenegro perdiese una cuestión de confianza en el Parlamento.
Curiosamente, en su programa, la Alianza Democrática (AD), formación liderada por Montenegro, propone dar continuidad a su agenda anticorrupción y subraya que "la acción represiva y punitiva del Estado sigue siendo indispensable". Por su parte, el Partido Socialista (PS) plantea "movilizar recursos y fomentar la eficacia, eficiencia y rapidez de la investigación penal", además de regular el lobbying en las entidades públicas, según recoge la agencia Efe.

La gente pasa por una valla publicitaria del Partido Socialista, antes de las elecciones anticipadas de Portugal, en Lisboa.
El partido que más ha hecho bandera de la lucha anticorrupción es, sin duda, el ultraderechista Chega, a pesar de no haber gobernado nunca y de los numerosos escándalos que han salpicado a sus diputados, implicados en casos tan variados como el supuesto robo de maletas en aeropuertos o abusos a menores.
El colapso de la sanidad pública
Por otro lado, la caótica situación de la sanidad pública y las protestas del personal sanitario han copado los discursos electorales. Los sindicatos denuncian que 50 embarazadas dieron a luz en ambulancias el año pasado en Portugal y que el 16 % de la población no tiene médico de cabecera, no tanto por escasez de mano de obra como de gestión de los recursos humanos.
Ante este panorama, el Gobierno de Montenegro ha apostado por la semiprivatización de hospitales públicos, mientras que los socialistas liderados por Pedro Nuno Santos abogan por expandir el Servicio Nacional de Salud.
No obstante, la oncóloga y presidenta de la Federación Nacional de los Médicos (FNAM), Joana Bordalo e Sá, denunciaba hace unos días que el sistema de sanidad público "no funciona como debería" y no duda en apuntar a "los últimos Gobiernos", tanto de los socialistas como de los conservadores, como culpables.
La vivienda, el problema sin solución
Con un aumento de los precios de compra de vivienda del 13,3% en 2024 y de los alquileres del 7%, cada vez es más complicado para los portugueses encontrar un sitio para vivir en un país de salarios bajos, con el mínimo en 870 euros brutos mensuales.
Para atajar ese problema, el gobernante Partido Social Demócrata (PSD), de Montenegro, ha levantado las restricciones impuestas por los socialistas en el pasado a los alojamientos turísticos y defiende "crear un clima de confianza y seguridad para que se pongan en el mercado de alquiler viviendas adecuadas", además de apostar por un amplio plan de ayudas fiscales para la construcción privada, recoge Efe.
Por su parte, el Partido Socialista (PS) propone "reforzar" la vivienda pública, más ayudas para alquileres y compra, e impulsar la construcción. Ninguno de los dos menciona explícitamente límites a la vivienda turística.
La inmigración, politizada
El avance de la ultraderecha en las elecciones de 2024, impulsado por un discurso antiinmigración, ha llevado a los principales partidos de Portugal —incluidos los socialistas— a incluir en sus programas medidas que restringen la llegada de extranjeros.
Según cifras oficiales, el país alberga cerca de 1,5 millones de inmigrantes, lo que representa el 15% de la población y casi siete veces más que hace siete años. Este aumento ha generado inquietudes sobre la capacidad de los servicios públicos para atender a toda la población.
A pesar de las diferencias en cuanto a cómo abordar la situación, existe un consenso general entre las fuerzas políticas: la necesidad de una "inmigración regulada" que limite el número de extranjeros que obtienen la residencia, tras años en los que se facilitó el proceso mediante la llamada "manifestación de interés".
La semana pasada, el Gobierno en funciónes de Montenegro anunció que el Gobierno pretende expulsar a cerca de 18.000 migrantes que permanecen en situación irregular, procedentes en su mayoría de países como India, Bangladesh, Pakistán, Nepal o Sri Lanka. Un movimiento que fue criticado por "electoralista".
Votar pensando en el bolsillo
A los comicios del domingo, muchos ciudadanos acudirán con la economía, la inflación y los bajos salarios en mente. Para atraer a esos votantes, tanto el Partido Socialdemócrata como el Partido Socialista proponen rebajas fiscales —en distinta escala— y ambiciosos proyectos de infraestructuras.
Los datos económicos respaldan al gobernante PSD, con una previsión de crecimiento del producto interior bruto (PIB) del 2,3% para 2025 y una inflación que se estima también en el 2,3%, segúnda recoge Efe.
En cuanto a infraestructuras, tanto conservadores como socialistas coinciden en la necesidad de impulsar el tren de alta velocidad que conecte Portugal con España, así como la construcción de un nuevo aeropuerto para Lisboa.