
Emmanuel Macron, Keir Starmer y Friedrich, durante una reunión en un tren nocturno a Kyiv.
Francia rompe las reglas y corta de raíz el bulo de la cocaína de Macron: "Es una operación de alto nivel dirigida desde Rusia"
El aparato de comunicación del Elíseo desmonta la campaña de difamación del Kremlin contra el presidente de la República y las democracias europeas.
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El pasado viernes, el presidente Emmanuel Macron viajó a Kyiv en el mismo tren nocturno que Keir Starmer, primer ministro de Reino Unido, y Friedrich Merz, canciller de Alemania, para celebrar la efeméride de la liberación de Europa con Volodímir Zelenski. El domingo, en la capital de Ucrania, rindieron homenaje a los caídos en su guerra de resistencia contra los rusos y proyectaron una imagen de unidad de la que tomaron nota tanto en Washington como en Moscú.
Rusia trató de quitarle protagonismo al éxito diplomático de Ucrania, sin embargo, con una de sus maniobras habituales. Los aparatos de desinformación del Kremlin aprovecharon unas imágenes oficiales del Elíseo donde se muestra a Macron retirando un pañuelo de la mesa para crear la confusión de que se trataba de un envoltorio con cocaína. “Es una operación de primerísimo nivel dirigido desde el Ministerio de Exteriores ruso”, explica a este periódico un funcionario europeo. “En una reunión entre tres primeros ministros europeos está todo organizado, no se improvisa nada, es imposible”.
Miles de cuentas en redes sociales e incluso medios de comunicación independientes recogieron el guante para multiplicar la difusión del vídeo. París, a la vista del alcance de la manipulación, evitó actuar como acostumbra –ignorando la campaña– y apostó por publicar un comunicado en X. “Es un pañuelo para sonarse la nariz”. El tuit, acompañado de una imagen del encuentro, fue complementado con otro mensaje: “Cuando la unidad europea se convierte en un inconveniente, la desinformación llega al punto de hacer que un simple pañuelo de papel parezca droga”.
La Presidencia francesa, además, atribuyó los ataques a “los enemigos de Francia, tanto dentro como fuera del país”, sin señalar de forma directa a ningún actor en concreto.
When European unity becomes inconvenient, disinformation goes so far as to make a simple tissue look like drugs.
— Élysée (@Elysee) May 11, 2025
This fake news is being spread by France’s enemies, both abroad and at home. We must remain vigilant against manipulation. pic.twitter.com/xyXhGm9Dsr
Los canales de propagación son, sin embargo, conocidos. A la cabeza aparece Maria Zajárova, portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, que compartió los vídeos en su canal de Telegram con comentarios trata a los líderes europeos como adictos. “El destino de Europa lo decide un grupo de yonquis”, escribió, repitiendo el manual que utiliza durante años para desacreditar al presidente Zelenski.
Dentro del propio panorama político francés, el bulo ha sido amplificado por figuras como Florian Philippot, líder del partido euroescéptico Les Patriotes, y representantes de Debout la France. Ambos difundieron mensajes irónicos sobre la escena, insinuando comportamientos impropios de un presidente de la República. Todo en sintonía con aparatos mediáticos del Kremlin como el Pravda, que replicó las acusaciones en español, alemán e inglés, entre otros idiomas.
Las imágenes originales, tomadas por fotógrafos de agencias internacionales, desmienten cualquier interpretación sospechosa: el objeto es claramente un pañuelo de papel. La viralidad del montaje ha forzado a Macron, sin embargo, a adoptar una estrategia más proactiva. La revista Politico señala que la llegada de Jean-Noël Ladois como nuevo portavoz internacional ha coincidido con un cambio de enfoque en la política comunicativa de la administración.
“La mentira no se combate ignorándola, sino enfrentándola de inmediato”, esgrime un funcionario de la Presidencia, bajo condición de anonimato, en unas declaraciones recogidas por el medio bruselense. París, como el resto de capitales europeas, considera que estas campañas forman parte de una guerra híbrida impulsada por potencias extranjeras como Rusia que buscan minar la cohesión de las democracias y socavar el apoyo a Ucrania cuando es más importante que nunca.