El primer ministro francés, Francois Bayrou, asiste a la sesión de preguntas del gobierno en la Asamblea Nacional en París, Francia, el 4 de febrero de 2025.

El primer ministro francés, Francois Bayrou, asiste a la sesión de preguntas del gobierno en la Asamblea Nacional en París, Francia, el 4 de febrero de 2025. Reuters

Europa

El fantasma de Barnier persigue a Bayrou: encara una moción de censura tras aprobar las cuentas de Francia por decreto

El primer ministro francés ha hecho concesiones a los socialistas y a la ultraderecha para tratar de garantizar su continuidad en el cargo. 

Más información: Bayrou acepta negociar con patronal y sindicatos la impopular reforma de las pensiones que impuso Macron

J.A.
Agencias
Publicada

El primer ministro francés, François Bayrou, anunció el lunes la aprobación de los presupuestos de la Seguridad Social para 2025 mediante la aplicación del Artículo 49.3 de la Constitución. Es decir, por decreto, sin someterlos a una votación en la Asamblea Nacional. Bayrou, que asumió el cargo el pasado 13 de diciembre, confía en haber hecho suficientes concesiones a sus rivales para sobrevivir a una inevitable moción de censura que este mismo miércoles podría poner fin a su mandato.

Ha sido la izquierda de la Francia Insumisa liderada por Jean-Luc Mélenchon la que ha presentado dos mociones de censura con el fin de que caiga Bayrou, como lo hizo su predecesor, Michel Barnier tras apenas tres meses en el Gobierno. Ahora, la única incógnita es saber si esta vez el Partido Socialista (PS) se abstendrá o votarán en contra todos los diputados. Será clave también el voto de la ultraderecha de Marine Le Pen.

En un principio, la dirección de los socialistas ha instado al grupo a no apoyar la moción de censura. No obstante, algunos de sus 66 diputados han avanzado que romperán la disciplina de voto, lo que convierte en incierto el resultado. Por su parte, la extrema derecha ha indicado que dará a conocer su decisión el mismo miércoles, después de que Marine Le Pen reúna a sus diputados poco antes del examen de la moción de censura. Sus 140 parlamentarios pueden ser claves si el número de deserciones de los socialistas es elevado.


La decisión del PS rompe de forma definitiva la alianza electoral de izquierdas que sentó en la Asamblea Nacional al mayor grupo parlamentario, 192 diputados agrupados en el llamado Nuevo Frente Popular. Por su parte, el partido de extrema derecha Reagrupamiento Nacional, que encabezó la caída del Gobierno de Barnier, aún no ha definido su posición, aunque se espera que permita a Bayrou continuar en el cargo.

"Estamos en un momento decisivo. Ningún país puede avanzar sin un presupuesto", afirmó Bayrou durante su discurso en el Parlamento. En las últimas semanas, la presión para que Francia aprobara el retrasado presupuesto se había intensificado, con líderes empresariales, socios de la Unión Europea y votantes mostrando impaciencia ante una clase política atrapada en su tradicional cultura de confrontación, según recoge Reuters

Para impulsar el presupuesto, Bayrou lleva tiempo negociando y ha hecho costosas concesiones a la extrema derecha y a la izquierda. Medidas que han preocupado a los inversores por el deterioro de las finanzas públicas del país, pero que parecen haberle dado margen para mantenerse en el poder.

El objetivo del jefe de Gobierno es sanear las cuentas del país. Así, el presupuesto busca reducir el déficit público al 5,4% del PIB en 2025, frente al estimado 6% de 2024, aunque por encima del objetivo inicial del 5%. Este incluye un ahorro total de 50.000 millones de euros (51.200 millones de dólares), distribuidos entre 30.000 millones en recortes de gastos y 20.000 millones en aumentos de impuestos.

El primer ministro francés, Francois Bayrou, llega para pronunciar un discurso durante un debate sobre las conclusiones del comité conjunto (CMP) y antes de una votación sobre el proyecto de ley de presupuesto francés para 2025 en la Asamblea Nacional en París, Francia, el 3 de febrero de 2025.

El primer ministro francés, Francois Bayrou, llega para pronunciar un discurso durante un debate sobre las conclusiones del comité conjunto (CMP) y antes de una votación sobre el proyecto de ley de presupuesto francés para 2025 en la Asamblea Nacional en París, Francia, el 3 de febrero de 2025. Reuters

La inestabilidad política que afecta a Francia desde junio, tras la fallida convocatoria de elecciones anticipadas por parte del presidente Emmanuel Macron, complicó aún más la aprobación del presupuesto. El resultado fue un Parlamento sin mayoría clara en medio de un inesperado agujero fiscal. Estas disputas ya habían provocado la caída del anterior primer ministro, Michel Barnier.

El colapso del gobierno de Barnier a principios de diciembre retrasó la aprobación del presupuesto antes de la fecha límite de fin de año, generando incertidumbre económica tanto para los hogares como para las empresas. No obstante, Bayrou parece confiado en que va a sobrevivir a la moción de censura y ha comenzado ya a trazar las líneas para los próximos meses. 

Macron se felicita por la estabilidad

El presidente francés, Emmanuel Macron, que designó directamente a Bayrou, parece contento con cómo se están desarrollando las cosas. Durante una visita a Villejuif, en la región de París, ha asegurado que "Francia necesita estabilidad" y "no puede ir hacia atrás" para encontrar "actividad, creación de riqueza y eficacia que le permitan estar a la vanguardia de la innovación y mantener su modelo social".

El presidente ha visto cómo lo esencial de su proyecto político se mantiene en las nuevas cuentas. Sin embargo, estas rompen una de sus líneas rojas al aumentar los impuestos a las principales empresas del país para reducir el déficit público que se había desbocado desde la crisis del covid y de la inflación.

En medio de las quejas de algunos de esos empresarios, personificados por el patrón del gigante del lujo LVMH, Bernard Arnault, principal fortuna del país, Macron ha tomado ya partido por ellos. "Estamos ya en un punto máximo de imposición de la riqueza y de gasto público", ha asegurado el presidente, días después de que Arnault criticara esos nuevos impuestos por "invitar a la deslocalización".