Militares ucranianos viajan en un tanque, en medio del ataque de Rusia a Ucrania, en la región de Donetsk.

Militares ucranianos viajan en un tanque, en medio del ataque de Rusia a Ucrania, en la región de Donetsk. Reuters

Europa

El asedio de Ucrania a Crimea obliga a Rusia a cerrar el puente de Kerch y buscar otra ruta en el sur

Crimea ya no es un lugar seguro y Rusia necesita una reestructuración inmediata si quiere mantener los frentes del sur y del este.

29 septiembre, 2023 02:57

En distintos momentos del día de ayer, Rusia se vio obligada a imponer cortes de tráfico a lo largo del puente del Kerch, que une la península de Crimea con la región de Krasnodar a través del estrecho del mismo nombre. Este tipo de decisiones se han convertido ya en una rutina en las últimas semanas, ante el continuo ataque de drones y misiles de crucero sobre la región anexionada unilateralmente por Rusia en 2014. La sensación de asedio que viven ahora mismo dirigentes y ciudadanos del territorio ocupado no hace más que aumentar.

Crimea, durante meses, ha sido el lugar elegido por Rusia para almacenar sus armas destinadas al frente sur y para hacer descansar a las tropas de reemplazo. Junto a Rostov-del-Don, las ciudades de Sebastopol y Simferopol se han encargado de hospedar regimientos, ordenar las mercancías llegadas a través del Mar Negro y seleccionar lo que se enviaba al sur de Zaporiyia y de Jersón, zonas controladas aún por el ejército ruso. La impunidad era total pues Ucrania no tenía capacidad de atacar dichos almacenes. Todo cambió con la llegada de los Storm Shadows británicos.

Estos misiles de precisión de media y larga distancia han sido los responsables de varios de los ataques ucranianos sobre la península, territorio ucraniano desde los tiempos de la Unión Soviética. Entre ellos, el que destrozó un submarino y un buque de carga el pasado 13 de septiembre en el puerto de Sebastopol y el que acabó con la vida de varios oficiales que asistían a una reunión en el cuartel general de la Flota del Mar Negro esta misma semana.

A ello hay que añadir la destrucción de baterías antiaéreas y de varios depósitos de munición. Crimea ya no es un lugar seguro y Rusia necesita una reestructuración inmediata de sus líneas de comunicación y suministro si quiere mantener los frentes del sur y del este bien abastecidos. Confiarlo todo a una península que está colgada del resto del continente por dos puentes mientras caen misiles y drones parece una pésima idea.

El tren Mariúpol-Donetsk

Por ello, desde el mes de julio, Rusia se está esforzando en construir una alternativa que sustituya Crimea por Mariúpol. Se trataría de una vía ferroviaria que uniría la ciudad portuaria con la capital del Donbás prorruso, Donetsk. Las imágenes por satélite muestran que la construcción ya va bastante adelantada y el objetivo sería mantener el suministro en ambos frentes. La munición y las tropas llegarían a Mariúpol y de ahí podrían ser enviadas a Donetsk rápidamente… y a su vez, todo lo que llegue a Donetsk desde territorio ruso podría ser enviado al frente sur en caso de necesidad.

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El problema al que se enfrenta este tipo de infraestructura, obviamente, es que, una vez descubiertos los planes, queda demasiado expuesta. Parece impensable que los ucranianos vayan a dejar que Rusia construya tranquilamente algo así en su propio territorio. Puede que estén retrasando los ataques a la finalización de la obra, para que así los destrozos sean mayores y mayores sean los recursos empleados en vano. También puede que, por si acaso, empiecen ya con el lanzamiento de drones y de misiles que destruyan la vía férrea en distintos puntos de su recorrido.

Hay que tener en cuenta que entre Mariúpol y Donetsk hay unos ciento veinte kilómetros, por lo que resulta muy complicado proteger toda la vía, ya que serían necesarias baterías antiaéreas colocadas estratégicamente a lo largo de todo el recorrido… Ésto supondría a su vez quitarlas de otros puntos que Rusia también necesita defender. En cierto sentido, estamos ante una prueba de fuego para el ejército de Gerasimov: si es capaz de construir y proteger una línea de ferrocarril así, es que no está tan mal como muchos expertos presuponen. A su vez, si se confirman los presagios más pesimistas, los estrategas rusos volverían a quedar en evidencia.

Imagen satélite muestra humo saliendo de un cuartel general de la Armada rusa del Mar Negro después de un ataque con misiles.

Imagen satélite muestra humo saliendo de un cuartel general de la Armada rusa del Mar Negro después de un ataque con misiles. Reuters

La otra vía férrea

En cuanto a vías férreas, este jueves se ha confirmado que las tropas ucranianas han roto la defensa rusa de la línea que llegaba a Bakhmut desde el sur, a la altura de Zelenopillyia. La importancia no está tanto en el control del ferrocarril, pues hace tiempo que está inutilizado por los constantes bombardeos, sino en la posibilidad de tomar Kurdiumivka para crear una línea de comunicaciones propia y avanzar hacia la carretera T0513 que une Górlovka (246.000 habitantes antes de la guerra) con los restos de Bakhmut.

En el momento en el que Ucrania consiga cortar dicha carretera, quedará a un paso de embolsar por completo a las tropas rusas, que protegen las ruinas conquistadas a sangre y fuego la pasada primavera. Solo quedará la salida por el norte hacia Soledar y Krasna Hora. Incluso, existen rumores de ataques y contraataques en torno a Orikhovo-Vasiliivka, ciudad un poco más al oeste que resulta clave para retener a las tropas ucranianas e impedir el embolsamiento total.

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Hablamos de una zona que queda a menos de setenta kilómetros de Donetsk, de ahí la importancia para Rusia de disponer de un medio de abastecimiento rápido y eficaz. Si la vía de ferrocarril cumple con esa función o no es algo que descubriremos en poco tiempo.