Piscina en Neukölln

Piscina en Neukölln Elke A. Jung-Wolff Berliner Bäder-Betriebe

Europa

Cómo -y cuándo- nadar en unas piscinas de Berlín convertidas en "territorio comanche"

Las piscinas al aire libre de Berlín se convierten en una auténtica batalla campal durante el último mes, la policía ha tenido que intervenir.

29 julio, 2023 03:53
Berlín

Peleas multitudinarias, trabajadores amenazados, escupidos e insultados, intervenciones policiales y heces por las paredes del baño y en los arbustos han obligado a cerrar temporalmente este verano las piscinas más célebres de Berlín. Las autoridades de la capital alemana han tomado medidas y han reabierto con la seguridad como gran preocupación.

Lluvias, humedad del 68%, una temperatura máxima de 21 grados y una mínima de 14 grados. Suena a día otoñal casi en las latitudes del sur de Europa. Pero en Berlín no.

De hecho, con esos datos del Servicio Meteorológico Alemán (DWD) para este jueves se caracteriza lo que es, para muchos aficionados a la natación, un “buen día para nadar” en las piscinas públicas al aire libre del multicultural barrio de Neukölln, al sur berlinés.

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No hay que perder de vista que el agua de las piscinas está aquí a 22 grados. Está “fresquita” incluso para los alemanes. En el país del canciller Olaf Scholz casi no saben ya qué hacer para ahorrar en costes energéticos. “O te pones a nadar rápido o pasas frío, tiritas”, dice a EL ESPAÑOL una habitual usuaria de estas piscinas.

“Calentar el agua de las piscinas en verano es muy costoso y perjudicial para el equilibrio ecológico. Por eso queremos ahorrar”, explican las autoridades berlinesas responsables de las piscinas públicas. Además, “nuestros costes energéticos han aumentado considerablemente” y el Ayuntamiento “también nos ha dado instrucciones para que mantengamos los costes energéticos lo más bajos posible”.

Este jueves, por tanto, quienes venían a las piscinas públicas al aire libre de Neukölln no lo hacían para combatir el calor. Lo hacían porque así evitaban el gentío. Y quien dice gentío también hace referencia a que en estas piscinas se suelen formar macropeleas entre jóvenes. Al menos, así ha sido hasta ahora.

Son de las piscinas de Neukölln que visita este jueves EL ESPAÑOL imágenes que circulan en Internet en las que hordas de chicos van persiguiendo una pelea a gritos, cuando no van intercambiando golpes.

Piscinas durante los altercados de Berlín.

Piscinas durante los altercados de Berlín.

No es raro que haya tenido que entrar la Policía a poner orden en más de una ocasión. A nadie sorprende tampoco que los trabajadores de estas instalaciones se hayan pronunciado en una carta abierta dirigida al periódico berlinés Der Tagesspiegel dando cuenta de cómo, a diario, hay usuarios de las piscinas que “incumplen deliberadamente las normas de baño y de las instalaciones”. Para un pueblo como el alemán, al que se le atribuye el tópico de amar el orden, eso puede sonar casi a “pecado capital”. Pero la cosa no se queda ahí.

Porque en el menú laboral de estos trabajadores –socorristas, agentes de seguridad, empleados en caja, limpieza y demás– están las “agresiones verbales, los escupitajos y los abusos”. También hay amenazas del tipo “sé dónde vas después del trabajo a las 21:00 h, y allí te espero”; por no mencionar baños con “instalaciones manchadas de orina y heces” o “arbustos frente a los que se defeca”, según recogía el periódico amarillista Berliner Tageszeitung (B.Z.). En dicho diario se lee además, negro sobre blanco, que los autores de estos excesos son “jóvenes de familias árabes, en parte también chechenos”.

Neukölln es un distrito tan multicultural como lo mucho que le precede su mala fama debido a la criminalidad que alberga. No en vano, la espectacular serie de televisión alemana 4 Blocks –cuatro bloques, que versa sobre las andanzas de dos hermanos mafiosos libaneses de Berlín, está ambientada y rodada en Neukölln. Otras zonas de este barrio, como la avenida Sonnenallee, una arteria para el tráfico rodado que atraviesa el distrito, es llamada por sus vecinos de origen próximo-oriental “Avenida de Bagdad”.

Vivir violencia, ¿cuestión de suerte?

En este contexto, cuando hace buen tiempo y las piscinas al aire libre de Neukölln se llenan de gente, hay un elemento de riesgo a tener en cuenta, según los usuarios con los que habla EL ESPAÑOL. “Yo vengo con mi familia y nunca hemos tenido problemas. No hemos tenido mala suerte hasta ahora. Porque hay un elemento de suerte. Y creo que si vienes un domingo, con cuarenta grados, entonces todo va a estar lleno y sabes que va haber estrés”, dice Philipp, un hombre de mediana edad aficionado al nado.

Habla de “estrés” para referirse a altercados como los vividos a finales de junio y principios de este mes que terminaron con las instalaciones cerradas durante varios días de mucho calor.

Fueron días de consternación, entre otras cosas, porque el caso de las piscinas de Neukölln no fue el único. En otras piscinas del país se vivieron también escenas de “caos”, una palabra que usan mucho quienes este jueves volvían a utilizar las instalaciones de Neukölln.

Tan serio llegó a ser este asunto que el mismísimo canciller Olaf Scholz tuvo que pronunciarse sobre este tema. “Es absolutamente correcto sacar la conclusión de que ahora también debe desplegarse la Policía”, parecía sugerir en la última gran rueda de prensa que ha dado el canciller al alcalde de Berlín, el conservador Kai Wegner.

Él es el primer alcalde democristiano que tiene Berlín desde hace algo más de dos décadas. La de las piscinas ha sido la primera gran crisis que ha tenido que resolver. Este asunto le ha obligado a salir del Ayuntamiento, al que llegó a principios de este año, para pisar la calle junto a la socialdemócrata Iris Spranger, su ministra de Interior en la ciudad-estado que es Berlín.

Piscina pública en Berlín.

Piscina pública en Berlín.

“Para mí es importante que las familias de nuestra ciudad, familias con niños que están ahora de vacaciones de la escuela, pero que no pueden irse de viaje porque no se lo pueden permitir, puedan disfrutar del verano. Para eso necesitamos que nuestras piscinas al aire libre estén bonitas y, sobre todo, sean seguras”, ha expuesto Wegner. De ahí las medidas que han acompañado la reciente reapertura de piscinas como las de Neukölln.

Seguridad que sorprende hasta a israelíes

A saber, ahora, antes de entrar en la piscina, hay que enseñar un documento identificativo. Se registra –como antes del cierre temporal de este mes– la mochila del visitante. El acceso a los toboganes, espacio de colas donde ha comenzado más de una pelea, está cerrado. Las piscinas se reservan el derecho de limitar el acceso a los bañistas, controlando así las entradas a las instalaciones.

Hay más efectivos de las empresas que se ocupan de la seguridad y, por último, se da más presencia al papel de la policía para la prevención de la violencia y el mantenimiento del orden a través de un dispositivo de “guardia móvil”. Una de las unidades de esta guardia móvil aparcaba este jueves entre las dos y las siete de la tarde frente a la puerta de las piscinas al aire libre de Neukölln.

Un par de horas antes de su llegada, Ayala y Adam, una pareja de israelíes vecinos del barrio de las piscinas que pasean con el carrito de su hijo pequeño, Leo, están extrañados. Nunca antes habían tenido que presentar su carné de identidad en una piscina.

“Venimos de Israel y estamos habituados a los registros y medidas de seguridad, obviamente. Pero ver eso en una piscina nos ha parecido raro. Aunque es verdad que éste no es un lugar especialmente seguro. No está bien, pero es verdad que uno se habitúa a las noticias de las peleas o cosas peores”, dice él. Ella entiende que las medidas de la seguridad de la piscina “no son la solución al problema, pero por lo menos no lo ignora”.

Hasta el “reseteo antiviolencia” vivido estos días, según ha contado al diario Bild, el periódico más leído del país, un socorrista mantenido en el anonimato, “mujeres, gente LBGTI y judíos son objetivos de los violentos”. “No encajan en su visión del mundo, y son presa fácil”, contaba ese trabajador.

Claire, otra usuaria que habla con EL ESPAÑOL, es muy consciente de la reputación que tienen las piscinas al aire libre de Berlín. En los últimos días, dice haber evitado venir a nadar.

“He visto lo que decía la prensa de cuanto estaba pasando y la verdad es que se me han quitado las ganas de venir”, dice. “Pero hoy, como está lloviendo un poco, está nublado y demás, me dije que hoy sí que iba a nadar, porque seguro que no hay nadie y no pasa nada”, concluye.