Boris Johnson, durante la apertura del año parlamentario este martes en Westminster

Boris Johnson, durante la apertura del año parlamentario este martes en Westminster Reuters

Europa

La UE y Reino Unido vuelven a la vía de la confrontación por el protocolo de Irlanda del Norte

Tras unos meses de tregua por la guerra en Ucrania, Johnson amenaza de nuevo con eliminar unilateralmente los controles en el mar de Irlanda.

11 mayo, 2022 03:26
Bruselas

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Tras varios meses al borde de una guerra comercial, el nombramiento de Liz Truss como ministra de Exteriores británica el otoño pasado, con su tono dialogante, sirvió para destensar las conflictivas relaciones entre Bruselas y Londres tras el Brexit

Después, el estallido de la guerra en Ucrania ha forzado un nuevo acercamiento entre Reino Unido y la Unión Europea, que se han coordinado de forma modélica en las sanciones de Occidente contra Vladímir Putin. La propia Truss fue invitada el pasado 4 de marzo a una reunión de ministros de Exteriores de los Veintisiete por primera vez tras el divorcio.

Sin embargo, la tregua ha durado poco. Los problemas políticos de Boris Johnson por las fiestas ilegales en Downing Street en plena pandemia (el partygate) y la crisis abierta en Irlanda del Norte tras la histórica victoria del Sinn Féin -antiguo brazo político de la banda terrorista IRA- en las elecciones regionales han llevado al Gobierno de Londres a volver a la vía de la disputa frontal con Bruselas.

La ministra de Exteriores ha redactado ya un proyecto de ley que eliminaría unilateralmente los controles aduaneros y sanitarios en los productos que se envían desde Gran Bretaña a Irlanda del Norte. La norma permitiría además a las empresas de la región ignorar las reglas de la UE y retiraría al Tribunal de Justicia de Luxemburgo cualquier potestad para pronunciarse sobre cuestiones relacionadas con Irlanda del Norte, según ha adelantado este martes el diario The Times.

En definitiva, Reino Unido amenaza de nuevo a la UE con saltarse el protocolo sobre Irlanda del Norte que firmaron Bruselas y Londres en octubre de 2019 como parte del Acuerdo de Retirada. La nueva legislación podría empezar a tramitarse ya la próxima semana, asegura el periódico.

Los unionistas irlandeses exigen cambios

El origen del conflicto está precisamente en este acuerdo de divorcio del Brexit que firmó el propio Johnson y del que ahora quiere desentenderse. Para proteger la paz en el Ulster y evitar una frontera que divida la isla, Bruselas y Londres pactaron un estatus especial para Irlanda del Norte, que sigue vinculada a las reglas del mercado interior la UE.

Eso significa que, en la práctica, la frontera se ha desplazado al mar de Irlanda, con nuevos controles aduaneros a los productos que llegan a los puertos de Irlanda del Norte procedentes de la isla de Gran Bretaña. La nueva frontera ha enfurecido en particular a los unionistas norirlandeses, que denuncian que ponen en peligro la integridad territorial del país.

De hecho, el Partido Unionista Democrático ha avisado de que no entrará en un nuevo Gobierno norirlandés dirigido por el Sinn Féinn a menos que se supriman estos controles en el mar de Irlanda. Un veto que condena a Irlanda del Norte a la parálisis política, puesto que el Acuerdo de Paz del Viernes Santo de 1998 exige que en el Gobierno estén representados al mismo nivel republicanos y unionistas.

Johnson se ha puesto del lado de los unionistas y prepara el terreno para vulnerar unilateralmente el protocolo de Irlanda del Norte. El primer ministro británico ha hablado este martes con su homólogo irlandés, Micheál Martin, y le ha dicho que la situación es "muy grave". "Las recientes elecciones demuestran que el protocolo no es sostenible en su forma actual", ha argumentado.

"Pese a los reiterados esfuezos por parte del Gobierno de Reino Unido durante muchos meses para arreglar el protocolo, incluyendo las disposiciones relacionadas con el movimiento de mercancías y la gobernanza, la Comisión Europea no ha dado los pasos necesarios para ayudar a hacer frente a los problemas económicos y políticos sobre el terreno", le ha dicho Johnson a Martin, según el relato de Downing Street. 

Por todo ello, el primer ministro británico ha reiterado que Londres "tomará medidas para proteger la paz y la estabilidad política en Irlanda del Norte si no pueden encontrarse soluciones". Una amenaza soterrada que no ha gustado nada a Martin, que reclama "intensificar las discusiones entre la UE y Reino Unido y evitar actuaciones unilaterales".

El aviso de la UE a Johnson

Otros líderes de la UE han avisado también a Johnson contra cualquier tentación de saltarse a las bravas el protocolo sobre Irlanda del Norte. "Nadie debe desechar, romper o cambiar de forma unilateral un acuerdo que hemos pactado juntos", ha dicho el canciller alemán, Olaf Scholz, en una rueda de prensa conjunta en Berlín con el primer ministro belga.

"El protocolo, en tanto que piedra angular del Acuerdo de Retirada, es un acuerdo internacional. Su renegociación no es una opción. La Unión Europea está unida en esta posición", asegura el vicepresidente de la Comisión y responsable de negociar con Londres, Maros Sefcovic. Bruselas asegura que está dispuesta a negociar soluciones pactadas para resolver los problemas sobre el terreno, pero señala que cualquier "medida unilateral" frenará este trabajo.

De hecho, el Ejecutivo comunitario ya presentó en octubre del año pasado una propuesta para flexibilizar el protocolo. Una iniciativa que según sus cálculos reduciría en un 80% los controles sanitarios y fitosanitarios a los productos procedentes de la isla de Gran Bretaña para ser consumidos en Irlanda del Norte. Además, Bruselas plantea crear un "carril rápido" que recortaría a la mitad el papeleo en aduanas. La UE ya ha adoptado una ley cuyo objetivo es permitir que los medicamentos circulen desde Gran Bretaña a Irlanda del Norte sin poner en riesgo el mercado único.

Pero todas estas concesiones resultan insuficientes para Londres. El riesgo ahora es una nueva guerra comercial abierta entre la Unión Europea y Reino Unido, con intercambio de recargos arancelarios cruzados, que debilite el frente occidental contra Putin en plena invasión de Ucrania.