La defensa de Mariúpol agoniza

Europa

Tanques disparando desde el otro lado de la calle contra los pocos edificios aún en pie en Mariúpol

Las tropas rusas calculan que apenas quedan entre 1.500 y 3.000 soldados ucranianos en la ciudad, la mayoría del Batallón Azov y concentrados en la acería de Azovstal, una zona repleta de túneles.

12 abril, 2022 04:10

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"Probablemente hoy será la última batalla... Algunos de nosotros moriremos y el resto acabarán presos. Hemos hecho lo posible y lo imposible". Nadie sabe con concerteza cuántos soldados le quedan al ejército ucraniano en Mariúpol, aunque todos saben que la ciudad va a caer. Quizás no sea hoy, ni mañana, pero el asedio ruso es brutal y las 120.000 personas que quedan en la ciudad ya conocen su futuro inmediato. Y si tienen alguna duda ya se encargan los tanques rusos de aclararsela.

Hay quien compara la resistencia de la ciudad costera con el asedio al que los nazis sometieron a Stalingrado entre 1942 y 1943, pero lo cierto es que el romanticismo en torno a la resistencia heróica desapareció hace tiempo. En Mariúpol sus habitantes han tenido que empezar a cazar palomas para comer y a recoger agua de lluvia para poder beber. Hace tiempo que todos quieren salir de la ciudad y que únicamente los militares, buena parte de ellos del famoso Batallón Azov, resisten estoicamente ante un futuro inevitable.

El propio líder del Batallón Azov, Andriy Biletsky, ha señalado que muchos de sus hombres desplegados en Mariúpol presentan "claros signos de envenenamiento químico". Al parecer Rusia habría utilizado una "sustancia venenosa" liberada sobre la ciudad con un dron y que estaría provocando "dificultad para respirar y ataxia vestibulocerebelosa" entre aquellos que la han inhalado.

Y no sólo eso, sino que los servicios de inteligencia británicos han alertado del posible uso por parte del ejército ruso de bombas de fósforo blanco, armamento sobre el que la ONG Human Rights Watch ha alertado por la "gravedad de las heridas" que provocvan y que funcionan como "armas incendiarias". El uso de este tipo de armas está prohibido en zonas urbanas bajo el Derecho Internacional.

Una ciudad partida

Según el último informe del Instituto para el Estudio de la Guerra (EEUU), las fuerzas rusas habrían ganado terreno en la ciudad en las últimas 24 horas. Mariúpol, de acuerdo a este instituto, está dividido ahora mismo en dos, con el centro de la ciudad en manos rusas y el puerto principal, en el suroeste, y la planta siderúrgica de Azovstal, en el este, que aún permanecen en manos ucranianas.

Precisamente en la zona de la acería, en los suburbios de la ciudad, es donde las fuerzas prorrusas del Donbás calculan que aún resisten "varios miles" de nacionalistas ucranianos. "Según nuestros cálculos, junto a Azovstal todavía quedan nacionalistas, varios miles. La cifra que con más frecuencia figura en los partes oscila entre 1.500 y 3.000", señaló el líder de la autoproclamada república popular de Donetsk, Denis Pushilin.

El líder separatista señaló que en la siderurgia hay muchos pasadizos subterráneos, "por lo cual no tiene sentido tomar este objetivo por asalto"."Podríamos perder una gran cantidad de hombres, mientras nuestro enemigo no tendría prácticamente pérdidas. Por eso, en estos momentos debemos entender cómo bloquear la fábrica, localizar todas las salidas y entradas, lo que es posible", indicó.

Por otro lado, Pushilin señaló que sus milicias prorrusas ya habrían tomado el puerto de la ciudad, en el mar de Azov. "Respecto al puerto de Mariúpol, está ahora bajo nuestro control", declaró al primer canal de la televisión pública rusa.

10.000 civiles muertos

Y en medio de todo, los civiles. Según Vadim Boichenko, alcalde de Mariúpol, al menos 10.000 civiles habrían muerto en un asedio que dura ya más de seis semanas, aunque el regidor no descarta que esa cifra pueda ser mucho mayor, incluso el doble: “Las calles están alfombradas de cadáveres”. Unos números realmente escalofriantes y que responden a una estrategia de tierra quemada de Rusia. Una vez que Ucrania rechazó rendir la ciudad, la tropa del Kremlin intensificó los bombardeos y comenzó a 'limpiar' la ciudad con menos precauciones que al principio.

No son extrañas las imágenes de tanques disparando desde el otro lado de la calle a edificios civiles en los que teóricamente hay milicias ucranianas parapetadas y donde, colateralmente, también habría civiles ocultos. Pero no sólo eso, ya que el fuego cruzado se ha intensificado en casi todas las calles de la ciudad, con las tropas chechena de Kadirov en primera línea de combate utilizando lanzagranadas y pasando calle por calle y casa por casa antes de seguir avanzando.

Con esta ofensiva multiplicada, "el 90% de las infraestructuras de la ciudad han sido destruidas y el 40% ya es completamente irrecuperable", según Boichenko. "El ejército ruso está destruyendo brutalmente la ciudad. Los bombardeos son incesantes", añadió el alcalde, quien señaló que la mayoría de los bombardeos procveden "del mar" donde permanecen fondeados varios "barcos rusos".