Emmanuel Macron ocupará la presidencia de turno de la UE durante el primer semestre de 2022

Emmanuel Macron ocupará la presidencia de turno de la UE durante el primer semestre de 2022 Reuters

Europa

La visión de Macron para Europa: soberanía y un nuevo modelo de crecimiento

El presidente francés apostará por relajar las reglas de déficit y deuda durante el primer semestre de 2022, cuando Francia dirigirá la Unión.

10 diciembre, 2021 01:43
Bruselas

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Desde que en 2009 se creó el cargo de jefe del Consejo Europeo -ahora ocupado por el belga Charles Michel-, la presidencia rotatoria de la UE, que permite a los 27 Estados miembros turnarse cada seis meses al frente de la Unión, ha perdido cualquier relevancia. Sin embargo, Emmanuel Macron está decidido a devolverle todo su esplendor, justo cuando a Francia le toca asumir el timón en Bruselas entre enero y junio de 2022.

En una ceremoniosa rueda de prensa de más de dos horas, con su Gobierno en pleno y una sala repleta de periodistas, el presidente francés ha presentado en detalle su visión para Europa y ha aprovechado para exhibir sus credenciales como capitán. Lo hace justo cuando acaba de terminar el reinado de 16 años de Angela Merkel y el nuevo canciller Olaf Scholz aún no ha ocupado el vacío de poder.

En la práctica, Macron apenas tendrá tiempo de impulsar sus prioridades. Si ya de por sí un semestre no significa nada en los los lentos ritmos de toma de decisiones en Bruselas, su mandato al frente de la UE será mucho más corto. Francia celebra la primera vuelta de las elecciones presidenciales el 10 de abril. El acto de este jueves podía interpretarse como el pistoletazo de salida de su campaña de reelección, según le ha reprochado un periodista.

Pese a todo, el presidente francés ha presentado una agenda de enorme ambición y a la vez muy detallada, con dos pilares centrales: la construcción de una auténtica soberanía europea frente a China o Estados Unidos y la creación de un nuevo modelo de crecimiento basado en la reindustrialización y la creación de empleo de calidad y bien remunerado.

El lema de la presidencia francesa de la UE será "recuperación, potencia y pertenencia". Su logo combina los colores de la bandera francesa con las estrellas de la europea y una flecha que significa la "voluntad de ir hacia adelante frente a las tentaciones de repliegue". "Debemos pasar de una Europa de cooperación en el interior de nuestras fronteras a una Europa potente en el mundo, plenamente soberana, libre en sus decisiones y dueña de su destino. Ese es el objetivo", ha dicho Macron.

"Frente a todas las crisis que golpean a Europa, son muchos a los que les gustaría depender sólo de la nación. Las naciones son nuestra fuerza, nuestro orgullo, pero la unidad europea es su complemento indispensable. Debemos actuar como europeos, debemos pensar como europeos", ha defendido.

Una Europa más soberana

El primer eje de la Europa soberana que defiende Macron consiste en reforzar el control de las fronteras exteriores. El presidente francés se justifica con el reciente ataque migratorio de Bielorrusia en la frontera polaca, pero en realidad su estrategia intenta comer terreno a sus rivales de derecha, Valérie Pécresse, y de ultraderecha, Marine Le Pen y Eric Zemmour. "Proteger las fronteras exteriores es la condición indispensable para garantizar la seguridad, hacer frente al desafío migratorio y a las guerras híbridas y evitar dramas humanos", sostiene.

Macron quiere un Consejo de Ministros de Schengen a imagen y semejanda del Eurogrupo, así como un refuerzo del código de fronteras. También ha propuesto crear un nuevo mecanismo de apoyo urgente en frontera, que obligaría a todos los países a enviar policías y equipos en caso de avalancha migratoria en un Estado de primera línea, como España. Finalmente, Francia impulsará un acuerdo sobre el nuevo Pacto de Migración y Asilo, aunque en su discurso no ha hablado de las cuotas obligatorias de reparto que reclama Madrid.

El segundo elemento para construir una Europa más soberana es avanzar en la política de defensa, una de las reivindicaciones tradicionales de París. Macron se ha propuesto lanzar por primera vez ejercicios de entrenamiento conjuntos de los distintos Ejércitos europeos y reforzar la industria comunitaria de defensa. Durante el semestre francés, la UE aprobará su nueva doctrina de seguridad (Brújula estratégica), aunque todavía no está claro si saldrá adelante la propuesta de Josep Borrell de crear una fuerza europea de intervención rápida con 5.000 soldados.

Finalmente, Francia quiere contribuir a la estabilidad y prosperidad de los vecinos más próximos de la UE, en particular África y los Balcanes. En febrero se celebrará una cumbre en Bruselas con la Unión Africana, en la que Macron plantea poner en marcha un New Deal económico y financiero; una agenda compartida en materia de educación, sanidad y clima; y una asociación de seguridad con el propósito de hacer frente a la proliferación del terrorismo en el continente. Con los Balcanes, el objetivo es reafirmar su perspectiva europea para frenar las interferencias de Rusia o China en la región.

Un nuevo modelo de crecimiento

Macron ha convocado una cumbre informal de líderes europeos para el 10 y el 11 de marzo que se consagrará exclusivamente a definir este nuevo modelo de crecimiento. A su juicio, el primer pilar debe ser la reindustrialización del continente, con alianzas europeas en sectores punteros como los semiconductores, la economía de la nube, la defensa o la cultura. El presidente francés ha hablado de "campeones europeos", un concepto que provoca resistencias en Bruselas, y también de "construir una soberanía tecnológica".

Para lograr estas metas se necesita una inversión pública masiva, que sólo será posible con "reglas presupuestarias adaptadas". El Pacto de Estabilidad, que fija un límite del 3% para el déficit y del 60% para la deuda, está suspendido desde el estallido de la pandemia en marzo de 2020 y Macron defiende reformarlo y flexibilizarlo antes de que vuelva a entrar en vigor en 2023. "No tendremos éxito si regresamos a un marco fiscal que se creó a principios de los 90", ha dicho.

El presidente francés ha presentado dos alternativas principales de reforma. La primera consistiría en convertir en permanente el fondo Next Generation, de forma que toda la inversión se haga a escala europea y con un endeudamiento común. Si esto se revela inviable (se oponen los países frugales y también Alemania), Macron apuesta por excluir la inversión pública a escala nacional del cálculo del déficit.

Durante su presidencia, París impulsará la agenda climática de la UE y el arsenal de normas para reducir un 55% las emisiones de aquí a 2030. Al mismo tiempo, el presidente francés ve prioritario aprobar la tasa de CO2 en frontera y la norma para prohibir la importación de alimentos producidos en terrenos deforestados. Se trata de garantizar que la industria y el sector agroalimentario europeos no estén en situación de desventaja respecto a países terceros con estándares medioambientales más bajos.

En el sector digital, Macron ha resaltado que entre las 10 empresas más capitalizadas del mundo hay 8 tecnológicas, pero ninguna de ellas es europea. Por eso, reclama dedicar más ayudas comunitarias a las startups más innovadoras. El presidente francés quiere aprobar además durante el próximo semestre la Ley de Mercados Digitales, que "evitará que los gigantes digitales se conviertan en monopolios sin reglas"; y la Ley de Servicios Digitales, que "establece un régimen de responsabilidad de las plataformas sobre los productos que venden y los contenidos que difunden".

Finalmente, Francia impulsará la aprobación definitiva de las directivas sobre salarios mínimos y sobre transparencia salarial. El objetivo último debe ser que la UE sea capaz de ofrecer empleos de mayor calidad y "mejor remunerados". Si Europa no protege a los más débiles y deja prosperar el dumping social, el resultado final puede ser un nuevo Brexit, avisa Macron.