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Europa

El partido que se ríe de las elecciones alemanas: "Con el humor politizamos a mucha gente joven"

La formación El Partido, dirigida por Martin Sonneborn, pone la nota ácida a la última campaña electoral que tendrá a Angela Merkel como canciller.

19 septiembre, 2021 01:52
Berlín

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Reírse de la canciller alemana Angela Merkel y sus posibles sucesores hasta llegar al Bundestag. Ese parece ser el fin último del partido político alemán Die Partei o, en español, El Partido.

Esta formación pone el toque satírico a la campaña electoral alemana, que vive estos días su recta final con el vicecanciller y ministro de Hacienda, el socialdemócrata Olaf Scholz, como gran favorito. Armin Laschet, candidato a canciller de la Unión Cristiano Demócrata (CDU) y oficialmente 'heredero' de Merkel, hace campaña con todo lo que puede contra Scholz.

Para el eurodiputado Martin Sonneborn, líder de El Partido, el espectáculo político de la campaña germana nutre de material para la retahíla de chistes con la que este hombre de 56 años defiende el voto para su formación. “Vota a El Partido. Es muy bueno”, dice el principal eslogan de la formación de Sonneborn.

Los mejores ejemplos de cómo El Partido se ríe de la campaña electoral teutona seguramente esté en sus carteles electorales. Éstos suelen interaccionar con los de las otras formaciones.

Cartel de El Partido con motivo de las elecciones alemanas.

Cartel de El Partido con motivo de las elecciones alemanas.

En Colonia (oeste germano), debajo de un cartel de Scholz con su eslogan "Respeto para ti", El Partido colocó la imagen de una de sus candidatos en esa ciudad, la enfermera Judit Geczl, en el que se lee: “Respeto para mí”. En uno de los carteles de El Partido más vistos, Laschet ha aparecido caricaturizado como un sonriente minion, como si el 'heredero' de Merkel fuera uno de esos célebres y divertidos personajes algo faltos de luces de la saga cinematográfica Gru, Mi Villano Favorito.

A cuenta de uno de los grandes temas de la campaña electoral, el cambio climático y cómo proteger al país del mismo, los carteles de El Partido se preguntan satíricamente: “¿De verdad queremos destruir la economía sólo para salvar el planeta?”. Sonneborn, eurodiputado desde 2014, dice a EL ESPAÑOL que en su partido “el humor es el factor principal” para dirigirse a sus votantes.

No en vano, su formación, que aún tiene pendiente superar la barrera del 5% para estar presente en el Bundestag, surgió de una iniciativa de la revista satírica Titanic. Dicha publicación encuentra su equivalente español en El Jueves o Mongolia. “Con el humor politizamos a mucha gente joven”, señala Sonneborn, aludiendo a su electorado. Humor también destilan, cómo no, las propuestas de El Partido para estas elecciones.

En lugar de un instrumento com el Ingreso Mínimo Vital, Sonneborn y compañía dicen querer implantar un “Máximo Existencial”. “Queremos redistribuir los activos de quienes tengan más de 10 millones de euros” para “hacer la sociedad más justa y luchar contra la pobreza”, explica el líder de El Partido al ser preguntado sobre las medidas clave de su formación en la carrera política que termina con las elecciones generales del próximo domingo 26 de septiembre. “También es importante”, recuerda Sonneborn entre sus prioridades, “poner un freno al precio de la cerveza y al de los kebabs”.

Dicen en El Partido que la formación dedica sus esfuerzos estos días de campaña a hacer “populismo de izquierdas”, aunque también tiran de cosas “sucias, divertidas y de nivel bajo”. Por ejemplo, se han visto en la campaña carteles de El Partido con el mensaje “matar nazis” sobre la cartelería electoral del partido de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD).

A esa formación se le reprocha, en parte por méritos propios, ser de extrema derecha. Tanto es así que la Oficina de Protección de la Constitución, nombre que reciben aquí los servicios de inteligencia del Ministerio del Interior, valora actualmente poner al partido de ultraderecha bajo vigilancia por “anticonstitucional”.

Al ser preguntado por los principales candidatos, a saber, Scholz, Laschet y la ecologista Annalena Baerbock, Sonneborn no deja títere con cabeza. “A Laschet no se le puede tomar en serio, Baerbock no tiene ninguna posibilidad de ganar y Scholz será el mejor canciller de la CDU [sic] que hayamos tenido nunca”, señala Sonneborn.

Gran respeto” por Merkel por dividir Europa

Para este eurodiputado y líder político-satírico no parece haber grandes diferencias entre Scholz, que pertenece al Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), y lo que defiende la CDU. Ambos partidos han gobernado en 'gran coalición' doce años durante la era Merkel.

Martin Sonneborn.

Martin Sonneborn.

“Ni él mismo se puede creer la suerte que tiene en este momento”, señala Sonneborn sobre la situación de Scholz. Las encuestas de intención de voto dan al SPD ganador en esta recta final de la campaña. Se le atribuye hasta un 26% de la intención de voto, quedando por delante de la CDU. A los conservadores se les ve ganando entre el 20% y el 25%. Los Verdes están ahora mismo muy por detrás de socialdemócratas y conservadores. Como mucho, a los ecologistas se les concede un 17% de los votos.

Durante meses, el SPD estuvo flirteando con la irrelevancia. Las elecciones de 2017, en las que los socialdemócratas sufrieron una derrota histórica, fueron un duro golpe para los socialdemócratas. Su candidato entonces, Martin Schulz, se topó con la solidez de Angela Merkel, que acabó siendo reelegida canciller por cuarta vez tras aquellas elecciones.

En 2021, sin embargo, Merkel no se presenta a su reelección. Ha estado 16 años en el Gobierno y, el balance que hace Sonneborn de la era Merkel tiene forma de ácido chiste. “Tengo un gran respeto por Merkel, ha conseguido romper la Unión Europea en 16 años. Ha enfrentado al Este contra el Oeste, al Norte contra el Sur, mientras Alemania se aprovecha económicamente”, dice Sonneborn.

Eso no quiere decir, en modo alguno, que él pudiera mejorar las cosas si los alemanes le hicieran canciller. “Lo siento. No tengo ambiciones de canciller. Ser canciller es demasiado agotador”, concluye.