Rutte celebra su amplia victoria en las elecciones holandesas

Rutte celebra su amplia victoria en las elecciones holandesas Yves Herman/Reuters

Europa Perfil

Rutte, el hombre tranquilo que frena a la ultraderecha en Holanda

"Holanda, tras el brexit y las elecciones estadounidenses, ha dicho no al populismo malo", proclama el primer ministro.

16 marzo, 2017 00:36
Bruselas

Noticias relacionadas

Ya sea frente al discurso incendiario del islamófobo Geert Wilders o a los ataques del primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, el primer ministro holandés, el liberal Mark Rutte (La Haya, 50 años), ha vuelto a demostrar en los últimos días que tiene unos nervios de acero y nunca pierde su sangre fría. Su respuesta tranquila pero a la vez implacable al choque diplomático con Erdogan, impidiendo que dos ministros turcos hicieran campaña en Holanda pese a la presión de Ankara, es el factor final que ha decantado una victoria más contundente que la prevista sobre Wilders en las elecciones de este miércoles, según coinciden todos los analistas.

Para celebrarla ha escogido una de sus canciones favoritas, Uptown funk, de Mark Ronson y Bruno Mars, que sonaba a todo volumen en la fiesta de su partido, el VVD, en La Haya. "Holanda, tras el brexit y las elecciones estadounidenses, ha dicho no al populismo malo", ha proclamado Rutte. "Por tercera vez consecutiva, vamos a ser el mayor partido", ha agregado en un breve discurso ante sus entregados militantes. Su prioridad ahora será formar un Gobierno estable, tarea complicada por el hundimiento de sus actuales socios de coalición, los socialdemócratas del PvdA y la fragmentación del paisaje político, con 13 partidos que logran escaño en el Parlamento.

Durante la campaña, Rutte ha hecho valer su fiabilidad y experiencia -ocupa el cargo de primer ministro desde 2010- y prácticamente ha presumido de su carácter gris y aburrido, un contrapunto absoluto frente a la  extravagancia de Wilders. "Esta es la diferencia entre tuitear desde el sofá y dirigir el país", le espetó al líder populista, tan adicto a Twitter como el presidente estadounidense Donald Trump, durante el único debate cara a cara celebrado el pasado lunes. 

Adopta la retórica populista

Pero para derrotar a Wilders, Rutte no ha dudado en adoptar parte de su retórica antiinmigración y antiislam. "Actúa de forma normal o márchate", era el eslogan de un anuncio electoral dirigido a los inmigrantes que publicó en toda la prensa holandesa al principio de la campaña.

El anuncio, en forma de carta abierta, arremetía contra "la gente que no se adapta, que ataca nuestras costumbres y rechaza nuestros valores", "que ataca a los gays, grita a las mujeres con minifalda o llama racistas a los holandeses normales". "Entiendo a las personas que piensan que si rechazáis de forma tan fundamental nuestra tierra, es mejor que os marchéis. De hecho, yo pienso lo mismo", señalaba Rutte.

Lo cierto es que Wilders y Rutte son enemigos íntimos desde hace mucho tiempo. "Rutte todavía no se ha librado de mi", ha escrito Wilders tras conocer su derrota. El líder islamófobo militaba en el mismo partido que el primer ministro, el VDD, pero lo abandonó en 2004 por desacuerdos políticos para fundar su propia fuerza política, mucho más extremista. Durante el primer mandato de Rutte, entre 2010 y 2012, Wilders le apoyó desde fuera del Gobierno. Pero cuando el Gobierno holandés tuvo que aprobar los recortes presupuestarios exigidos por Bruselas, Wilders le retiró la confianza y provocó su caída. Desde entonces, Rutte ha prometido que nunca más pactará con él.

Un soltero feliz

Rutte se declara un "soltero feliz". No descarta casarse y tener hijos en el futuro, pero todavía no, según dijo a una revista femenina. Su padre era comerciante y su madre secretaria y él es el menor de siete hermanos. Estudió historia en la universidad de Leiden y su vocación política es temprana: se convirtió en presidente de las juventudes liberales a los 21 años.

No obstante, antes de ocupar ningún cargo público, trabajó durante 10 años en la empresa privada, en concreto en el departamento de recursos humanos de la multinacional Unilever. Todavía hoy, Rutte sostiene que no quiere ser político profesional durante el resto de su vida.

Entre 2002 y 2006, fue secretario de Estado de Empleo y Asuntos Sociales y después de Educación y Cultura en los Gobiernos liderados por el democristiano Jan Peter Balkenende. En 2006 llegó a la presidencia del partido liberal y en 2010 ganó por primera vez las elecciones y formó su primer Gobierno de coalición.

Pese a su trabajo de primer ministro, Rutte ejerce dos horas a la semana de profesor en una escuela de secundaria de La Haya. Allí enseña holandés y estudios sociales, según presume en su currículum.