El líder norcoreano Kim Jong Un asiste a la ceremonia inaugural de un Hospital.

El líder norcoreano Kim Jong Un asiste a la ceremonia inaugural de un Hospital. Reuters

Asia

Corea del Norte vuelve a abrir (y a cerrar) sus fronteras a los turistas occidentales con cero garantías de seguridad

El país es uno de los más sancionados del mundo, pero el turismo era una de las principales fuentes de divisas lícitas antes de la pandemia. 

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Jara Atienza
Publicada

Corea del Norte ha decidido suspender nuevamente la entrada de turistas extranjeros occidentales tras un breve período de apertura, lo que subraya la incertidumbre y los riesgos asociados con visitar el país más hermético del mundo. A pesar de la reciente flexibilización de las restricciones fronterizas impuestas desde la pandemia hace cinco años, la falta de transparencia y la arbitrariedad en las decisiones del régimen hacen que viajar a Corea del Norte siga siendo una apuesta arriesgada.

El país había comenzado a aceptar algunos grupos de visitantes internacionales el pasado mes de febrero, cuando un grupo de viajeros de Reino Unido, Canadá, Grecia, Nueva Zelanda, Francia, Alemania, Austria, Australia e Italia visitaron el país. Lo hiciero, eso sí, con limitaciones estrictas, ya que los tours estaban restringidos a la ciudad nororiental de Rason, una zona económica especial. Sin embargo, la suspensión repentina de estas visitas demuestra la inestabilidad de las políticas de acceso y deja en evidencia la falta de garantías para los viajeros.

Uno de los mayores peligros al viajar a Corea del Norte es la posibilidad de ser detenido por razones arbitrarias. El régimen es conocido por aplicar leyes de manera impredecible, lo que ha resultado en la detención de extranjeros por acciones que en otros países serían consideradas inofensivas, como tomar fotografías en lugares no autorizados o mostrar una actitud considerada irrespetuosa hacia el liderazgo norcoreano. Y no es algo nuevo.

Asesinatos y arrestos

Hace casi dos décadas, en 2008, un soldado norcoreano mató a una turista de Corea del Sur que estaba visitando el complejo turístico de Kumgang, que acumulaba millones de visitas desde su apertura en 1998. Le disparó cunado se acercaba a una zona militar restringida, según recoge The Guardian. 

En 2016, un joven estadounidense de 22 años estuvo más de un año detenido en Corea del Norte tras ser condenado por robar un cartel de propaganda política del hotel donde se alojaba en la capital norcoreana. Cuando fue liberado por "razones humanitarias", volvió a su país en coma y con signos de violencia, recuerda el New York Times. 

Kim Jong - un dice que es su deber estar completamente listo para usar la disuasión nuclear.

Kim Jong - un dice que es su deber estar completamente listo para usar la disuasión nuclear. Reuters

Parón de visitas sin previo aviso

Koryo Tours, una agencia con sede en China especializada en viajes a Corea del Norte, informó recientemente en su página web que las visitas a Rason han sido "temporalmente paralizadas", sin previo aviso. La agencia ha indicado que está "trabajando para confirmar y entender la situación". Young Pioneer Tours, otra empresa de viajes con base en China, también ha confirmado la suspensión de sus visitas a Rason tras recibir una notificación de sus "socios" en Corea del Norte. 

Además de la incertidumbre política, los turistas enfrentan una falta total de asistencia consular en caso de problemas. La mayoría de los países occidentales no tienen representación diplomática en Corea del Norte, lo que dificulta cualquier tipo de intervención en caso de arresto o emergencia médica. Asimismo, las comunicaciones dentro del país están estrictamente controladas, lo que impide el contacto con el exterior y deja a los viajeros completamente a merced de las autoridades locales.

Antes de la pandemia, el turismo era una fuente legítima de divisas para Corea del Norte, uno de los países más sancionados del mundo. Más del 90% de los turistas procedían de la vecina China. En 2022, Pyongyang comenzó a reabrir sus fronteras, permitiendo la entrada de unos 100 turistas rusos. El año pasado, unos 880 rusos visitaron el país, de acuerdo con el Ministerio de Unificación de Corea del Sur.

Si bien el turismo representa una fuente de divisas para el régimen (que las necesita para desarrollar su programa nuclear) y un canal para extender su propaganda, los riesgos de viajar a Corea del Norte superan con creces los beneficios de una experiencia turística en el país. La reciente suspensión de las visitas a Rason es una muestra más de la naturaleza volátil y restrictiva del gobierno de Kim Jong-un.