Prueba de un dispositivo de Campus Guardian Angel disparando contra un maniquí en un gimnasio. Campus Guardian Angel
EEUU prueba un nuevo sistema para detener los asaltos armados en sus colegios: drones que disparan gas pimienta
Los drones estarán guardados en cajas de carga seguras instaladas en los centros y serán manejados a distancia por pilotos certificados por la Administración Federal de Aviación (FAA) desde Texas.
“En un tiroteo escolar, la mayoría de las muertes se producen en los primeros 120 segundos. Se trata de llegar lo antes posible para frenar al atacante”.
Más información: Al menos dos muertos y cinco heridos en un tiroteo en la Universidad Estatal de Florida
Tres distritos escolares de Florida se preparan para poner a prueba un sistema pionero y polémico: drones equipados con gas pimienta y diseñados para neutralizar a tiradores en cuestión de segundos.
La iniciativa, impulsada por la compañía texana Campus Guardian Angel, busca ofrecer una respuesta rápida en los momentos críticos de un ataque armado en colegios e institutos, como recoge The New York Post.
El plan cuenta con el visto bueno del Departamento de Educación de Florida, que elegirá a los distritos participantes.
El mayor del estado, Miami-Dade County Public Schools, ya ha mostrado interés e incluso realizó pruebas en julio en uno de sus campus, según informó CBS News.
Tecnología de guerra
Los drones estarán guardados en cajas de carga seguras instaladas en los centros y serán manejados a distancia por pilotos certificados por la Administración Federal de Aviación (FAA) desde Texas.
Sin embargo, el sistema permite que el personal escolar active los dispositivos de forma inmediata mediante una alarma silenciosa u otros mecanismos.
Cada unidad incluye un sistema de comunicación bidireccional, alarmas, proyectiles no letales de gas pimienta y un dispositivo capaz de romper ventanas para distraer o crear rutas de evacuación.
“En un tiroteo escolar, la mayoría de las muertes se producen en los primeros 120 segundos. Se trata de llegar lo antes posible para frenar al atacante”, explicó Justin Marston, fundador y consejero delegado de la compañía.
El despliegue no es automático: antes de intervenir, un “comandante de compañía” establece el plan de vuelo y coordina la operación con autoridades escolares y fuerzas de seguridad locales.
Mientras tanto, las aeronaves transmiten imágenes en tiempo real a la policía para facilitar la localización y neutralización del agresor.
Costes y dudas
El sistema se comercializa en paquetes de seis drones, con un coste de 15.000 dólares de compra inicial más una cuota mensual de 1.000 dólares por cada 500 estudiantes.
En colegios con grandes matrículas, la factura puede dispararse: un instituto como John A. Ferguson Senior High School, con más de 4.000 alumnos en Miami-Dade, necesitaría varias cajas.
El gobernador Ron DeSantis ha reservado 557.000 dólares en el presupuesto estatal de 2025-2026 para financiar las demostraciones.
Sin embargo, se desconoce cuánto más deberán invertir los distritos si finalmente deciden adquirirlos.
Violencia en Florida
El debate se produce en un estado profundamente golpeado por la violencia armada en las aulas.
Desde la masacre de Parkland en 2018, que dejó 17 muertos en la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas, se han registrado más de 60 tiroteos escolares en Florida, de acuerdo con el K-12 School Shooting Database.
La tragedia más reciente ocurrió en abril, cuando dos personas fueron asesinadas por el hijo de un alguacil en la Universidad Estatal de Florida.
Varios de los estudiantes presentes aquel día ya habían sobrevivido o perdido amigos en Parkland, lo que reavivó la urgencia de nuevas medidas de seguridad.
De Texas a Florida
El proyecto de drones no es completamente nuevo. Antes de llegar a Florida, fue probado en distritos escolares de Texas como Boerne ISD, Highland Park ISD, Lancaster ISD y Texas Hill Country.
La compañía asegura que la experiencia previa demuestra que el sistema puede desplegarse con rapidez y sin poner en riesgo la vida de estudiantes o profesores.
Aun así, la propuesta despierta fuertes interrogantes éticos y legales. ¿Hasta qué punto es aceptable militarizar los colegios con dispositivos semiautónomos capaces de lanzar gas pimienta sobre adolescentes?
¿Qué ocurriría si un dron falla, se activa por error o es manipulado de forma indebida?
Por ahora, Florida se convertirá en el primer laboratorio de pruebas a gran escala de esta tecnología, bajo la promesa de detener en segundos lo que hasta ahora ha costado tantas vidas en minutos.