Javier y Karina Milei celebran su triunfo electoral.

Javier y Karina Milei celebran su triunfo electoral. Camila Godoy Europa Press

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Karina, la hermana de Milei y 'primera dama' de Argentina, denunciada por cobrar sobornos a una empresa

Sin mencionar la polémica, el presidente argentino encabezó la noche del lunes un acto proselitista y alentó al público a aplaudir a su hermana.

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Si en España hay un caso Koldo y un caso Begoña, Argentina no se queda atrás: acaba de estrenar el caso Karina (Milei). La hermana del presidente, secretaria general de la Presidencia, ha sido acusada del presunto cobro de sobornos a un laboratorio que vende medicamentos al Estado.

“A Karina le llega el 3% (del dinero de las ventas)”, aseguró Diego Spagnuolo, director de la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis), el organismo que compra los fármacos. Según sus cálculos, las comisiones ilegales rondarían “entre 500.000 y 800.000 dólares mensuales”.

El audio de la conversación de Spagnuolo con otra persona desconocida se filtró a la prensa y desató el escándalo. Se desconoce quién lo entregó a los medios, pero parece evidente que su objetivo era dañar la imagen del Gobierno de Javier Milei.

“Javier: vos sabés que están robando, que tu hermana está robando”, se escucha decir a Spagnuolo en la grabación.

El presidente argentino no ha reaccionado con claridad ante la crisis. Solo ha destituido a Spagnuolo como jefe de la Andis, pese a que también era su amigo y abogado particular. El comunicado oficial del despido se limitó a aludir a “los hechos de público conocimiento”.

Sin mencionar la polémica, Milei encabezó la noche del lunes un acto proselitista y alentó al público a aplaudir a su hermana. “Gracias, Jefe —así la llama— por haber organizado La Libertad Avanza a nivel nacional”, proclamó.

Spagnuolo también señaló como supuestos receptores de sobornos a Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados, y a Eduardo Lule Menem, asesor de Karina. Ambos son sobrinos del expresidente Carlos Menem, fallecido en 2021 y posteriormente condenado por corrupción.

Martín Menem salió al paso en televisión y calificó las acusaciones de “falsas” y de “una monumental operación mediática días antes de la elección” parlamentaria bonaerense. Incluso se arriesgó a afirmar: “Pongo las manos en el fuego por Lule Menem y por Karina Milei”.

Por su parte, Lule Menem publicó en X un mensaje en el que se desliga de las acusaciones. “Jamás tuve intervención en ninguna contratación de la Andis”, escribió, y definió todo como “una burda operación política del kirchnerismo para intentar manchar al Gobierno”.

La justicia federal investiga la veracidad de las denuncias de Spagnuolo. De momento le ha incautado sus dos teléfonos móviles, una máquina de contar billetes y el pasaporte, para impedir su salida del país.

En paralelo, un allanamiento en la casa de los dueños del laboratorio farmacéutico Suizo Argentina, sospechosos de pagar los sobornos, permitió a la policía decomisar 266.000 dólares en metálico, repartidos en sobres aparentemente destinados a pagos. Un joven de la familia se dio a la fuga durante el operativo.

El caso Karina concentra la atención mediática y en redes sociales porque Milei prometió en campaña acabar con “la casta” política y con los negocios turbios entre funcionarios y proveedores del Estado. Pero ahora es su hermana quien ha quedado bajo sospecha.

El presidente y Karina son inseparables. Él se refiere a ella como “El Jefe”. “La única persona fundamental es mi hermana, el 99% es obra de ella; sin ella nada de esto existiría”, confesó meses atrás.

Ambos son hijos de un matrimonio formado por un conductor de autobús, posteriormente empresario, y un ama de casa. Milei ha relatado que de niño su padre lo golpeaba, y que por ello rompió relaciones durante años hasta que Karina propició la reconciliación.

Para colocarla al frente de la Secretaría General, Milei modificó la ley que prohibía designar familiares en cargos públicos. Ella gestiona la agenda presidencial, decide quién lo visita y quién no, mueve y remueve altos cargos, dirige el partido oficialista La Libertad Avanza y acompaña al mandatario en sus viajes al extranjero.

“¿Qué es tu hermana en tu vida?”, le preguntaron en una ocasión. Al borde del llanto, Milei respondió con una referencia bíblica: “Moisés era un gran líder, pero no era bueno divulgando. Entonces Dios le mandó a Aarón para que divulgara. Bueno… Karina es Moisés y yo soy Aarón. Soy solo un divulgador”.

De la vida previa de Karina Milei se sabe poco. Fue emprendedora en repostería: cocinaba tartas que vendía por encargo en Instagram. También echaba el tarot y confeccionaba muñecos de superhéroes, según la biografía no autorizada El Loco, del periodista Juan Luis González.

Hace una década participó en un concurso televisivo que repartía premios en metálico. Estudió Relaciones Públicas en la Universidad Argentina de la Empresa, donde tardó nueve años en graduarse.

El caso Karina se suma a otras acusaciones contra la funcionaria. La prensa argentina ya había recogido denuncias de venta de candidaturas en las listas oficialistas a cambio de dinero o favores sexuales, así como el cobro de 2.000 dólares por asistir a conferencias de Milei.

Los medios también destacaron la criptoestafa con el memecoin “$Libra”, promocionado por Milei, que causó pérdidas de 250 millones de dólares a los compradores. La justicia estadounidense investiga ese caso, que podría complicar al presidente o a su hermana.

Pero el caso Karina resulta más sensible para la opinión pública porque involucra a las personas con discapacidad. Antes del escándalo, Milei ya había aplicado su “motosierra” recortando pensiones y ayudas sociales. El semanario Noticias resumió la situación con una portada en la que retrató a Karina Milei bajo el título “La cajera”.