
El expresidente Joe Biden, en una imagen de archivo.
El expresidente Joe Biden sufre un cáncer de próstata con metástasis
El diagnóstico se realizó tras la detección de un “pequeño nódulo” en la próstata que necesitaba “una evaluación adicional”.
Más información: Los asesores de Biden planearon que el presidente pasara a usar silla de ruedas si ganaba las elecciones
El expresidente de Estados Unidos Joe Biden, de 82 años, ha sido diagnosticado con un cáncer de próstata en fase metastásica, con afectación ósea. La oficina del exmandatario hizo público el parte médico este domingo a través de un comunicado en el que señala que tanto él como su familia se encuentran actualmente evaluando las opciones terapéuticas junto a su equipo sanitario.
El tumor fue descubierto el pasado viernes después de que Biden comenzara a experimentar síntomas urinarios que motivaron una revisión clínica más detallada. Según el texto difundido, el diagnóstico se produjo tras detectar un “pequeño nódulo” que requería “una evaluación adicional”. Aunque se trata de una forma “agresiva” de la enfermedad, los médicos destacan que el cáncer es sensible a terapias hormonales, lo que permitiría mantenerlo bajo control con un tratamiento adecuado.
Desde que abandonó la Casa Blanca en enero de 2025, Biden ha mantenido una presencia pública limitada. No obstante, la semana pasada participó en dos entrevistas televisivas con motivo de los primeros cien días del nuevo mandato de Donald Trump. En una de ellas, emitida en el programa The View junto a su esposa, Jill Biden, el exlíder demócrata defendió su gestión al frente del Ejecutivo y negó categóricamente que su salud mental se hubiera deteriorado durante el último año en el cargo: “Están equivocados. No hay nada que lo respalde”.
Pese a esa defensa pública, los indicios de desgaste físico y cognitivo habían sido motivo de preocupación dentro de su círculo más cercano en los últimos meses de su presidencia. De hecho, algunos de sus asesores más veteranos debatieron en privado la posibilidad de que, en caso de presentarse a la reelección, necesitara recurrir a una silla de ruedas, en un paralelismo inevitable con Franklin D. Roosevelt.
Estas revelaciones forman parte del contenido del libro Original Sin: President Biden’s Decline, Its Cover-Up, and His Disastrous Choice to Run Again, que verá la luz la semana próxima en Estados Unidos. Sus autores, Jake Tapper (CNN) y Alex Thompson (Axios), sostienen que los informes médicos internos señalaban una degeneración estructural importante de la columna vertebral y una pérdida progresiva de estabilidad al caminar. La Casa Blanca, según los periodistas, optó por minimizar estos indicios para evitar mostrar debilidad durante la campaña de 2024, en la que Biden se midió nuevamente con Trump.
Finalmente, el político demócrata se retiró abruptamente de la contienda en julio del año pasado, tras un debate deslucido frente a su rival republicano que encendió todas las alarmas dentro del partido. Su retirada dio paso a la candidatura de la entonces vicepresidenta Kamala Harris, que fue derrotada en noviembre por Trump, quien a sus 78 años batió el récord de edad presidencial que había establecido Biden en 2020.
El anuncio del nuevo diagnóstico coincide con un momento especialmente delicado para la formación demócrata, que aún arrastra las consecuencias de haber apostado por un candidato cuya capacidad para asumir un segundo mandato estaba cada vez más en entredicho. “Fue un error no haber escuchado antes a los votantes”, admitió este domingo el senador demócrata Chris Murphy, en una entrevista en NBC, horas antes de conocerse la noticia del cáncer.
La enfermedad oncológica ha marcado profundamente la vida personal de Biden. En 2015, su hijo Beau falleció a causa de un glioblastoma, un tipo de tumor cerebral altamente agresivo. Durante su presidencia, el entonces mandatario relanzó el programa Cancer Moonshot, una iniciativa federal destinada a reducir la mortalidad por cáncer en un 50% en un plazo de 25 años.
La Casa Blanca no ha hecho declaraciones públicas tras conocerse el nuevo parte médico. Tampoco se han precisado aún los próximos pasos en el tratamiento del expresidente. Entretanto, Biden permanece en su residencia acompañado por su familia.