Un avión de EEUU con material médico, incluidos ventiladores.

Un avión de EEUU con material médico, incluidos ventiladores. Reuters

EEUU

"Somos los reyes de los ventiladores": Trump dona equipos a países que no pueden usarlos

Las donaciones se han hecho a países que normalmente no las necesitan o que no están preparados para hacer su mantenimiento.

16 julio, 2020 02:16

"Ahora somos los reyes de los ventiladores". La declaración de Trump a los periodistas el pasado abril se refería al que considera ser su mayor logro durante la pandemia. Al verse rodeado de críticas por su gestión del coronavirus, Trump resaltó su labor donando miles de ventiladores a otros países. Sin embargo, una investigación de ProPublica señala que muchos de los equipos se han donado a países que no los necesitaban o no los sabían utilizar.

Su plan, según la publicación, se basó en que los funcionarios de la Casa Blanca presionaran a la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional a comprar miles de dispositivos caros de compañías estadounidenses y donarlos al extranjero. Un funcionario de USAID se refirió recientemente al proyecto en un correo electrónico interno como "la donación POTUS de ventiladores", utilizando el acrónimo para presidente de los Estados Unidos.

Sin embargo, denuncia la publicación, no está claro cómo se eligen los países o cómo se asignan los ventiladores. Un memorándum de USAID al que ProPublica tuvo acceso, muestra equipos donados a naciones ricas que generalmente no reciben ayuda extranjera, como los países de la OTAN. Otros, si embargo, son países que no están preparados para utilizar estos dispositivos que requieren personal permanente y mantenimiento regular, lo que redunda, muchas veces, en el desaprovechamiento del material.

Las decisiones de la administración sobre la distribución de los ventiladores tampoco parecen tener correlación con el número de muertes o infecciones por coronavirus en el país. Honduras, que está recibiendo 100 ventiladores, tenía alrededor de 72 casos confirmados por cada 100.000 personas el 11 de junio, el día en que el plan fue aprobado por un alto funcionario del Departamento de Estado, según datos de la Organización Mundial de la Salud. El vecino El Salvador, que recibirá 600 ventiladores, tenía alrededor de 51 casos por cada 100.000 personas en ese momento. Y Vietnam está listo para recibir 100 ventiladores, aunque el país ha tenido pocos cientos de casos en total y ninguna muerte.

La administración ha señalado que ha gastado cerca de 200 millones de dólares en ventiladores, un poco menos de una quinta parte de su prometida ayuda extranjera relacionada con el coronavirus. Pero los expertos en salud pública destacan que, sin evaluar cuidadosamente la experiencia en el cuidado de la salud de cada país, y sin un seguimiento para garantizar que los hospitales puedan mantener las máquinas en funcionamiento, las donaciones podrían desperdiciarse o incluso poner en riesgo la vida de los pacientes.

"Lo veo en todo el mundo. Lo llaman cementerios médicos", dice el Berend Mets, presidente del Comité de Extensión Humanitaria Global de la Sociedad Estadounidense de Anestesiólogos. "Todo el equipo se almacena en una habitación y no saben qué hacer con él, no saben cómo arreglarlo, y es una tragedia".

La mayoría de los países de bajos y medianos ingresos que luchan contra la pandemia tienen menos necesidad de ventiladores que de suministros de oxígeno en dispositivos simples, o fondos para enfermeras y médicos, explica Rebecca Inglis, médica de cuidados intensivos que investiga el cuidado de pacientes críticos en lugares con pocos recursos.

"Los políticos y cualquier otro gran organismo donante son seducidos por el glamour y la ostentación de donar equipos de alta tecnología que capturan el imaginario del público", dijo. "A la gente le gusta una donación elegante en la que pueden poner una placa".

La portavoz interina de USAID, explicó que la agencia está proporcionando los respiradores en respuesta a las solicitudes de los países y está trabajando con ellos para evaluar la capacidad de los hospitales de "usarlos de manera segura y adecuada", ofreciendo "asistencia técnica específica donde sea necesario", así como acceso a un "portal de aprendizaje a distancia para proveedores de salud".

Los expertos en salud pública insisten en que los equipos básicos, como máscaras, guantes y pruebas de diagnóstico, se necesitaban con mayor urgencia. Al principio de la pandemia, USAID restringió la compra de equipo de protección personal por parte de los destinatarios de sus fondos, y las normas actuales aún imponen límites a dichas compras.