Luis Caputo, de evadir en paraísos fiscales como ministro de Macri a jefe de Economía de Javier Milei

Luis Caputo, de evadir en paraísos fiscales como ministro de Macri a jefe de Economía de Javier Milei

América

Luis Caputo, de evadir en paraísos fiscales como ministro de Macri a jefe de Economía de Javier Milei

Caputo ocupó el Ministerio de Finanzas y su gestión estuvo siempre rodeada de sospechas de corrupción. 

30 noviembre, 2023 03:29
Buenos Aires

El 'plan motosierra' de reducción del Estado en Argentina ya cuenta con un operario que encienda la 'máquina' y arranque la poda: es el especialista en finanzas Luis "Toto" Caputo, que asumirá como ministro de Economía del nuevo Gobierno, presidido por el ultraderechista Javier Milei, el próximo 10 de diciembre.

Tiburón de las finanzas globales con pasado profesional en Wall Street –JP Morgan y Deutsche Bank-, Caputo (58 años, economista) ya es conocido por los argentinos: ocupó el Ministerio de Finanzas y el Banco Central entre 2015 y 2018, durante el gobierno del entonces presidente y magnate de derechas, Mauricio Macri.

"(Caputo) es el Messi de las finanzas", lo adulaban en aquella época Macri y otros altos cargos de su gobierno. Y a él ese apodo le causaba tanta gracia que solía comentárselo entre risas a los funcionarios del Fondo Monetario Internacional (FMI) en sus charlas cuando iba a visitarlos a Washington.

En cambio, los argentinos recuerdan a "Toto" por su gestión controvertida y poco transparente, salpicada de sospechas de corrupción. El endeudamiento de Argentina con el FMI -45 mil millones de dólares, el mayor en la historia del organismo- y la posterior fuga al extranjero de más o menos la mitad de esos fondos precipitaron su renuncia en 2018.

La puerta de salida le había sido señalada por la entonces jefa del FMI, Christine Lagarde. Ella le dijo al Financial Times que respecto a Argentina buscaba "claridad, transparencia e información apropiada para los operadores de mercado y una comunicación mejorada" en la política monetaria del Banco Central que dirigía "Toto".

Irregularidades

Caputo accedió en 2016 a los reclamos de los llamados 'fondos buitre', que a precio de ganga compraron bonos públicos 'basura' y entablaron juicio a Argentina, pagándoles 9.352 millones de dólares (8.500 millones euros), una deuda que el gobierno anterior de la presidente Cristina Kirchner (2011-2015) se negaba a reconocer por considerarla "inflada" y "usuraria".

También emitió títulos de deuda pública para financiar el déficit en las cuentas del Estado, llamados bonos Globales 2021, 2026, 2046. El que cobró más fama fue el título Global 100, pues se lanzó a un siglo de plazo, por 2.759 millones de dólares al 7,125% anual de interés efectivo. Ese bono vencerá en 2117.

Además de lo insólito de emitir deuda a 100 años, saltó el escándalo al conocerse que el propio ministro de Finanzas que firmó la emisión a la vez había comprado bonos Global 100 por cinco millones de dólares a través de Noctua Asset Management LLC, inscrito en la guarida fiscal, Delaware. Luego, él intentó aclarar que no era propietario sino asesor.

Pero el informe Paradise Papers sobre guaridas fiscales, del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), desmintió a Caputo al asignarle la propiedad de acciones de Noctua. Así como otras acciones en los fondos de inversión Alto Global, Princess y Affinis, radicados en la guarida fiscal islas Caimán.

Al asumir en la función pública, Caputo ocultó a la Oficina Anticorrupción que era accionista de fondos de inversión global y que compraban y administraban bonos de la deuda pública de Argentina. Para peor, estaban emplazados en paraísos fiscales en que se oculta el dinero no declarado al fisco. La omisión contravino la ley de ética pública.

Por esas irregularidades, desde 2017 el designado ministro de Economía afronta una causa penal en el juzgado federal número 10, juez Julián Ercolini, pero nunca fue llamado a declaración. Tampoco fue citado a indagatoria en el otro expediente en que está encausado desde 2018, por el préstamo del FMI, en el juzgado federal número 5, juez María Eugenia Capuchetti.

Ministro de Economía

Pese a aquellos antecedentes y la desconfianza que despierta entre los argentinos, Milei viajó el lunes a Washington con Caputo y otros colaboradores. De regreso a Buenos Aires, ayer miércoles, el presidente electo confirmó que "Toto" será el ministro de Economía y que ya mantuvo reuniones con los directivos del Tesoro de los Estados Unidos y del FMI.

Milei aseguró que Caputo "resulta fundamental" para resolver el problema de las Leliqs (deuda del Banco Central) pues tiene "mucha espertiz" y si no "terminaremos en hiperinflación". Sin embargo, en 2018 lo acusaba: "Caputo se fumó 15 mil millones de dólares de reservas irresponsablemente y nos dejó el lío de las Leliqs. El desastre del Banco Central lo hizo Caputo".

En Washington, el FMI, a través de su subdirectora gerente Gita Gopinath, calificó ayer miércoles de "positivo encuentro" el mantenido con Caputo y otros "asesores económicos de Milei". "Discutimos los complejos desafíos que enfrenta Argentina y los planes para fortalecer urgentemente la estabilidad", añadió.

El FMI está "muy interesado" en apoyar a Argentina y podría ampliar su financiación a través del Fondo Fiduciario para la Resiliencia y la Sostenibilidad (RST), afirmó el martes la titular del organismo, Kristalina Georgieva. Los fondos RST son para ayudar a países de ingresos medios y bajos a afrontar eventos extraordinarios.

Por fuera de la economía, hay otro dato de interés sobre Caputo: es hermano de Rossana Pía Caputo, que supuestamente habría pagado varios millones de pesos a Jonathan Morel y Leonardo Sosa, dos de los acusados del fallido asesinato de Cristina Kirchner, el 1 de setiembre de 2022, cuando la bala de la pistola no salió, según la querella de la expresidenta.

El desembolso por parte de la compañía "Caputo Hermanos" a ambos jóvenes, miembros de la organización de ultraderecha Revolución Federal, habría sido para la compra de muebles nuevos, una operación de la cual hay dudas e imprecisiones. Morel y Sosa solían montar una réplica de guillotina en la plaza de Mayo y cortaban la cabeza a una muñeca gigante igual a Cristina Kirchner.