Sebastián Marset y tres de sus documentos de identidad.

Sebastián Marset y tres de sus documentos de identidad. EE

América

Atrápame si puedes, siglo XXI: la búsqueda global del "narco millennial" que se burla de la policía en redes

Sebastián Marset se sabe más listo que las autoridades: con sus "miles de identidades", salta de país en país mientras se graba jugando al fútbol.

1 octubre, 2023 02:44

Traspasa fronteras y cambia su identidad como un criminal de película. La Interpol lo ha declarado en busca y captura, y existen más de 2.000 policías repartidos por Bolivia tratando de dar con él. Mientras, él aparece en vídeos de TikTok jugando al fútbol y burlándose de que las autoridades no son "lo bastante listas". Con 32 años, se enorgullece de haber fundado el primer cártel de Uruguay, aunque se le espera en cualquier rincón del planeta.

Este perfil tan llamativo ha conferido a Sebastián Marset distintos apodos: el "narco millennial" por su juventud y su presencia en redes, el "hombre de las mil caras" por su habilidad para obtener identidades falsas, o el "rey del sur", por su supuesto papel como uno de los mayores capos de la droga de todos los tiempos. Especialmente en países de Sudamérica, como Bolivia, Brasil, Paraguay, Colombia o Uruguay.

Desde que lo acusaran de matar al fiscal paraguayo Marcelo Pecci en Colombia en mayo de 2022, Marset está catalogado como un criminal de "alto valor" acusado de blanqueo de capitales, dirigir una red de contrabando de cocaína de gran alcance que abarca varios continentes y presunta participación en un homicidio. Lo buscan varios países y agencias como Interpol, Europol y la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA).

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Pero el escurridizo "narco millennial" sigue en el aire, supuestamente huido con su mujer y sus tres hijos. Marset ha sido localizado en puntos contrarios del planeta, desde Dubai hasta Bolivia. Mucha de la información que le rodea es turbia en el mejor de los casos, y se sabe poco de su vida temprana. Conocemos que su prontuario delictivo se remonta a cuando, con 22 años, apareció en los radares policiales de Uruguay por haber estado en posesión de cientos de kilos de marihuana en 2012 y 2013.

Marset pasó unos cinco años entre rejas en su país natal, donde se cree que empezó a hacer incursiones con miembros de otros grupos de la delincuencia organizada. Una vez en libertad, se convirtió presuntamente en uno de los narcotraficantes más importantes de Sudamérica. En 2021, empezó a jugar al fútbol públicamente, y llegó a competir en partidos televisados localmente. En medio de todo el caos, Marset ha utilizado mensajes de vídeo para comunicarse con los medios de comunicación, negando las diversas acusaciones en su contra. "No sé de dónde sacan que tengo... que soy un asesino", dice en una publicación. Su uso de los vídeos para comunicarse ha hecho que algunos le califiquen de "narco millennial".

En octubre de 2021, el traficante uruguayo fue detenido en Emiratos Árabes por llevar un pasaporte paraguayo falso. En marzo de 2022 se libró de ser deportado a Paraguay gracias a que consiguió in extremis un pasaporte uruguayo que gestionó desde la prisión emiratí y recibió en ese mismo lugar. La veloz diligencia con la que se tramitó y remitió ese documento generó un escándalo que puso bajo la lupa a las autoridades del Ministerio del Interior y de la Cancillería uruguayo, y cuyas implicaciones jurídicas y políticas están todavía por determinar.

La historia de Marset, a partir de ese momento, ya es de conocimiento público e incluye episodios que han dejado muy malparados a sus perseguidores en nuestro continente. Durante el último año y medio, Marset siempre ha estado un paso adelante y ha escapado de todos los lazos que le arrojaban las autoridades de Bolivia y Paraguay. Además, y con un descaro inaudito, ha enviado mensajes de vídeo sarcásticos a medios de prensa y juristas, ha opinado de política, ha atacado al expresidente uruguayo José Mujica y hasta ha criticado la legalización de la marihuana en el país sudamericano.

Sebastián Marset, en un vídeo publicado en TikTok por el usuario KTM.

Sebastián Marset, en un vídeo publicado en TikTok por el usuario KTM.

En julio de este año, se descubrió que Marset estaba viviendo ―y haciendo vida― en una lujosa mansión en la ciudad boliviana de Santa Fe. Las autoridades activaron un "megaoperativo" para arrestarlo: el ministro de Gobierno anunció la movilización de más de 2.250 agentes policiales. Pero cuando se disponían a atraparlo, afirmó que había sido avisado por la policía y escapó... otra vez.

El expresidente Evo Morales tardó poco en denunciar que el actual Gobierno de Luis Arce en Bolivia no está comprometido con la causa, y "protege" a narcotraficantes que viven en el país, como es el caso de Marset. "Dijimos hay protección y ahora totalmente se confirma que hay protección al narcotráfico, eso nos está haciendo mucho daño", manifestó Morales en su programa dominical en el medio local Kawsachum Coca.

Y así fue. Cuando se suponía que La Paz estaba tras los pasos del presunto narcotraficante, y Arce prometía que su Policía lo iba a detener en horas mientras se hacían redadas casas y coches de todo el país, se hizo el silencio. La captura del delincuente, que se había anunciado como inminente, quedó en aquel momento climático a mediados de verano. Y por ahora, en octubre, no se sabe nada nuevo.