El congresista republicano George Santos supuestamente vestido de negro en 2005 durante un desfile drag queen.

El congresista republicano George Santos supuestamente vestido de negro en 2005 durante un desfile drag queen. Twitter

América

Santos, el congresista de las mil mentiras fue 'drag queen' y aspiró a Miss Gay en Río de Janeiro

El republicano, que ha sido acusado de mentir sobre su pasado, ha respaldado abiertamente un proyecto de ley en Florida que prohíbe a los profesores hablar de orientación sexual.

20 enero, 2023 03:43

En su página web George Santos se presenta a sí mismo como la encarnación del sueño americano. Hijo de inmigrantes brasileños, nació en el barrio neoyorquino de Queens hace 34 años. Creció en una familia judía con pocos recursos y estudió en colegios públicos. Con mucho esfuerzo, tenacidad y determinación, consiguió ir a la Universidad de Nueva York, lo que le catapultó hasta Wall Street, donde trabajó para gigantes financieros como Goldman Sachs o Citigroup. Hoy Santos ocupa uno de los asientos republicanos en la Cámara de Representantes de Estados Unidos y se erige como el primer conservador abiertamente gay elegido para el Congreso.

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Un currículum vitae casi perfecto cuyo único defecto es ser falso casi en su totalidad. Desde que Santos fue elegido representante de un distrito de Nueva York en las pasadas elecciones de mitad de mandato (midterms) del 8 de noviembre, casi a diario ha salido a la luz un nuevo escándalo relacionado con su pasado. El último ha estallado este mismo jueves, cuando se ha hecho público que Santos, que se ha posicionado como conservador del ala dura en algunos temas sociales, actuó como drag queen en al menos dos ocasiones.

Quien ha compartido la información -y las fotografías que circulan por las redes sociales- ha sido un brasileño de 58 años que usa el nombre artístico de Eula Rochard. En declaraciones a la agencia de noticias Reuters, Rochard ha asegurado que el congresista participó como drag en 2005 en su primer desfile del orgullo gay en Niteroi, un suburbio de Río de Janeiro. Lo hizo vestido con un "sencillo vestido negro" y haciéndose llamar Kitara Ravache. "Entonces era pobre", detalla.

Tres años más tarde, en 2008, Santos "regresó con mucho dinero" y con un "extravagante vestido rosa para demostrarlo", sostiene Rochard. "Ha cambiado mucho, pero siempre fue un mentiroso. Siempre fue un soñador", añade. Otra persona, que ha pedido no ser identificada, ha confirmado a Reuters que Santos -a quien también conocía como Kitara Ravache- participaba con asiduidad en concursos de belleza y que en una ocasión aspiró a ser Miss Gay Río de Janeiro.  

Si su trayectoria como drag queen se ha convertido en motivo de polémica es, sobre todo, porque los republicanos han denunciado en repetidas ocasiones que este tipo de artistas "perjudican a los niños". Además, Santos ha respaldado abiertamente el proyecto de ley "no digas gay" de Florida, una normativa que prohíbe a los profesores hablar de orientación sexual y de identidad de género en las aulas

"Las afirmaciones de que soy una drag queen o de que actué como una drag queen son categóricamente falsas. No me distraeré ni me perturbaré por esto", escribió Santos en su cuenta de Twitter. 

Una compleja red de mentiras

Este no es el único escándalo al que Santos ha tenido que hacer frente esta semana. Durante meses, ha repetido que su madre, Fátima Devolder, estaba trabajando en el World Trade Center durante los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001. No obstante, el miércoles el New York Times desveló que los documentos oficiales de inmigración contradicen esa información.

Los registros muestran que Devolder solicitó desde Brasil una visa para entrar en los Estados Unidos en 2003 y en esa solicitud declaró que no había estado en América desde 1999. Tampoco murió en el atentado, sino que falleció en 2016, según comprobó el Washington Post en diciembre. 

El republicano también ha sido acusado de robar 3.000 dólares de una página de GoFundMe que creó para que Rich Osthoff, un veterano de la Marina de los EEUU sin hogar, pudiese pagar una cirugía a su perro. "Los informes de que dejaría morir a un perro son impactantes y dementes. Mi trabajo en defensa de los animales es fruto del amor y del trabajo duro", se ha defendido Santos en un tuit. 

Sólo McCarthy le apoya

La red de embustes que Santos ha ido tejiendo durante toda su carrera política no acaba ahí. Hace unos meses tuvo que reconocer algunas de sus mentiras, porque ni es judío, ni se ha graduado en la universidad Nueva York ni en ninguna otra, ni ha trabajado en grandes bancos. Tampoco existe una oenegé con el nombre que él mismo ofreció, Friends of Pets United. "Mi pecado es haber embellecido mi currículum. Lo siento", dijo en unas disculpas que no incluían una renuncia. 

Son muchos los ciudadanos que se han presentado ante sus oficinas para exigir su dimisión. Unas peticiones que proceden también de su propia bancada. Numerosos republicanos, entre los que se encuentran cuatro congresistas recientemente elegidos, han exigido a Santos que renuncie. De hecho, los medios locales aseguran que durante los primeros días en el Congreso, el político pasó la mayor parte del tiempo solo, aislado de sus compañeros

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El problema es que no necesita más que el apoyo del presidente de la Cámara, Kevin McCarthy, que no sólo ha ignorado las peticiones para expulsar a Santos, sino que le ha colocado en dos paneles de bajo nivel de la Cámara: el Comité de Pequeñas Empresas y el Comité de Ciencia, Espacio y Tecnología, según recoge la CNN

"Los votantes le eligieron para servir", dijo McCarthy en una ocasión, y matizó que Santos "tiene que responder ante los votantes y los votantes pueden tomar otra decisión en dos años". Su reticencia responde a que el líder conservador (y todo el partido) es consciente de que si Santos se va, dejaría vacante un escaño de un distrito donde el presidente demócrata, Joe Biden, ganó por ocho puntos en las elecciones presidenciales.