A la derecha, con gorra, Ashli Babbit, la simpatizante de Donald Trump fallecida. Twitter

A la derecha, con gorra, Ashli Babbit, la simpatizante de Donald Trump fallecida. Twitter

América

Ashli Babbitt, la militar y simpatizante de Donald Trump que ha muerto en el Capitolio de EEUU

Ferviente seguidora de Trump, Ashli Babbitt participó en el asalto al Capitolio de EEUU. Otras tres personas han fallecido.

7 enero, 2021 11:02

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El asalto al Congreso de los Estados Unidos alentado por Donald Trump se ha saldado con la muerte de cuatro personas, entre ellas Ashli Babbitt, una ferviente simpatizante del republicano que murió de un disparo en el cuello en el interior del Capitolio.

Babbitt, que vivia en San Diego (Califonia), sirvió durante cuatro años en la Fuerza Aérea del Ejército de Estados Unidos. Durante su tiempo como militar tuvo un "alto nivel" de acceso de seguridad, según informan varios medios estadounidenses. 

Defensora a ultranza de Donald Trump, quienes la conocen aseguran que Ashli Babbitt es una "gran patriota" y ha acudido a varios actos del magnate republicano en los últimos años. 

De hecho, horas antes de su fallecimiento, en su cuenta de Twitter Babbitt afirmaba que "la tormenta está aquí" y que "nada nos detendrá". Por ello, viajó desde el otro lado del país hasta Washington para unirse a las protestas en favor de Donald Trump coincidiendo con que las dos cámaras iban a certificar los votos del Colegio Electoral que han dado como ganador de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre al demócrata Joe Biden.

Una vez allí Ashli Babbitt asaltó junto a decenas de republicanos en Capitolio de Estados Unidos. Los miembros de seguridad del Capitolio y agentes de la policía desenfundaron sus armas en el interior de la sede del Legislativo mientras los legisladores y el propio vicepresidente, Mike Pence, que iba a presidir las sesiones, eran evacuados de emergencia.

Según varias fuentes, un miembro de las fuerzas de seguridad disparó contra la mujer dentro del Capitolio durante el caos en la toma de las instalaciones por una multitud tras pedirle en varias ocasiones que desistiera de sus acciones.

Los agentes, sobrepasados, dejaron que los manifestantes camparan a sus anchas durante varias horas por el edificio del Capitolio, llegando a ocupar las oficinas de los legisladores o llevarse parte de los símbolos de la sede más importante del Gobierno estadounidense.