Colas en una casa de cambio.

Colas en una casa de cambio. Reuters

América

Cuba abandona la doble moneda: el CUC dejará de circular en la isla a partir del 1 de enero

La única moneda oficial del país será el peso cubano (CUP), con una tasa única oficial de conversión de 24 pesos por dólar.

11 diciembre, 2020 10:44

Cuba iniciará su proceso de unificación monetaria y cambiaria el próximo 1 de enero con la salida de circulación del peso convertible (CUC) -paritario con el dólar-, lo que dejará como única moneda oficial del país al peso cubano (CUP), con una tasa única oficial de conversión de 24 pesos por dólar.

El anuncio, largamente esperado y que pone fin a meses de especulaciones sobre el "día cero" en que desaparecería el CUC y sobre la nueva tasa de cambio del CUP, lo realizó en la televisión estatal el presidente del país, Miguel Díaz-Canel, acompañado por el exmandatario y líder del Partido Comunista de Cuba, Raúl Castro.

"Reiteramos la trascendencia e importancia de esta tarea que pondrá al país en mejores condiciones para llevar a cabo las transformaciones que demanda la actualización de nuestro modelo económico y social sobre la base de garantizar a todos los cubanos la mayor igualdad de derechos y oportunidades", dijo el gobernante.

La unificación monetaria, que ha tardado siete años en concretarse, es una de las principales tareas pendientes dentro de las reformas económicas impulsadas desde hace una década por Raúl Castro.

Renombrada oficialmente como "tarea ordenamiento", consiste en la desaparición del CUC, creado en 1994, y el establecimiento de una sola tasa de cambio, que en el sector estatal hasta ahora es paritaria entre CUP, CUC y dólar (1:1:1), mientras para el público general es de 25 CUP por cada CUC o dólar.

Esta multiplicidad cambiaria ha distorsionado durante años la contabilidad de las empresas estatales, donde el CUP y el CUC se fusionan como uno solo en los libros de cuentas, lo cual dificulta, entre otras cosas, determinar el estado real de la centralizada economía cubana.

A partir de octubre pasado el Gobierno cubano comenzó a informar frecuentemente sobre la unificación y el paquete de medidas conjuntas, lo que aumentó las especulaciones y provocó que cientos de cubanos acudieran a los bancos y casas de cambio para deshacerse de los CUC, que se devaluaron en el mercado informal.

Desde un inicio las autoridades adelantaron que a partir del "día cero" existirá un plazo de seis meses durante el que las personas podrán cambiar el CUC en tiendas y bancos.

El anuncio de una tasa única de 24 pesos cubanos por dólar echa por tierra los pronósticos de una severa devaluación oficial de la moneda nacional, un asunto que preocupaba a la población, temerosa de que sus ahorros en CUP perdieran valor.

Este ordenamiento vendrá acompañado además por una reforma salarial, de pensiones y la retirada de subsidios, si bien se mantendrán los precios centralizados para un reducido grupo de productos y servicios básicos, entre ellos el combustible, la electricidad o la leche infantil.

Sin soluciones mágicas

En su comparecencia, Díaz-Canel subrayó que el fin de la doble moneda no será "la solución mágica a todos los problemas" de la maltrecha economía cubana, pero "permitirá avanzar de manera más sólida", en un contexto marcado por la crisis económica internacional, la covid-19 y los efectos del embargo.

"La tarea no está exenta de riesgos. Uno de los principales es que se produzca una inflación mayor que la diseñada, debido al déficit de ofertas. Los precios abusivos y especulativos no se permitirán. Se enfrentarán socialmente con medidas de contención y severas sanciones para los incumplidores", aseguró el presidente.

La eliminación de la doble moneda llega en un momento de fuerte tensión económica para el país, que ha visto agudizada su ya precaria situación financiera por el parón del turismo, la crisis en su aliada Venezuela y la tardanza en actualizar su obsoleto sistema centralizado.

El desabastecimiento y la incertidumbre han disparado los precios en el mercado negro, mientras el Gobierno mantiene una guerra sin cuartel contra la especulación y los acaparadores.

Una de las últimas estrategias ha sido la dolarización parcial de su economía, una solución que ha levantado polémica entre la gran mayoría de la población, sin acceso a remesas desde el extranjero.

Al final de su alocución, Díaz-Canel remarcó que serían "receptivos a los criterios de la población" y reiteró que "están creadas las condiciones que permiten asegurar que nadie quedará desamparado" en la isla.