Javier Zavaleta, ya exministro de Defensa boliviano.

Javier Zavaleta, ya exministro de Defensa boliviano.

América

Dimite el ministro de Defensa boliviano tras la marcha de Evo Morales a México

Es el decimotercer ministro del Gobierno de Morales que abandona su cargo dejando claro que el Ejército debería estar siempre al lado del pueblo y no contra él.

12 noviembre, 2019 07:47

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El ministro de Defensa de Bolivia, Javier Zavaleta, ha anunciado que renuncia a su cargo, convirtiéndose en el decimotercer miembro del antiguo Gobierno de Evo Morales en dimitir, siguiendo así los pasos del ya exmandatario en el marco de la crisis política que se ha desatado tras las elecciones presidenciales del pasado 20 de octubre.

"Renuncio al cargo de ministro de Defensa dejando claro a Bolivia y el mundo que la voluntad nuestra, la del capitán general de las Fuerzas Armadas y de este ministro fue siempre la de preservar la institucionalidad de las Fuerzas Armadas al servicio de la población", ha indicado Zavaleta en un vídeo.

El ahora exministro ha recalcado que "jamás dimos una orden para que nuestros soldados y marineros empuñen un arma contra su pueblo y jamás la daremos". "El Estado que construimos es una Bolivia en la que un militar debería encarar la defensa al lado de su pueblo y nunca contra él", ha añadido.

Asimismo, Zavaleta ha subrayado que la responsabilidad de "devolver las armas contra el pueblo será de aquellos que tomaron esta decisión", nombrando al líder opositor boliviano Carlos Mesa y a Fernando Camacho, líder del Comité Cívico de Santa Cruz.

La salida de Zavaleta se suma a la de otros doce colegas. Se trata de los ya exministros de Educación (Roberto Aguilar), Economía (Luis Arce), Justicia (Héctor Arce), Hidrocarburos (Luis Alberto Sánchez), Minería (César Navarro), Trabajo (Milton Gómez), Obras Públicas (Óscar Coca), Desarrollo Productivo (Nélida Sifuentes), Planificación y Desarrollo (Mariana Prado), Cultura y Turismo (Wilma Alanoca), Medio Ambiente y Agua, (Carlos Ortuño) y Deportes (Tito Montaño).

La crisis en Bolivia estalló la misma noche electoral por la repentina suspensión de la transmisión de los resultados oficiales justo cuando obligaban a una segunda vuelta entre Morales y Mesa. Cuando se recuperó, casi 24 horas después, la tendencia se había revertido y el líder indígena acabó proclamándose vencedor.

Mesa denunció un "fraude gigantesco" que el Gobierno negó. Ambos bandos llamaron a la movilización en las calles lo que ha provocado enfrentamientos, bloqueos y saqueos que se han saldado con al menos tres muertos y cientos de heridos y detenidos.

Así las cosas, Morales accedió a que la Organización de Estados Americanos (OEA) realizara una auditoría electoral. La OEA confirmó el fin de semana que hubo irregularidades y aconsejó una repetición de los comicios.