El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, durante un acto en el palacio presidencial de Miraflores

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, durante un acto en el palacio presidencial de Miraflores

Mundo

Estados Unidos estudia activar una nueva fase de operaciones contra Venezuela con presión militar y acciones encubiertas

Esa situación ha llevado al gobierno de Maduro a plantear una posible respuesta guerrillera que ha denominado “resistencia prolongada”.

Más información: La alerta de EEUU por "aumento de actividad militar" en Venezuela lleva a Iberia y otras compañías a cancelar vuelos

Publicada
Actualizada

Las claves

Estados Unidos prepara una nueva fase de presión sobre el gobierno de Nicolás Maduro, incluyendo posibles operaciones encubiertas y un refuerzo de la presencia militar en el Caribe.

La administración Trump evalúa designar al Cartel de los Soles como organización terrorista extranjera, acusando a Maduro de liderar una red de narcotráfico.

La FAA estadounidense ha emitido advertencias a aerolíneas sobre los riesgos de sobrevolar Venezuela, lo que ha provocado la suspensión de vuelos por parte de varias compañías internacionales.

Nicolás Maduro asegura que su gobierno y las fuerzas armadas están listos para resistir cualquier intento de intervención extranjera, mientras crecen las tensiones diplomáticas y militares.

Washington se encuentra al borde de activar una nueva etapa de acciones relacionadas con Venezuela, según confirmaron a Reuters varios funcionarios estadounidenses con conocimiento directo de las discusiones.

La iniciativa, impulsada por la administración de Donald Trump, busca intensificar la presión sobre el presidente Nicolás Maduro en un momento de creciente tensión diplomática y militar.

De acuerdo con las fuentes consultadas -que hablaron bajo condición de anonimato debido a la sensibilidad del tema- la primera fase de esta nueva estrategia podría incluir operaciones encubiertas, consideradas dentro del gobierno como una herramienta clave para incrementar el cerco sobre Caracas.

Aunque aún no se ha definido públicamente el alcance de estas acciones ni existe confirmación de una decisión final por parte del presidente Trump, la expectativa de un movimiento inminente ha crecido en las últimas semanas.

Los reportes de actividad militar en el Caribe han alimentado estas especulaciones. Estados Unidos ha reforzado su presencia naval en la región, lo que ha elevado las preocupaciones sobre un posible incremento en las tensiones bilaterales.

Paralelamente, agencias gubernamentales estadounidenses han evitado comentar abiertamente sobre los planes. Tanto el Pentágono como la CIA han declinado pronunciarse sobre el asunto.

Un alto funcionario de la Casa Blanca señaló recientemente que Washington está dispuesto a utilizar «todos los elementos del poder estadounidense» para combatir lo que describe como el rol del gobierno venezolano en el tráfico de drogas hacia Estados Unidos.

Dentro de las opciones analizadas por la administración estadounidense, según confirmaron dos de los funcionarios consultados, se encuentra incluso la posibilidad de intentar forzar la salida del mandatario venezolano, quien ha insistido en que su gobierno y las fuerzas armadas están preparados para resistir cualquier intento de intervención extranjera.

Mientras tanto, en Caracas, Maduro hizo una aparición pública la noche del sábado para asistir al estreno de una serie televisiva inspirada en su vida, coincidiendo con la víspera de su cumpleaños número 63.

El ambiente regional también se ha visto afectado por nuevas advertencias de la Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos, que alertó a las aerolíneas comerciales sobre riesgos potenciales al sobrevolar Venezuela.

Tras la alerta, tres compañías aéreas internacionales suspendieron sus vuelos desde el país sudamericano.

Además, Washington planea designar al llamado Cartel de los Soles como organización terrorista extranjera, bajo el argumento de que sería responsable de facilitar el tráfico de drogas hacia Estados Unidos.

La administración Trump ha acusado a Maduro de encabezar esta red, algo que el presidente venezolano niega categóricamente.

De concretarse, esta designación abriría la puerta a nuevas medidas legales y operativas por parte de EE. UU., ampliando el abanico de herramientas disponibles para presionar al gobierno venezolano en un escenario ya marcado por sanciones, tensiones diplomáticas y una creciente presencia militar en la región.