Angela Merkel (izquierda) y Annegret Kramp-Karrenbauer, nueva líder del CDU.

Angela Merkel (izquierda) y Annegret Kramp-Karrenbauer, nueva líder del CDU. Reuters

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El difícil desembarco de la 'heredera' de Merkel en el Ministerio de Defensa

Annegret Kramp-Karrenbauer, presidenta del CDU, inicia su trabajo en un ministerio difícil en la política alemana, prometiendo subir el presupuesto para el ministerio.

23 agosto, 2019 04:07

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De sobrevivir políticamente al Ministerio de Defensa, Annegret Kramp-Karrenbauer, que ha recogido las llaves de la presidencia de la Unión Cristiano Demócrata (CDU) de manos de la canciller Angela Merkel, podría empezar a pensar en ser la próxima jefa del Gobierno alemán. Sin embargo, la cartera de Defensa puede resultar 'maldita' en Alemania.

La conservadora Annegret Kramp-Karrenbauer necesita un revulsivo al frente de la CDU. Después de ocupar el puesto que le dejó la canciller Angela Merkel, tras un congreso celebrado a finales de 2018 y en el que se impuso con escasa ventaja al también aspirante a la presidencia de la CDU, Friedrich Merz, Kramp-Karrenbauer ha visto cómo su partido continúa a la baja en las encuestas de intención de voto.

Se supone que Kramp-Karrenbauer es la más indicada para sustituir a Merkel al frente del Gobierno alemán cuando llegue el momento. No obstante, todos coinciden en que le falta personalidad política. Ese 'perfil' político se supone que debe ganarlo como ministra de Defensa, un cargo que juraba a finales del pasado mes de julio. El problema es que gestionar el Ministerio de Defensa de Alemania es, políticamente, tan peligroso como manipular una bomba de relojería a punto de estallar.

En el Ministerio de Defensa "uno puede hacer muchas cosas mal", dice a EL ESPAÑOL Julian Zuber, investigador de la prestigiosa Hertie School of Governancede Berlín. "Los alemanes tienen un comportamiento muy particular con el Ministerio de Defensa. En Alemania se es, por razones históricas, muy crítico con el ámbito militar. Uno siempre es mucho más duro con lo que pasa en el Ministerio de Defensa que con lo que pasa en otros ministerios", añade este experto.

Ministerio peligroso

Por lo general, no se quiere ver en Alemania el más mínimo atisbo de activismo militar. Da prácticamente igual que sea en intervenciones en el extranjero, misiones de paz u operaciones como la que Estados Unidos quiere desarrollar en el Estrecho de Ormuz para asegurar las rutas marítimas en esa región del mundo. Políticamente, han rodado muchas cabezas de ministros de Defensa.

En 2011 dimitió el socialcristiano Karl Theodor zu Guttenberg como ministro de Defensa por haber plagiado su tesis doctoral. Dos años antes, el también conservador Franz Josef Jung, siendo ministro de Trabajo, tuvo que dimitir por su gestión pasada como titular de Defensa a la hora de informar sobre un bombardeo que costó víctimas civiles en Afganistán. Jung pareció no querer comunicar sobre los resultados de ese bombardeo. En una ocasión lo hizo para negar que hubiera víctimas civiles, aunque en su ministerio se sabía que sí las había. 

Después de seis años con Ursula von der Leyen al frente el Ministerio de Defensa, esa cartera sigue estando 'maldita'. De hecho, la flamante presidenta electa de la Comisión Europea debió salir con mucho gusto de su ministerio berlinés. "No se puede decir que a Von der Leyen le hubiera ido bien allí. Por eso irse a Bruselas es una liberación para ella", comenta a EL ESPAÑOL Daniel Goffart, periodista y biógrafo de la nueva presidenta de la Comisión Europea. Goffart es el autor del libro Kanzlerin der Reserveo -"Canciller en la reserva" (Ed. Berlin Verlag, 2015)-.

Goffart dice que escribió ese libro tras darse cuenta de que Von der Leyen, antes de entrar en el ministerio de Defensa, "estaba en el círculo de figuras favoritas para sustituir a Merkel". "De Von der Leyen se decía incluso que si Merkel tenía un accidente de helicóptero, por ejemplo, y moría, Von der Leyen la sustituiría como canciller", cuenta el biógrafo. Sin embargo, pasar por el Ministerio de Defensa frenó la carrera de Von der Leyen hacia la Cancillería Federal, desviándola con destino a Bruselas.

Ursula von der Leyen (izquierda), presidenta de la Comisión Europea, y Annegret Kramp-Karrenbauer, ministra de Defensa.

Ursula von der Leyen (izquierda), presidenta de la Comisión Europea, y Annegret Kramp-Karrenbauer, ministra de Defensa. Reuters

A Annegret Kramp-Karrenbauer le han dejado un Ministerio de Defensa marcado por un escándalo de enormes gastos en asesores externos. Sólo entre 2015 y 2016, se invirtieron en este tipo de servicios 200 millones de euros. La participación de las consultoras Accenture y McKinsey – en la que trabaja uno de los siete hijos de Von der Leyen– en las actividades del Ministerio aún tiene que aclararse. Motivo de escándalo también fue descubrirse la existencia de neonazis en las filas del Ejército, capaces incluso de montar una célula terrorista para planear magnicidios.

Por otro lado, son de sobra conocidos los fallos logísticos crónicos que acusa el Ejército alemán, que ha estado durante lustros infrafinanciado. El estado de revista de la logística del Gobierno germano es tal que hasta a la canciller se le ha estropeado el avión cuando estaba de viaje oficial con destino la última reunión del G-20 en Argentina, celebrada el pasado mes de junio. Merkel terminó completando el trayecto con Iberia.

Bajo gasto en Defensa

Alemania, como el resto de 28 miembros de la OTAN, se comprometió en 2014 a subir al 2 % del PIB su gasto en Defensa de cara a 2024. Pero el gasto militar alemán se ha mantenido muy por debajo de ese porcentaje, circunstancia que se ha prestado a las constantes críticas del presidente estadounidense Donald Trump.

"El Gobierno alemán ni siquiera ha buscado acercarse a ese objetivo. De hecho, han estado alejándose de ese objetivo. Firmaron ese acuerdo con sus aliados y luego se fueron alejando discretamente. No es mejor de los estilos para hacer las cosas", apunta a EL ESPAÑOL Olaf Boehnke, analista de la consultora internacional Rasmussen Global, una firma fundada por Anders Fogh Rasmussen, otrora secretario general de la OTAN. "El Ministerio de Defensa no está en el mejor de los estados posibles".

Además, "no se puede hacer nada para mejorar la situación a corto plazo. Es un trabajo complicado y arriesgado para Kramp-Karrenbauer", añade Boehnke.

"Posición vulnerable"

Como nueva ministra de Defensa, Annegret Kramp-Karrenbauer, o "AKK" como la llaman aquí, lo primero que ha hecho ha sido defender la necesidad de que el porcentaje de gasto de PIB dedicado a fines militares suba hasta alcanzar el 1,5 % de aquí a 2024. "Aumentaremos la visibilidad de nuestro Ejército en nuestro país, en nuestra sociedad", ha prometido la nueva ministra de Merkel, que no ha querido vincular esa voluntad a Trump. "Esto no va de satisfacer a los deseos de fuera", según AKK.

Seguramente esas palabras hayan caído bien en la tropa. Ésta se ha mostrado dolida con Von der Leyen. La sucesora de AKK se enfrentó a la jerarquía castrense por hablar en su día de "problemas" en el "comportamiento" de los militares a cuenta de la existencia de neonazis entre sus miembros.

Pero eso no quita que, como ministra de Defensa, AKK esté ahora "en una de las posiciones más vulnerables de la política alemana", según Boehnke. "Ser ministro de Defensa es como viajar al lado de la ventanilla de emergencia de un avión, hay que estar siempre alerta", apunta este experto en cuestiones de seguridad y defensa. Si AKK tiene que usar esa ventanilla, es probable que la carrera política de la 'heredera' de Merkel haya terminado.