Miriam González durante un acto de campaña en Escocia.

Miriam González durante un acto de campaña en Escocia. Getty Images

Mundo Referéndum en Reino Unido

Miriam Clegg: "Si gana el 'brexit', será más fácil ser populista en España”

"Cameron va a tener muy difícil quedarse si gana el 'brexit'" / "Londres tendría que renegociar 50 tratados" / "Si Reino Unido sale de la UE, se presentan momentos muy turbulentos para España".

21 junio, 2016 01:29
Londres

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Es difícil encontrar a alguien que sepa tanto de la política de Reino Unido, España y la Unión Europea como Miriam González (Olmedo, 1968). Se crió en la política española como hija de alcalde y senador, estudió en el Colegio de Europa en Brujas, trabajó en la Comisión Europea y está especializada en Londres en la regulación de la UE. Su marido, Nick Clegg, fue viceprimer ministro durante el primer mandato de David Cameron, en el momento de auge de los liberaldemócratas.

González es abogada y estos días da conferencias como experta en comercio para explicar lo larga que será la transición para el Reino Unido si vota a favor de abandonar la UE y el nivel de incertidumbre que habrá en las relaciones económicas de los británicos con casi cualquier socio.

Hablamos en una sala de grandes ventanales en su firma de abogados mientras los trenes pasan por la estación de Blackfriars justo debajo. En la pared hay una fotografía en blanco y negro de una piscina rodeada de campo y pintada en azul. González pasa de una reunión a otra. Habla animada de Susana Díaz, de los acuerdos de Gobierno después del 26-J o de la red de mujeres inspiradoras que dan charlas en los colegios y que ella promociona. Está escribiendo dos libros, uno en inglés sobre cocina española y otro en español sobre la historia del liberalismo. Después del referéndum en el Reino Unido, volará a España para votar en las elecciones. 

¿Era necesario hacer un referéndum sobre la UE?

Había que hacer un referéndum cuando la ley en el Reino Unido dice que hay que hacerlo, es decir en la próxima gran revisión de los tratados. Hace tres años decidió todo Westminster que ése era el momento en que se iba a hacer un referéndum y efectivamente creo que tenían que haberlo hecho en ese momento.

¿Por qué Cameron se ha arriesgado a hacerlo ahora?

Él no ha tomado ningún riesgo personal. Al contrario. Creo que convocar un referéndum es una manera de eliminar un riesgo personal y traspasar un problema que es interno del partido conservador, del partido tory, a toda la sociedad, a toda Europa.

Él no tenía ninguna obligación de ponerlo sobre la mesa. Acababan de pasar unas elecciones generales. No había petición pública. No había clamor. Esto no tiene nada que ver con el reférendum escocés, donde había un clamor interno que era difícil de gestionar. Aquí nadie le estaba pidiendo un referéndum más que el ala más conservadora del partido conservador. Él decidió externalizar ese problema. Y haciéndolo realmente nos ha puesto en riesgo a todos de una manera muy seria. Hay que cuestionar su falta de responsabilidad.

¿Dimitirá Cameron si sale que 'sí' al brexit?

Va a tener muy difícil quedarse. Aunque el Reino Unido decida quedarse en la UE, él tiene que pensar si tiene la confianza del resto de los países para seguir gestionando las relaciones que este país debe tener con el resto de los socios europeos.

Usted trabajó de cerca en Bruselas con los conservadores más europeístas, ¿por qué han dado el giro euroescéptico los conservadores? 

Los conservadores nunca han sido muy europeístas. Cuando se hablaba de la parte euroescéptica y no euroescéptica del partido conservador siempre me pareció que todos eran euroescépticos y que algunos eran antieuropeos.

Lo que ha cambiado es que hay una parte muy amplia del partido conservador que añora ese momento glorioso del Reino Unido ligado al imperio. Se creen que gente como ellos tiene que llevar el país. Para todo ese sector es difícil adaptarse al cambio que ha habido en el mundo en los últimos 10 años.

Tú comparas a gente que está dentro de ese grupo con gente como mis hijos, que no reconocen las fronteras, que cuando quieren comprar algo ni se les ocurre pensar en dónde está hecho, que piensan que pueden viajar donde quieran y hablar con cualquiera esté donde esté…

Es un choque generacional, es imposible encontrar una reconciliación.

A eso se le ha unido que algunos han visto un caladero de votos muy interesante en el populismo. El populismo del UKIP aquí consiste en echarle la culpa al inmigrante europeo. El inmigrante europeo ahora tiene la culpa de todo lo que pasa en el país tenga o no tenga que ver con él. Si tú miras a Estados Unidos, la culpa la tiene el inmigrante mexicano. Si miras a Francia, la culpa la tiene el inmigrante árabe. Si miras a Grecia o a España, la culpa la tiene el establishment aunque no sabemos muy bien qué es el establishment.

Lo que tienen en común todas esas iniciativas muy interesantes para capturar votos es que la culpa la tienen siempre todos los demás. Eso es una opción fácil para el elector: pensar, "claro que tienen la culpa los demás". Pero al final lo tenemos que solucionar entre todos.

¿Por qué hay tanta obsesión con la inmigración ahora? En el Reino Unido siempre ha habido inmigrantes.

Aquí siempre ha habido inmigrantes, pero hay dos cosas que se juntan ahora. Una es común con lo que está ocurriendo en otros países.

Primero, esta gente vivió una crisis económica que no pensaban que tenía nada que ver con ellos. Han visto que se han tomado medidas donde ellos han sufrido mucho, pero no han visto el beneficio de la recuperación. Una de las razones por las que no han visto el beneficio de la recuperación ni aquí ni en el resto de Europa es que la recuperación es monetaria, organizada con los servicios financieros. Eso no se traduce en que tengas más salario o más poder adquisitivo. Ahí ya tienes una base de falta de satisfacción y de enfado con el sistema.

Es cierto que algunos ayuntamientos no han gestionado bien las viviendas y la planificación de los servicios públicos.

Además, hay otro factor. Cuando se hizo la ampliación el Reino Unido decidió unilateralmente no imponer periodos de transición para acoger trabajadores de otros países. Lo hizo por una buena razón política: para demostrar que estaba comprometida con la paz de los países del Este. Pero por eso notaron un cambio mucho más agudo del que hemos podido notar en España.

Lo juntas todo y de ahí te sale esa coctelera de culpar al inmigrante. Está llegando a unos extremos fuera de control. En esta campaña he oído desde que el inmigrante tenía la culpa de la falta de vivienda hasta que tenía la culpa de las agresiones sexuales a las mujeres. Una vez que destapas esa caja ya está sin control.

¿Le ha sorprendido el ambiente de esta campaña del referéndum?

Me sorprende que en un país que es pragmático por excelencia y que no suele ser emocional se le haya dado esta tribuna al populismo. De hecho, es una de las cosas que más me preocupa. Me preocupa el impacto de la salida en la economía, me preocupa el impacto de la salida en la estructura de la UE, en el proyecto político de la UE, y me preocupa, se vayan o se queden, el efecto que haber dado esta tribuna y este megáfono al populismo va a tener en el resto de Europa y también en Estados Unidos.

¿Por qué?

Le da un aura de legitimidad y de crediblidad el que ocurra en este país. No se esperaba que ocurriese en este país, que es muy pragmático, que suele votar con el bolsillo.

¿También si el Reino Unido se queda en la UE?

Aun así, se habrá creado una narrativa en el país y una división que va a ser muy difícil de superar.

La mayoría de los británicos no son conscientes del daño que han hecho a las relaciones de confianza con el resto de los países europeos. El resto se han portado de una manera exquisita. No ha habido ni un solo líder que haya dicho una cosa a destiempo, que haya interferido de ninguna manera. Pero se ha puesto a Europa en esta posición de jaque mate sin necesidad con todo lo que esto puede implicar.

Cuando ves que baja la Bolsa porque baja la libra, eso son las pensiones de gente corriente, no son sólo las empresas de servicios financieros. No puede ser que haya ocurrido todo esto y que el resto de los países europeos simplemente pase página. Yo espero que se llegue a pasar página porque sobre todo los jóvenes y los niños británicos no tienen la culpa de lo irresponsable que ha sido su Gobierno, pero sí me parece que hay que gestionarlo.

¿Puede tener impacto el brexit en las elecciones españolas?

Pues no lo sé. Pero en España también hay una parte importante de populismo, que me imagino que le resulta más fácil seguir siendo populista si ve que en países como el Reino Unido el populismo también hace estragos.

¿Cree que el triunfo del 'sí' a salirse de la UE beneficiaría a Podemos?

Si sale el 'sí', lo que sería deseable es que en España hubiera un Gobierno estable sea del color que sea. Si sale el'sí', se presentan momentos muy turbulentos y muy serios tanto para la política como para la economía de España. La recuperación económica de España está cogida con alfileres. En el momento en que haya un revés vamos a sentir el efecto.

¿Entienden los británicos lo largas que pueden ser las negociaciones si tienen que firmar otro acuerdo comercial con la UE? 

Lo sabe la clase empresarial. Se ha hecho mucha labor didáctica.

Hay unos 50 tratados de libre comercio que tendrían que empezar a renegociarse desde un punto bastante bajo. En esos acuerdos se les prometieron a los países 500 millones de consumidores. Si el Reino Unido sale de UE, lo que tienen son 67 millones. A poca inteligencia que tengan el resto del países van a querer renegociar esos acuerdos.

Aparte, hay negociaciones que se han empezado y que están en curso. Todo eso tendría que hacerlo el Reino Unido en paralelo. Ya dijo el presidente de Estados Unidos que se pondrían al principio de la cola para hacer un acuerdo.

Todo eso necesita recursos humanos que no tiene el Reino Unido simplemente porque esa competencia ha estado en manos de la Unión Europea durante mucho tiempo. Calculo que necesitas un equipo eficaz de 500 negociadores durante unos 10 años para lograr reemplazar todo eso. Parece que es una labor burocrática. Pero si no tienes esos acuerdos, tienes inseguridad jurídica. Afecta a todos los contratos y a todas las relaciones con tus proveedores.

La clase empresarial lo sabe. A pie de calle sí que hay una noción de que desde el punto de vista económico la salida sería complicada. El problema es que ambos bandos han exagerado muchísmo las cifras. Por eso aunque intentes, desde un punto de vista objetivo, explicar cuáles serían los pasos, hay un sector de la población que ya no se cree nada.

Según un sondeo, el 70% no se cree la cifra del Tesoro de que cada familia perdería 4.300 libras al año por estar fuera de la UE.

Era una cifra precisa. También es cierto que los dos bandos no son iguales. Es muy distinto el exagerar a utilizar un cartel de propaganda nazi y copiarlo. No se puede comparar.

¿Hay un ambiente de crispación que puede llevar a la violencia como la del asesinato de la diputada Jo Cox?

No se sabe muy bien si el caso está ligado al referéndum o no. Sobre eso no me puedo pronunciar. Sí creo que hay crispación.

El referéndum supone una decisión importantísima sobre el futuro del país. Esto no es como en las elecciones, cuando si te has equivocado a los cuatro años hay marcha atrás. Aquí no hay marcha atrás en el daño que se hace a todo el mundo. 

¿Puede tener impacto el asesinato en el resultado?

Al margen de que esté relacionado o no, que eso yo no lo sé, sí que creo que parte del impacto es que es muy difícil seguir con ese momento político anti-inmigración cuando ha habido una persona que ha asesinado a una parlamentaria gritando "Britain first" [Reino Unido, primero].

Tiene algún impacto en que de repente piensas: "¿Dónde vamos? ¿Es éste el tipo de país que queremos?". Estoy convencida de que la mayoría de los británicos no lo quieren. Confío en el pueblo británico. En muchos momentos ha tomado decisiones acertadas. No me puedo creer que un país que en dos momentos muy cruciales de la historia relativamente reciente salió en defensa de toda Europa vaya a dejar ahora a Europa en la estacada.

¿Cómo imagina el viernes?

No me lo quiero imaginar.