
Ana Hernando posando con una de sus obras
Ana Hernando, artista multidisciplinar: "No represento cuerpos perfectos, prefiero crear anatomías valientes"
En plena sierra de Madrid, la escultora multidisciplinar nos dio a conocer tanto su obra como la parte más personal de ella.
Más información: Adela Sáez, la granadina premiada como mejor cirujana de España: "Vienen de todo el mundo para que les opere"
Ana Hernando es una escultora multidisciplinar que lleva en activo más de 35 años. Con una carrera impecable, digna de los numerosos galardones que ha recibido a lo largo de su trayectoria, la licenciada en Bellas Artes abrió las puertas de su estudio a Magas para mostrar una de las partes más íntimas de ella.
Sin duda, Hernando es una mujer única, de esas que sabe sobreponerse a las dificultades, y es que tal y como ella misma decía “vivir del arte es muy complicado”.
A pesar de ello, su recorrido la ha llevado a convertirse en una de las Top 100 Mujeres Líderes de nuestro país, recibir uno de los mejores premios de las Bellas Artes a nivel mundial en Portugal y consolidarse como una artista referente.

Medalla que premió a Hernando en Portugal.
Su sencillez, que la define tanto como su talento, confirma que vivir de las artes plásticas es posible y anima a todo el que la conoce a luchar por aquello que sueña sin importar la opinión de los demás. Porque al final, para Hernando: “las personas que triunfan son aquellas que viven por y para su pasión”.
En esta entrevista, Ana no solo nos enseña su obra, sino que muestra con orgullo la parte más personal de su corazón.
¿Cuándo nace en ti la pasión por el arte?
Desde niña no hacía otra cosa más que pintar y jugar con la plastilina. Mi madre siempre me recuerda que con cuatro años les dije que quería ser pintora.
Claro, con esa edad, una quiere ser pintora y lo que tiene más a mano son los lápices y las acuarelas, pero una vez tomé contacto con la escultura, cuando empecé en la universidad, las tres dimensiones me conquistaron profundamente.
Llevas más de 35 años trabajando en este sector. ¿Recuerdas lo que sentiste la primera vez que hiciste una exposición en 1988?
La verdad es que fue algo muy especial porque yo no tenía pensado hacer una exposición, peroJuan Pablo d'Ors, hijo de Eugenio d'Ors, estaba pasando una temporada en casa de mis padres y me dijo que aquello que hacía tenía que exponerse.
Lo que sentí aquella primera vez, que me sigue pasando todavía, es esa sensación de estar sola frente a todos. Sientes un poco de vergüenza, sobre todo esa vez, porque crees que te van a juzgar por lo que haces. Sin embargo, la sorpresa vino cuando todo el mundo disfrutaba de tu talento.
¿Ha cambiado algo en tí desde ese día?
Sí, sobre todo la búsqueda de lo que yo quiero transmitir. En aquella primera exposición yo hacía una acuarela diaria, me ponía: naranjas, llaves… básicamente objetos diarios para poner en práctica técnicas sencillas para aprender pintura.
Sin embargo, cuando entré en Bellas Artes, empecé a leer, me gusta mucho la filosofía, y me considero una persona muy reflexiva. Ahí descubrí que lo que a mí me servía del arte era plasmar mis emociones y que cualquier persona pudiera conectar con ellas.
¿Hay algo que se haya mantenido intacto?
El trabajo sobre la figura humana, yo creo que es lo que se mantiene casi desde mis inicios, porque no creo paisajes, ni marinas, ni bodegones, me interesa mucho más trabajar sobre lo que es el humano.
¿Qué significa para ti la figura humana?
Pues lo que somos, es el vehículo en el que estamos presentes, nuestro cuerpo es lo que nos acerca a otro y lo que nos hace vivir. Con él sonreímos, lloramos, sentimos miedo o fuerza para afrontar las situaciones de la vida.
Por eso, todo aquello que soñamos y pensamos se refleja en nuestra parte más física, ya que este es el canal universal de las emociones y por eso, en mi opinión, es tan valioso.
En muchas de tus esculturas y pinturas la mujer tiene un papel protagonista. ¿Qué simboliza en tus obras? ¿Y en tu vida?
Creo que hay una fuerza que es innata a las mujeres, y por eso, en mi trabajo, la figura femenina tiene mucha energía, no es una mujer blandita, no es una que está por estar, siempre está en acción, reflejando pasión y coraje.
No represento cuerpos como los de las modelos de pasarela, prefiero hacer anatomías que reflejen valentía, sin duda es la parte que más define a las mujeres que hago, su fortaleza. Tanto en pintura como en escultura.

Escultura femenina Ana Hernando.
¿Qué te lleva a decidir si vas a hacer una obra a través de una escultura o pintura?
Es un proceso muy diferente. A mí me gusta trabajar por series, es decir, a no ser que sea un encargo concreto que me inviten a hacer un determinado tipo de obra, me gusta desarrollar proyectos que estén conectados entre sí.
Realicé hace poco una serie sobre el movimiento, que llamé: 'Movimiento, Realidades y Sueños del Hombre'. Ahí en 20 esculturas expresaba tanto acciones deportivas, como situaciones emocionales, pero todo a través del movimiento. Como esta creación requería movimiento, me decanté por la escultura, pero si la obra precisa color, elijo la pintura. Todo depende de la naturaleza propia de la obra.
¿Es importante el estado emocional al hacer una obra?
Sí, en mi caso es fundamental. Lo que a mí me ayuda mucho es el trabajo previo, que consiste en seleccionar obras que plasmen a la perfección lo que yo quiero expresar. De hecho, siempre es la propia emoción la que me hace avanzar.
Si alguien te pide una obra por encargo, esa parte emocional desaparece de manera casi inevitable. ¿Qué haces para que tu huella permanezca intacta?
Lo más importante es dejar claro al cliente que la obra es la que voy a hacer yo, para mí ese es el primer paso y si tengo que decir que no, lo diré.
A veces, cuando me surge un pedido, la gente ya tiene en la cabeza lo que quiere y si se da esa conversación, con toda la amabilidad y la mejor de mis sonrisas, le digo que a lo mejor lo que yo voy a expresar, no lo voy a hacer con los colores que ha imaginado o puede ser que sí. No me gusta tener esa pauta, prefiero dejar que mi libertad creativa sea la que prevalezca. De hecho, nunca doy un plazo de entrega, porque me condiciona mucho.
¿Tienes algún artista, movimiento o referente que te haya servido de inspiración para tu obra?
Pues sí, cuando conocí la obra de Henry Moore, me pareció maravillosa, porque tiene unos volúmenes, tamaños, rotundidad y calidez tan entrañable, que me hizo conectar mucho. También me encanta Velázquez, el trazo impresionista que tuvo al principio, los bocetos, y toda esa frescura que le caracteriza, es digna de admirar por cualquiera.
Sin embargo, para mí la inspiración no es hacer una interpretación de lo que ha hecho otro artista. Crear una versión de algo que funciona es muy fácil, es un éxito asegurado. Es por eso, que para mí, la mejor definición de esta es todo el aprendizaje que vas acumulando de otros que te hace tener tu propia voz.
Tienes una experiencia de más de 35 años, ¿De dónde surgen las ideas después de tanto tiempo dedicándote a esto?
Pues mira, las ideas a veces se agotan porque estás cansada de pensar. Entonces, cuando no tengo, recurro a la frase de Picasso: “que la inspiración te pille trabajando”.
Y el trabajar no tiene por qué ser pintando o haciendo una obra, es simplemente preparando papeles, lijando maderas, afilando herramientas, ordenando… Entonces de repente vuelves a tener esa chispa de contar aquello que sientes.

Estudio Ana Hernando.
¿Crees que otras disciplinas como la literatura, el deporte o la música pueden ayudar a un artista en el proceso creativo?
Es fundamental. Yo trabajo, pienso y reflexiono sola, pero todo me inspira. El deporte, el esfuerzo, la entrega, el compromiso, leer un libro, una cita, una historia en el autobús, una cara de alguien, una luz...
También depende del estado en el que estés o lo que vas buscando. Pero hay que dejarse sorprender. Yo voy como una hoja en blanco cada día. A ver qué me pasa hoy, qué me sorprende, a quién conozco, qué puedo aportar... La inspiración también es un poco una actitud con la que afrontas tus días.
¿Qué te gustaría explorar artísticamente en los próximos años?
Trabajo el día a día. Porque cuando tengo un proyecto, lo voy desarrollando, entre medias surge un encargo, tienes alguna cosa personal… mi horario no es continuo. Pero sí que me gustaría disponer del tiempo y de la tranquilidad suficiente para desarrollar un trabajo, incluso casi documental.
¿Tu creatividad tiene techo?
Te diría que no, porque cuando algo se me ocurre y no sé cómo hacerlo, aprendo. Entonces, cuando lo que no tiene techo es la curiosidad, pues es muy fácil mantener esa creatividad siempre a flote, no me limito a lo que sé hacer.
¿Qué futuro le espera a los artistas de la 'Generación Z'?
Me considero muy afortunada de haber nacido en la época en la que lo hice. Nací en un mundo analógico y ahora se está experimentando un cambio a lo digital. Estamos en una época en la que se pueden encontrar desde artistas contemporáneos hasta los que experimentan con la Inteligencia Artificial (IA).
Como estamos en un tiempo de cambio, la principal dificultad que tienen los artistas más jóvenes es que han vivido únicamente con la tecnología, no tienen lo convencional, y cuando uno depende de un enchufe para poder trabajar, hay un reto muy grande.
Además el crecimiento de la IA va a traer consigo la dificultad de poder diferenciarse, por eso creo que en el futuro se le añadirá valor a lo que es la obra artesanal, más que la industrializada.
Tu libro Manuel Emprendió trata sobre la superación del protagonista ante la dificultad de emprender. ¿Qué consejo le darías a un joven que quiere montar su propio negocio?
Sobre todo lo primero que le diría es que crea en sí mismo. A Manuel las cosas no le fueron bien, pero no dejó de apostar por aquello que era.
También le diría que no es fácil, pero que se puede, y sobre todo le recomendaría leerse este libro, que muestra la parte más dura del emprendimiento, del que no diré nada, más que la primera frase de él, que es de Aristóteles: “Lo que tenemos que aprender a hacer, lo aprendemos haciéndolo”. Quiere decir que la única manera de tener éxito es no rendirse y seguir intentándolo a pesar de que las cosas no vayan como uno se espera.

Portada del Libro de Ana Hernando. Cedido
Si quieres conocer los retos a los que se enfrentó Manuel, en la Comunidad de Magas estamos sorteando tres ejemplares del "diario de supervivencia en positivo" de Ana Hernando.