Vista de Mascate, la capital del país a orillas del golfo de Onán.

Vista de Mascate, la capital del país a orillas del golfo de Onán. iStock

Estilo de vida

Ni Dubái ni Doha: el tesoro de la Península Arábiga es Omán con sus oasis de agua turquesa y sus castillos medievales

Es uno de los destinos ideales este 2025 y está lleno de contrastes. Aún no está masificado a nivel turístico y conserva la esencia de su historia.

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Emiratos Árabes y Qatar (en especial sus capitales) son dos de los destinos turísticos más típicos de la península arábiga, pero este 2025 hay otro que es tendencia y que hará vivir un auténtico sueño a los viajeros por todos los secretos que esconde: Omán.

Oculto entre uno de los desiertos de Oriente Medio más vírgenes del mundo, bañado por las profundas aguas del mar Arábigo y envuelto en una historia y un patrimonio cultural conservado a la perfección, este es un país de exuberante belleza natural.

Son muchas las cosas a descubrir: desiertos, playas, oasis, fortalezas medievales, mezquitas de coloridas cúpulas… Lo que, sin duda, más llamará la atención a los visitantes es su diversidad paisajística. Es el único país del mundo formado principalmente por corteza oceánica y rocas del manto terrestre. Entre sus elementos naturales se encuentran los famosos wadis, que son los cauces secos o estacionales de ríos que se forman en las zonas áridas y desérticas.

Los 'wadi' de aguas turquesas

Wadi Dayqah es uno de los oasis de aguas turquesas del país.

Wadi Dayqah es uno de los oasis de aguas turquesas del país. Cortesía

Se trata de una especie de oasis de aguas turquesas, pero en vez de encontrarse en el desierto lo hacen entre montañas. Uno de los más conocidos por su gran belleza es el Wadi Shab. La zona ofrece algunos hoteles, villas y apartamentos turísticos, con precios muy asequibles a partir de 40 euros. El contraste de colores y la quietud que ofrece al no ser un destino masificado añaden un plus a la experiencia de nadar en ese paraíso.

Tampoco hay que perderse Wadi Dayqah, una de las presas más grandes de la Península Arábiga, que se construyó en 2012 para recoger la lluvia que cae de las altas cumbres y controlar el flujo hacia las aldeas de la zona. El resultado es un impresionante lago y río de agua dulce que se extiende siete kilómetros desde el cuerpo principal de la presa. Allí se pueden practicar diferentes deportes como kayak o rutas en bicicleta.

La capital

La mezquita, el palacio presidencial, el zoco y vista general de Mascate.

La mezquita, el palacio presidencial, el zoco y vista general de Mascate.

Por supuesto, el punto de partida es la capital, Mascate, refugiada entre las montañas. Nada de rascacielos, como sucede en Dubái o Doha, aquí se conserva la esencia de la historia y la cultura omaní en sus edificios.

Un ejemplo es la Mezquita del Sultán Qaboos, con su inmensa lámpara de ocho toneladas, gobernando la sala de oración y sus esplendorosos jardines. Lo antiguo convive con lo nuevo en esta urbe, donde puedes pasear por el Zoco de Muttrah, contemplar el colorido palacio presidencial del sultán Qabús, disfrutar del paseo marítimo o descubrir el imponente edificio de mármol blanco del edificio de la Ópera.

Para terminar el día, ver una puesta de sol junto al Fuerte de Muttrah, tras pasear por el barrio Al Qurum, que es uno de los más 'occidentales' con numerosas ofertas gastronómicas. Por cierto, el plato típico de Omán por excelencia es el Shuwa, una receta de cordero, que suele prepararse en las ocasiones más especiales, la carne es cocinada bajo tierra durante uno o dos días y aderezada con especias como el lomo o limón negro.

Castillos y fortalezas

El fuerte de Nizwa es el más grande de Omán.

El fuerte de Nizwa es el más grande de Omán. Cortesía

Otro de los grandes atractivos del país son sus fortificaciones medievales. Una de las más famosas es Nizwa, declarada Patrimonio Mundial gracias a su castillo. Su laberinto de galerías hará al viajero perderse en los vestigios del pasado, ya que esta ciudad, a pie de las Montañas Hajar y entre exuberantes palmerales datileras, fue la antigua capital de Omán en los siglos VI y VII.

El fuerte de Barka, construido en el siglo XV, contiene una torre poligonal diseñada por el imán Ahmed bin Sad. En Bahla se encuentra una nueva joya de la arquitectura militar, unos 13 kilómetros de murallas que rodean un increíble oasis. La fortaleza tiene su origen en los s. XIII y XIV y se edificó sobre otras anteriores que se remontan a tiempos antes de Cristo.

Entre los grandes castillos destaca el de Jabreen, cerca de Bahla, que fue un antiguo palacio. Adentrarse en sus cinco plantas y 55 salas, con magníficos elementos decorativos, techos labrados, ventanas con magníficas vistas… es un viajar en el tiempo con los cinco sentidos.

Curiosidades

Omán es un país musulmán, pero sus habitantes tienen la libertad de elegir entre la vestimenta típica del país o elegir otras opciones. Las turistas tampoco están obligadas a llevar velo. Los locales visten sus dishdashas y abayas y la selección del color indica la ocasión, siendo el blanco para los eventos más formales, y las opciones coloridas para los momentos informales.

Tiene fama de ser uno de los lugares más amigables y seguros de la zona y, además, al no estar masificado, mantiene toda su esencia para viajar en calma descubriendo sus innumerables rincones. Tiene magníficas playas, y las más espectaculares están en el Dhofar, donde se pueden observar tortugas y delfines a escasos kilómetros de la costa. En el extremo sur también es posible ver ballenas jorobadas.

¿Entiendes ahora por qué es la verdadera joya arábiga?