Imagen de archivo de una mujer pintándose el ojo.
Bárbara Martos, maquilladora: "El lápiz de ojos negro en la línea de agua puede hacer que parezcas más mayor"
Agregar una línea negra en esa zona puede acentuar involuntariamente ese aspecto cansado, reduciendo visualmente el tamaño del ojo.
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A medida que pasa el tiempo, la mirada sufre una serie de cambios debido a la pérdida de firmeza y elasticidad de la piel. Los párpados tienden a caer, las líneas de expresión se hacen más visibles y, en muchos casos, los ojos parecen perder su forma original.
Con el fin de revertir este efecto, muchas mujeres recurren al maquillaje como una solución para revitalizar su mirada y conseguir un efecto de ojos más grandes, abiertos y despiertos. Sin embargo, en el proceso cometen una serie de errores.
Según la maquilladora Bárbara Martos, uno de los errores más comunes a la hora de maquillar los ojos es utilizar el lápiz negro en la línea de agua. Este color acentúa involuntariamente el aspecto cansado y reduce visualmente el ojo.
El efecto del lápiz negro en la mirada
A diferencia del eyeliner, el lápiz de ojos fue una de las técnicas estrella hace años. Aplicarlo en la línea de agua daba una percepción de mirada más intensa y dramática.
Sin embargo, este efecto no es igual en todas las edades. En los rostros más maduros puede resultar contraproducente y, de acuerdo con Martos, "reducir visualmente el ojo".
Esto se debe a que el color oscuro absorbe la luz, creando una ilusión de profundidad que acorta el espacio visible del globo ocular.
Los ojos, al parecer más pequeños y más encajonados, pueden perder ese aspecto descansado que se asocia comúnmente con la juventud.
A este proceso tenemos que añadirle el que nosotras mismas sufrimos sin quererlo, el envejecimiento. Con el paso de los años vamos perdiendo luminosidad en la mirada y aparecen líneas finas, bolsas o sombras bajo los ojos.
Al agregar una línea negra intensa en esa zona, ya de por sí delicada, se puede acentuar involuntariamente ese aspecto cansado, enfatizando esas imperfecciones en lugar de disimularlas.
Los contrastes fuertes, como el negro, pueden endurecer los rasgos faciales. Mientras que un delineado sutil en el párpado puede definir la mirada, una línea negra marcada en la línea de agua inferior puede crear un efecto rígido o severo, lo que tiende a asociarse con una apariencia más madura.
Algo así sucede con las sombras en el párpado. Los tonos oscuros, en lugar de brindar frescura y luminosidad, tienden a marcar las facciones, acentuando líneas de expresión y hundiendo visualmente los ojos, lo que puede generar un efecto contrario al buscado.
Además de sus desventajas estéticas, el lápiz negro en la línea de agua no suele ser una técnica efectiva y es que, al interactuar con la humedad natural del ojo, suele correrse o desvanecerse con facilidad, provocando manchas o acumulaciones en las esquinas del ojo que pueden añadir un aspecto descuidado o envejecido.
"Hay que tener mucho cuidado y saber bien cómo aplicarlo", indica la maquilladora, "lo ideal es difuminarlo 'un pelín', que sea algo sutil; si no, puede hacer que parezcas más mayor y no nos va a beneficiar", confiesa.
En su lugar, también podemos optar por tonos más claros, como blanco o beige. De esta forma, conseguimos neutralizar el color carne o ligeramente rojizo debido a la vascularización de esta área sensible y, por tanto, abrir y resaltar la mirada.