Mujer fumando y tomando el sol en la piscina.

Mujer fumando y tomando el sol en la piscina. istock

Belleza

Fumar y tomar el sol es la peor combinación: así son los daños que se producen en la piel

Fumar provoca la oxidación de todo el organismo y esto se refleja en la piel, que disminuye su capacidad de regeneración y envejece de forma acelerada.

11 mayo, 2023 02:41

Fumar provoca la oxidación de nuestro organismo. De hecho, se produce una cantidad increíble de radicales libres, lo que acarrea un envejecimiento de las células a gran velocidad y disminuye la capacidad de regeneración de la piel

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Desde el primer momento, aumenta la sequedad cutánea y aparecen finas líneas de expresión, en concreto, el llamado código de barras. Además, la piel se ve más apagada al disminuir el riego sanguíneo.

La piel se vuelve sensible a la aparición de manchas y disminuye su capacidad de reparación. Por ello, los cirujanos recomiendan dejar de fumar antes programar cualquier operación, ya que además aumenta el riesgo de infección cutánea. 

Los elementos químicos del tabaco no solo dañan la capacidad de regeneración de las células, también dañan las fibras de colágeno y elastina y debido a esto, aumenta la flacidez de la piel. 

Además, el tabaco daña los dientes y encías, dotándolos de un color amarillento y aumentando la posibilidad de padecer piorrea.

La nicotina en concreto produce vasoconstricción, lo que incide en una disminución del riego sanguíneo de la piel y con ello, el aporte de oxígeno y nutrientes como pueden ser las vitaminas A y C.

Otra consecuencia de fumar  es la aparición de cataratas prematuras en los ojos, así como también las conocidas 'patas de gallo' en el contorno y puede llegar a provocar irritación ocular y exceso de lagrimeo, aumentando las líneas de expresión.

La aparición de arrugas

Los radicales libres son los principales responsables del envejecimiento de la piel y del organismo en general. Estos, en cadena, destruyen, sobre todo, las fibras de colágeno y elastina, lo que conlleva a un aumento en la flacidez de la piel y a la aparición de las arrugas. 

Fumar disminuye el almacenamiento de vitamina C y esta es fundamental en la producción de las fibras de colágeno y elastina. Igualmente, la falta de riego sanguíneo va a reducir el aporte de oxígeno y otros nutrientes que afecta a la capacidad de regeneración cutánea y aumenta la opacidad de la piel.

Además, el humo continuado lleno de toxinas en contacto directo con la piel consigue ensuciarla, los poros sucios apagan la piel y provocan la aparición de granitos e infecciones. La piel, finalmente, se asfixia, se deshidrata y como consecuencia, aparecen las líneas de expresión.

Rubio o negro, pipa o de liar…

Todos los tipos de tabaco son dañinos. Evidentemente, si tienen menos químicos lo son menos, como podría ser fumar solo hojas de tabaco sin químicos, pero la nicotina como tal, produce vasoconstricción, y como hemos dicho anteriormente, esto afecta directamente en la capacidad de reparación natural de la piel, y en el aporte de las sustancias para el correcto metabolismo cutáneo. 

Y los que no somos fumadores

A los fumadores pasivos les afecta, si se está en contacto directo con fumadores y en el mismo ambiente lleno de toxinas de los cigarrillos. Pueden sufrir, igualmente, la aparición de psoriasis y eczemas.

¿Se puede caer el pelo?

Del mismo modo que afecta a la piel, fumar puede influir directamente en el cabello, provocando una mayor incidencia de caída. Al no llegar suficiente corriente sanguínea a los folículos capilares (por vasoconstricción cutánea) se pueden destruir. Las toxinas del tabaco entran en competencia con los nutrientes necesarios para el cabello.

No solo se cae con mayor frecuencia, sino también crece más fino al no llegarle toda la nutrición que necesita el folículo para su correcto crecimiento. Y al fumador pasivo le puede afectar del mismo modo.

Uñas y dedos amarillos

Este color de los dedos de los fumadores se debe al alquitrán y a las otras toxinas que incluye el tabaco. Por tanto, sería aconsejable lavarse bien las manos después de fumar. También debido al alquitrán los dientes se vuelven amarillos y puede aparecer halitosis.

Suplementos para contrarrestar el daño

Lo adecuado sería dejar de fumar y someterse a un tratamiento détox para eliminar las toxinas del tabaco.

Además, es importante aumentar el contenido de antioxidantes en la dieta, tanto con alimentos frescos ricos en ellos como en suplementos como el resveratrol o el licopeno. 

Para evitar el olor del tabaco es recomendable añadir en la dieta alimentos de hoja verdes ricos en clorofila y sustancias détox o suplementos con clorofila, las crucíferas, y el té verde muy rico en flavonoides antioxidantes. 

A nivel tópico, deberíamos aumentar la higiene en la piel, sobre todo utilizando una espuma de limpieza. Me encanta recomendar las emulsiones, que son muy ricas en aceites esenciales y que se aclaran con agua, sin olvidarnos del tónico, mañana y noche.

Es aconsejable exfoliar la piel al menos dos o tres veces a la semana, tenemos que tener en cuenta que aumentará el número de células muertas que deberíamos eliminar para estimular la renovación cutánea. 

Importante aplicar mascarillas détox que pueden ser caseras como las que se hacen con frutas ácidas ricas en vitamina C o las típicas de pepino y yogur que aportan, además, probióticos en la piel y con ello, mejora las defensas y evitamos la extrema sequedad. 

También son muy efectivas las mascarillas clásicas de arcilla. Un truco consiste en añadir a las mascarillas una ampolla de prebióticos, por ejemplo como las de Germinal, las de arcilla ayudarán a absorber las toxinas y la suciedad de la piel. 

No hay un método protector

No existen productos que funcionen a modo de paraguas, pero sí podemos usar cosméticos que nos protejan y contrarresten ese daño. 

Si optas por cremas hidratantes, hazte preferiblemente con aquellas cuyos componentes puedan contrarrestar las toxinas del tabaco, como puede ser la crema Armonia de Urban Protection, que actúa como una barrera. 

También un sérum que estimule la microcirculación y a la vez exfolie ligeramente la piel con alto contenido en vitamina C, como Unique White Serum, que contiene gingko biloba.

Otro de los puntos en los que podemos incidir para evitar el tono apagado de la piel consiste en utilizar sérum con vitamina C en altas dosis, sobre todo, aplicándolo por la noche con la piel limpia.

La piel del fumador es más sensible al sol 

La piel del fumador suele estar más deshidratada y oxidada. Por ello, si añadimos rayos del sol nos exponemos al máximo daño cutáneo. Se va a manchar más fácilmente y se vuelve apergaminada. 

Se destruyen las fibras de colágeno y elastina, por lo que pierde su elasticidad y su capacidad de reparación. Es mucho más sensible al melanoma, ya que es una piel que de por sí está dañada o sensibilizada. 

*Meritxell Martí es farmacéutica.