Parte del reparto de 'Llenos de gracia'.

Parte del reparto de 'Llenos de gracia'. Alba Rosado

Vivir

La película 'Llenos de gracia' revive la bonita historia entre una monja y el ex del Málaga CF Valdo

El filme cuenta con un elenco de lujo formado por Carmen Machi, Paula Usero, Pablo Chiapella, Nuria González, entre otros actores que acompañan a una decena de niños que hicieron que los mayores lo pasaran de lujo en el rodaje.

27 marzo, 2022 05:00

Noticias relacionadas

Ya quedan pocas horas de festival. El barro se acumula en la terraza del Málaga Palacio. Los trabajadores del hotel se entremezclan con el reparto de Llenos de graciala segunda película que dirige Roberto Bueso. Carmen Machi, de rojo impoluto y con tacones de color beis esquiva las mangueras y los charcos para no mancharse. "Gajes del oficio", bromea.

Está feliz por presentar Llenos de gracia, que participa fuera de concurso en la sección oficial de esta vigesimoquinta edición, y por estar en Málaga. "Fíjate si me lo estoy pasando bien que hasta he visto llover barro", decía riendo Machi, que se mostraba esperanzada por ver el sol, ese que protagoniza el cartel del festival y que da nombre a nuestra costa, pero que poco hemos visto durante la última semana.

De ser la mamá del diablo en 30 monedas, ahora Machi encarna a una monja que guarda una historia muy especial basada en hechos reales. La historia por una tarde de diciembre de 2004. El Mallorca y el Osasuna disputaban un partido en el estadio Son Moix. En el minuto 32, un futbolista llamado Valdo marcaba un gol y se levantaba la camiseta de la equipación del Osasuna para mostrar otra camiseta con un mensaje: "Gracias, hermana Marina".

Carmen y Dayron en la película.

Carmen y Dayron en la película. Llenos de gracia

Justo estaba viendo el partido una psicóloga y escritora llamada Inma Puig, que se puso a investigar el significado de ese mensaje. Finalmente, dio con que Valdo, que no tenía familia, fue criado por una monja llamada Marina. Desde que era pequeño, la monja le acompañó en su sueño de ser futbolista. Llegó a jugar en el Real Madrid y pasó por las filas del Málaga CF.

"Ha sido muy bonito interpretarla porque es una mujer maravillosa, de armas tomar y con algo especial. Es culta y muy sabia. Todo ello lo hemos conocido gracias a su familia, con ella ya pocos pueden mantener una conversación porque es muy mayor", relata Machi a este periódico.

En el colegio al que llega Marina en el verano de 1994, El Parral, se encuentran otras monjas como Angelines, a la que interpreta Paula Usero. Angelines es una hermana que trabaja en la biblioteca del centro, dulce, tierna, vulnerable, pero, sobre todo, inocente. "Quizás demasiado", reconoce Usero.

Así, cree que en los tiempos que vivimos, más que aprender de Angelines, dejando que la vida nos sorprenda con inocencia, debemos ser más empáticos y tomarnos todo con más calma. "No nos permitimos ser libres y ser felices. Molaría contagiarnos de ese aroma de Angelines y su ilusión y tranquilidad, viviendo la vida de una manera más sosegada y con más pureza", expresa.

En El Parral, casi una docena de niños tienen que pasar el verano con las monjas porque no tienen con familia con la que irse. No le ponen las cosas fáciles a las monjas haciendo un montón de trastadas que también tuvieron cabida como actores. Rodar con niños fue un auténtico reto para todos. 

"Tenía ganas de volver a trabajar con los niños. Tienen magia. Esos ojos delante de una cámara por primera vez, es mágico. De ellos era de la que tenía que contagiarse mi personaje. Ellos han engordado a Angelines", dice Usero, que recuerda su infancia y se emociona.

La joven actriz sufrió acoso escolar de pequeña por, precisamente, el afán que tenía por el mundo de la cultura audiovisual. "Estos niños están en la preadolescencia y están viviendo algo precioso. Alguno está cumpliendo un sueño", dice.

Así, hace hincapié en uno de los mensajes clave de la película: "Los niños pasan muchas horas en el colegio, se les debe escuchar y los profesores deben estar con mil ojos, más ahora que se escuchan tantos suicidios por bullying. Esta peli habla de cómo enseñar y cómo darles la mejor oportunidad para su vida".

Chiapella, un entrenador fallido

Por su parte, Pablo Chiapella, que interpreta a un trabajador del colegio al que todo en la vida le va mal, se quita el sombrero con el director de la película, Roberto Bueso. "No dio un grito en toda la película. Mantuvo la calma todo el rato y se portó fenomenal con los chavales. Hay que domarlos, están revolucionados", dice con admiración.

Chiapella estudió para ser profesor de Educación Física, pero su personaje intenta entrenar a los chavales y acaba dimitiendo tras una derrota en su primer partido. "Me he tenido que desentrenar, la gente no se lo cree. Me tuve que dejar porque me encanta el deporte", dice el actor, conocido por su papel de Amador en La que se avecina.

Pese a ello, Pablo no es muy futbolero. De hecho, reconoce que "el fútbol me la trae al pairo". "Soy del Barcelona por la época de Johan Cruyff y porque mi padre era del Madrid, pero me da un poco igual. Es cierto que el fútbol nos une, pero también nos vuelve un poco tontos con el tema de los ultras y las batallas campales. Es innecesario", reconoce.

El personaje de Chiapella se hace de querer entre tanta desgracia gracias al sentido del humor, que intenta mantener como buenamente puede. "En mi vida, el humor es mi motor. Me gusta hacer reír, pero también soy muy bueno riendo", confiesa.

La profesión le hace reír, pero reconoce que el mundo de la interpretación es algo muy sacrificado "si te va bien o si te va mal". "La que se avecina es imposible de combinar. No puedo rodar entre semana y hacer teatros los fines de semanas. Tengo una nena y quiero verla crecer", declara.

La búsqueda de los niños

El equipo de castin de la película vio a 2.000 niños de colegios valencianos hasta llegar a conseguir el reparto de chicos que forman la cinta, que se estrenará el próximo verano. El único que había tenido experiencia antes fue Dairon Tallon, que interpreta a Valdo. "Eva y Yolanda fueron las encargadas de buscar en el castin a estos once diamantitos que son el milagro de la película. Sin ellos no podríamos estar hoy en Málaga", declara Bueso.

"Ya tengo mi look preparado para esta noche", bromea Dairon, que está viviendo su primer contacto con los medios y con los festivales y se muestra "deseoso de tener un nuevo proyecto". Durante el rodaje tuvo la oportunidad de conocer a Valdo, una persona que le pareció "muy simpática y graciosa". "Nos hicimos una foto y fue muy guay, me cayó genial", añade.

Cuando Dairon vio la película por primera vez, fue algo que no olvidará en la vida. Junto a todos sus compañeros, se sentaron en una misma fila a disfrutar. "Y a hablar, porque fueron algo gamberros", espeta entre risas Bueso, que acompaña a su pequeña estrella en sus entrevistas. 

El director les dejó claro el mensaje a los chavales. "Sed como sois con vuestros amigos en vuestro día a día. No tenéis que actuar como tal ni inventar nada. Sed vosotros mismos", les dijo. Y lo han conseguido, porque el que ve la película nota que la autenticidad se desborda a raudales. "Lo captaron rapidísimo", aclara Bueso.

A la madre de Dairon le brillan los ojos viendo cómo su pequeño responde con decisión en cada una de las entrevistas, ella prefiere mantenerse en un segundo plano, orgullosa, sonriendo. Le faltan manos para llevar abrigos y bolsos, pero no pierde la oportunidad para fotografiar para el recuerdo una jornada tan especial como esta en el Festival de Málaga. Seguro que ni es su última entrevista ni su última película. Dará que hablar y volverán pronto a Málaga. Seguro.