Ahora que anda uno un poco covitoso, como aquel que diu, las ideas parecen ir y venir en un mar caleidoscópico de ocurrencias. Antes de que alguna de ellas suelte amarras, las apunto rápido y veloz en un papel que tengo sobre la mesa, con el infortunio de que, a la hora de recurrir a él, no entiendo la letra y todo queda reducido a garabatos. Entre tantas líneas curvadas, veo por ahí escrito Formula 1. Resulta que Carlos Sainz anda en estado de gracia con una máquina imparable, casi tanto como su compañero en la escudería italiana; que El Plan de Fernando Alonso está quedando en el aire como la calima que nos acompaña (y a ver a quién banco yo ahora por Twitter); que en la carrera de Bahréin volvió a subirse al podio el mismo de siempre, pero que parece que, por fin, las balas plateadas no son tan rápidas.

Sin embargo, tengo la sensación de que este apunte no se refiere a la categoría reina del motor, sino que viene a colación del Gran Premio de Málaga, que según se atisba, este año dejará de disputarse por las calles del Centro. La Agrupación ha subido una foto a redes en las que aparece el montaje del PitLane del Espeto Arena. Al rato, ha compartido unas infografías muy bien hechas y he respirado más tranquilo. Que digo yo que aquí podría haberse hecho a la inversa y nos ahorrábamos a algún que otro cliente insatisfecho, pero de algo tendrán que vivir los de la oficina del consumidor. A las pruebas me remito; quien quiera comprobarlo, que compare reacciones.

El caso es que el rojo vuelve a prevalecer (¡Viva la Ferrari!), que los tubos van a estar tapados y ocultos con lonas, que se van a revestir rampas y tribunas, que con un poco de suerte Molina Lario dejará de ser el paddock del estadio y que a ver si va todo bien y la luz se hace o se deshace allí donde sea bueno. La plaza de la Marina, y con esto quizá me esté adelantado a futuras sorpresas, tiene toda la pinta de continuar siendo un almacén de megaconstrucciones. Gigantes, sí. Pero ahora son bonitas, y eso siempre hay que celebrarlo. O al revés. No sé. De los muchos debes que componen la lista de "cosas mejorables" del nuevo RO (coloq.), la cuestión estética se ha abordado en profundidad (o con algo más de tacto que en 2019).

Visto lo visto, por fin tenemos un collar nuevo. Ahora toca ver qué tal se comporta el perro y qué equipo gana en Jeddah. A falta de quince días para la Semana Santa, aún no sabemos quién tiene la pole position y qué puesto ocupa cada cual en la parrilla de salida, pero eso da para otra carrera. Todavía tenemos que esperar para comprobar si al itinerario oficial también le toca pasar por boxes.