Los Emeterios.

Los Emeterios. Julio Hermana

Carnaval

La guasa pese a las desgracias: el Carnaval de Málaga como terapia para Quiles y los Emeterios

El joven tuvo un accidente con su moto mientras iba camino de la cena de Nochebuena con su familia. Pese a ello, no ha querido perder la oportunidad de cantar con su grupo.

16 febrero, 2022 03:34

Noticias relacionadas

Era la tarde de Nochebuena. Daniel Quiles se asomó a la ventana para ver si las nubes se animaban a traer algo de lluvia a Málaga, pero no tenía pinta. Por ello, decidió que cogería la moto en lugar del coche. "Después es muy difícil aparcar, mejor la moto, sí", se dijo convenciéndose.

Sin embargo, Quiles no se imaginaba cómo acabaría su Nochebuena. Cuando avanzaba con su moto, vio como empezó a chispear y la calzada comenzaba a humedecerse. En una de las rotondas del Atabal, cerca de casa, Daniel pisó una de las líneas blancas y la motocicleta resbaló haciendo que el joven saliera despedido.

Aún no es consciente de cómo puede estar bien después de estrellarse contra una rotonda y perder el conocimiento. "Estoy inmensamente contento por poder estar aquí hoy, viviendo el carnaval, yo me pongo a pensarlo y podría haberme quedado en el sitio y no poder contarlo. Soy un afortunado. Fue muy duro, la verdad, y más en un día tan especial como Nochebuena", cuenta a este periódico, aún emocionado.

Cuando se dio cuenta de que dentro de 'la gravedad' (se rompió la tibia, el menisco y los cartílagos de la rodilla derecha y no podría apoyar bien algo el pie hasta que pasaran dos o tres meses), estaba bien, la primera palabra que le vino a la cabeza: el carnaval.

Cuando sufrió el accidente, no estaban ensayando por miedo a los efectos de Ómicron, que aquella semana estaba totalmente desbocada. "Pero no lo pensé dos veces cuando empecé a poder incorporarme sentado, unas tres semanas antes de preliminares. El carnaval es lo único que me saca de mi casa estos días además de las citas con el médico", reconoce.

El pasado fin de semana actuó junto a su grupo, los Emeterios, sobre las tablas del Teatro de la Escuela Superior de Arte Dramático de Málaga. Sobre su silla de ruedas, Quiles no desentonó nada ya que su murga este año se llama 'Médico de familia' y encarnan a una familia de gitanos en la puerta del Hospital 'Carlos Haiga'.

"Puede sonar raro, pero si había un año para tener un accidente era este. El año pasado, con 'Jarabe Perchelero' iba a ser muy difícil encajarlo y ya el anterior, que íbamos de autobuseros, ni os cuento", cuenta entre risas.

"Con lo nervioso que yo soy, la silla limita mucho sobre el escenario, pero me pude adaptar bien en las tres semanas de ensayos. Es peor que matizar el repertorio", manifiesta sonriendo. Asimismo, reconoce que en la actuación de preliminares se sintió igual que el resto de sus compañeros, pero echó en falta poder pegar bien el zapato sobre las tablas.

No es la única desgracia

El accidente de Quiles no fue el único problema con el que se encontraron los Emeterios en los días, e incluso horas, previas a su actuación de preliminares. "El año que viene no nos atrevemos a llamarnos 'Los enterradores' por lo que pueda pasar. Mejor nos pondremos 'Los ganadores del Euromillón' o algo así, por ver si también se cumple", dice el joven entre risas pese a la gravedad del asunto.

En preliminares salieron catorce, tras sufrir una baja por Covid tan solo un par de días antes de empezar el concurso, algo que temían que era muy probable que ocurriera. Así, trataron de invitar a un chico que había estado en algunos ensayos con ellos y que ya salió en el grupo anteriormente y, de ahí que tengan tres guitarras en la actuación, algo atípico en murgas.

A todo ello se suma que, mientras se encontraban maquillándose en el local, un par de horas previas a su actuación, uno de los integrantes del grupo, que había venido de un viaje de trabajo de un par de días comenzó a encontrarse muy mal y sufrió un corte de digestión y una bajada de tensión derivados del cansancio del trabajo, los nervios y la falta de descanso. Ya disfrazado, tuvo que ser intervenido por los servicios médicos.

"Se desplomó y nos vimos rodeados de médicos de verdad mientras terminábamos de maquillarnos. Mientras que calentábamos voces, veinte minutos antes de salir a escena, nos vimos reorganizando la murga para tapar los huecos, una circunstancia que pocos grupos habrán experimentado", relata.

A pesar de las circunstancias, se sienten orgullosos de cómo defendieron el repertorio y de la acogida que les dio el público de la ESAD. Ya solo queda que el jurado les dé su apoyo y puedan pasar a semifinales, esperemos que con el grupo al completo y sin más partes de baja.