
El renacer de San Agustín: así avanza la transformación del histórico convento en Biblioteca del Estado en Málaga
El Ministerio de Cultura fija para finales de 2026 la terminación de los trabajos de recuperación del edificio. La inversión alcanza ya los 18 millones.
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Pasear por el interior del antiguo Convento de San Agustín, cuyo origen se remonta al siglo XVI, es hacerlo por la historia de Málaga. Pocos edificios ejemplifican tan fielmente la evolución de la capital de la Costa del Sol como este inmueble que se levanta en pleno Centro Histórico y que, si todo va como se espera, quedará transformado en nueva sede de la Biblioteca del Estado en la provincia a finales de 2026.
Este es el calendario fijado por el Ministerio de Cultura, responsable de una intervención largamente demandada por la sociedad civil y política malagueña. Su materialización, tras décadas de estancamiento, va a suponer una inversión de 18 millones de euros.
El avance de la operación ha quedado de manifiesto este viernes con la visita protagonizada por el ministro del ramo, Ernest Urtasun, que esta misma noche acudirá a la gala de inauguración del Festival de Cine.
La terminación de los trabajos, que arrancaron a principios de 2022, abrirá la puerta a que la Biblioteca del Estado, instalada desde hace 30 años en una sede provisional, inicie su particular mudanza al nuevo y emblemático edificio.
Pero más allá del futuro uso y de la intervención de recuperación minuciosa que se realiza sobre la construcción original, adquiere protagonismo indiscutible todo el pasado que hay enterrado en el subsuelo. La labor arqueológica desarrollada en estos años ha rescatado del olvido importantes y valiosos hallazgos, parte de los cuales serán puestos en valor de cara a los futuros usuarios.
Especial mención para los restos de la muralla fenicia, que según explica Ana Arancibia, responsable de la fase arqueológica, data de mediados del siglo VII antes de Cristo. A esta joya, suma las piletas de salazones de época romana encontradas y que datan del siglo III después de Cristo. "Y luego tenemos una serie de criptas que se construyeron en el convento; hay que recordar que a partir de Carlos III ya no se podía enterrar a la gente dentro de las iglesias", explica la especialista ante la atención del ministro.
Muchos de estos enterramientos estaban destinados a los monjes y a la gente que trabajaba en el convento, pero también hay criptas de familias "que pagaron su estancia con la idea de estar cerca de la iglesia".
La previsión es que las piletas romanas sean visitables, mientras que se permitirá el acceso a las criptas a investigadores. En el caso de la muralla fenicia, el objetivo es que sea visible a través de paneles de vidrio.
"Es un edificio que cuenta toda la historia de la ciudad", subraya Arancibia, para quien este detalle eleva el valor de una intervención que va a permitir recuperar para uso público un elemento esencial del patrimonio de la ciudad.
El entusiasmo de la arqueóloga ha sido compartido por Urtasun, quien ha confirmado su satisfacción con el desarrollo de los trabajos al conocer que el patio del convento va a ser destinado a sala de lectura y préstamo de la futura biblioteca. "La sala de lectura va a ser brutal", afirma Urtasun.
Cubierta acristalada
De hecho, será en esta parte del equipamiento donde luzca uno de los elementos más llamativos de la actuación: una gran cubierta de vidrio transparente que permitirá el uso de la zona todo el año, rebajando, además, el coste energético.
La futura biblioteca contará con una superficie total de 5.345 metros cuadrados, que quedarán configurados en torno a dos accesos. Desde la calle San Agustín se accederá al primer patio, en torno al cual se dispondrán las estancias dedicadas al uso interno de catalogación, trabajos bibliotecarios y depósitos, así como actividades con usuarios en grupos reducidos como clubes de lectura. En el cuerpo de transición entre los dos patios se situará, en planta baja, el Salón de Actos.
La entrada desde la calle de Pedro de Toledo conducirá a los servicios bibliotecarios más abiertos al público, los espacios de préstamo, lectura y sala infantil. El claustro principal será el corazón y el pulmón de la biblioteca y albergará el préstamo y la lectura y estará protegido por una gran cúpula de vidrio con toldos mecanizados. En el exterior de este acceso, se creará una fachada formada por elementos cerámicos, una celosía que simula y recuerda el efecto de una estantería llena de libros, mostrando así el destino del edificio.