Yael junto a su hija y un bombero extinguiendo el fuego en Ashkelon.

Yael junto a su hija y un bombero extinguiendo el fuego en Ashkelon. Cedida // Reuters

Málaga

La alegría de la vida en mitad del desastre: una malagueña da a luz en pleno conflicto palestino-israelí

Esta pequeña, que aún no tiene nombre, nació a las 16.03 horas del pasado 12 de octubre en el hospital Hillel Yafe en Hadera (Israel).

14 octubre, 2023 05:00

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En mitad del conflicto palestino-israelí, entre bombas, tiros, gritos y mucho miedo en las calles, este 12 de octubre a las 16.03 horas nacía una adorable bebé en el hospital Hillel Yafe en Hadera. Su madre es Yael, una mujer que, aunque en su DNI ponga que nació en Madrid, se siente y dice que es malagueña, pues con solo seis años llegó a los Boliches de Fuengirola junto a su familia. 

Hace diez años, el 31 de diciembre de 2013, Yael y su marido Jonathan, natural de Melilla, decidieron dar un giro de 180 grados a su vida marchándose a Israel. La crisis económica azotaba a la familia, que en ese momento tenía tres hijos pequeños, y pensó que daban el paso perfecto en busca de trabajo y un futuro mejor para ellos.

 "Tenía en Israel a dos de mis hermanos y decidimos probar. Sabíamos que la educación allí era buena, con muy buenas universidades, decidimos venir pensando en que podían tener un buen futuro", declara a este periódico Yael, que jamás se planteó en ese momento lo que iba a poder llegar a vivir en Israel, incluso un parto en pleno conflicto.

Tras pasar por algunos puntos de Israel, ahora se encuentran asentados con su familia en Harish, una pequeña ciudad del país en el centro-norte de Israel que ella compara, en cuestión de tamaño, con Benalmádena pueblo.

Su marido trabaja en un hotel de la zona donde residen y ella es diseñadora de moda de profesión, pero decidió cerrar su tienda de vestidos de novia y eventos en Harish en plena pandemia. La situación era complicada, sobre todo con cinco hijos. Su última colección, según se ve en su página web, estuvo llena de coloridos vestidos que se llamaban como pueblos de Málaga: Casares, Mijas, Monda... Málaga siempre ha estado ligada a la historia de esta familia.

"Estoy deseando volver a mi Málaga querida", dice Yael, que el próximo domingo espera mover los hilos suficientes para que le ayuden a traer a sus hijos y a su recién nacida a España cuanto antes.

El conflicto

Yael comenzó a tener fuertes contracciones sobre las tres de la tarde del doce de octubre. Al ser su sexta bebé, conocía perfectamente cómo era el proceso de un parto. Todos sus hijos nacieron en la semana 38 y ella ya se olía que ella pudiera llegar en la misma. Y así fue. Una hora más tarde, a las 16.03 horas llegaba al mundo la pequeña, que aún no tiene un nombre elegido porque Jonathan y Yael quieren debatirlo con sus chicos.

La noche del jueves escuchó algunas bombas desde el hospital, pero no llegó a mirar en la aplicación que les avisa de estos ataques por dónde habían caído. "Creo que por otra ciudad que está más al sur, Netanya", dice. Sin embargo, manifiesta que se sintió muy segura de camino al hospital. En cada cruce de carreteras, había bastante presencia policial y pudieron llegar muy rápido hasta Hillel Yafe.

Aunque le habían ofrecido contactos de profesionales como ginecólogos o matronas que atendían a domicilio, finalmente, Yael decidió ir hasta el hospital, a una media hora de su casa, para dar a luz. "Aunque ha pasado muy poco, he pedido el alta voluntaria. Quiero estar en la casa y que los niños no se queden con la abuela y nosotros aquí en el hospital. Como que mi mente no puede estar en todo", sostiene.

Harish

La zona donde viven Yael y su familia es relativamente tranquila aún, algo que les permite tener un poco más de calma hasta que puedan volver. "Siempre escuchábamos cosas, pero más bien era por el sur. En este tiempo [antes del ataque de Hamás] había misiles y ataques por allí, pero nunca por la zona donde nosotros estábamos. Cuando vivimos en Jerusalén, sí llegamos a vivir este tipo de experiencias, pero muy poco. Luego nos mudamos a la zona más céntrica y ahí estábamos mejor, algo más resguardados de lo peor", declara.

Sin embargo, desde hace seis meses, ya en Harish, comenzaron a observar cómo el conflicto tomaba fuerza en sus calles. "En vez de ir a cuchillo como iban antes, llegaban, mataban a uno y lo reducían rápidamente; ahora van con armas de fuego y roban coches para cometer atentados con ellos. En mi propio parking han robado dos coches. Vienen de la ciudad de Yenin, que tengo a media hora de mi casa", dice, algo angustiada.

Yael lamenta que esta circunstancia no se da solo su localidad, sino en todas las que le rodean. "Es que matan a familias enteras en mitad de la carretera o paran en gasolineras y disparan a todo el que pillan por ahí hasta que los reducen, en fin. Han sido episodios muy chungos", sostiene.

Miedo

Esta semana, concretamente el lunes, escucharon durante la noche dos explosiones muy fuertes, muy cerca de casa. "Nos asustamos mucho, nos metimos dentro del búnker, cerrados, creíamos que había sido aquí mismo", relata. Finalmente, había sido en la ciudad de al lado, pero la bomba explotó en mitad de una calle donde no había apenas tránsito ni coches aparcados. La otra, en un descampado. No hubo víctimas, no hubo daños, no hubo nada, pero no se nos quitaba el miedo", dice.

Sus niños estaban especialmente asustados. Ahora, insiste, una vez ha dado a luz, solo espera que pronto estén en un avión de camino a casa y volver a empezar de nuevo, lejos de la sangre y el sonido de las explosiones.