Ábalos y Koldo a su llegada este jueves al Tribunal Supremo.

Ábalos y Koldo a su llegada este jueves al Tribunal Supremo. Europa Press

Tribunales

Cuatro argumentos rotundos del juez Puente que justifican la cárcel para Ábalos y Koldo ante el "extremo" riesgo de fuga

El magistrado del Supremo ha dejado claro en su auto que el arraigo familiar no es suficiente para evitar el ingreso en prisión y ha señalado al vínculo iberoamericano de los acusados para justificar la tesis de una posible huida de la Justicia.

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M.D.
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Las claves

El juez Leopoldo Puente decreta prisión provisional sin fianza para José Luis Ábalos y su exasesor Koldo García, argumentando un "extremo" riesgo de fuga.

La amenaza de duras penas, que podrían superar los diez años incluso en el mejor escenario, es clave en la decisión judicial.

El magistrado destaca los recursos económicos y contactos internacionales de Ábalos, especialmente en Iberoamérica, como factores que facilitan una posible huida.

El arraigo familiar es descartado como freno suficiente para evitar la fuga, y el juez rechaza que la prisión busque presionar para obtener confesiones.

José Luis Ábalos, exministro de Transportes y otrora hombre fuerte del Gobierno, se ha convertido en el primer diputado en ejercicio que ingresa en prisión provisional, acusado de graves delitos de corrupción.

El magistrado instructor, Leopoldo Puente, ha dictado pasadas las 16:00 horas un auto en el que decreta prisión comunicada y sin fianza tanto para Ábalos como para su antiguo asesor, Koldo García Izaguirre. El juez hace suyas las tesis de la Fiscalía Anticorrupción y califica el riesgo de fuga de "extremo", "máximo" e "inasumible".

La decisión ha caído como una losa sobre el exdirigente socialista, a quien fuentes presentes describen "nervioso, pálido" y "fumando sin parar" en el patio de los naranjos del Alto Tribunal mientras esperaba la resolución.

Una imagen que contrastaba con la de su exasesor, descrito como "más entero" e incluso dispuesto a bromear ante el tribunal: "Todos tenemos derecho a aprender poco a poco", llegó a manifestar Koldo en su turno de palabra.

Ambos ya han sido trasladados a la prisión de Soto del Real, donde comparten celda en el 'módulo de ingreso' a falta de la decisión sobre su ubicación final en la prisión.

Un destino que llega con la contundente valoración del juez Puente sobre el riesgo de fuga de ambos, especialmente en lo referido a la capacidad logística de los dos acusados para sustraerse a la acción de la Justicia.

No menos de 10 años

El factor determinante para el magistrado es el abismo penal que se abre ante los encausados. Con la instrucción ya finalizada y los escritos de acusación presentados, la amenaza de cárcel ha dejado de ser una hipótesis para convertirse en una probabilidad inminente.

Anticorrupción solicita 24 años de prisión para Ábalos y 19 años y medio para Koldo García. La acusación popular eleva la petición hasta los 30 años. El auto es tajante al valorar este escenario: "La extensión de las penas solicitadas resulta tan relevante que se comenta por sí sola".

El juez realiza un cálculo demoledor para desmontar cualquier atisbo de optimismo en las defensas: incluso en el supuesto más favorable de una condena mínima, la suma de las penas "aún significaría una sanción privativa de libertad de extensión no menor a los diez años".

De hecho, el instructor recoge el cálculo preciso del Ministerio Público, que sitúa ese suelo punitivo en "doce años y seis meses de prisión".

Contactos internacionales

Uno de los puntos más novedosos y contundentes del auto es el análisis de los recursos de Ábalos para huir al extranjero. El juez no solo menciona la "disponibilidad de recursos económicos bastantes" inferida del manejo de grandes sumas de efectivo o de dinero recibido de su hijo Víctor, sino que pone el foco en su agenda internacional.

Puente subraya que "son de conocimiento general los contactos internacionales" que Ábalos tejió durante su etapa en el Gobierno, específicamente en Iberoamérica (el auto menciona indicios sobre un inmueble en Perú).

El riesgo, según el juez, no es solo económico, sino relacional: Ábalos cuenta con vínculos "tanto con autoridades como con particulares y empresas de dichos países" que podrían ofrecerle cobertura logística para evadir a la Justicia española.

El arraigo familiar no es un freno

Las defensas intentaron jugar la carta sentimental. Ábalos alegó el cuidado de un hijo menor y Koldo García, la responsabilidad sobre su hija y su madre anciana. El magistrado rechaza estos argumentos con una frialdad lógica: "Cualquiera de dichos familiares podría, si ese fuera su deseo, desplazarse a su encuentro" en caso de fuga, razona el juez.

Alternativamente, el auto plantea que, dado el "horizonte penal en este momento previsible", los acusados podrían preferir "separarse temporalmente de su familia con el propósito de eludir aquel escenario personalmente muy desfavorable" antes que afrontar décadas de reclusión.

La "especulación" de la confesión

Finalmente, el juez sale al paso de las insinuaciones de la defensa de Ábalos, que sugirió que se pedía la prisión como método de presión para forzar una confesión.

Leopoldo Puente califica tal idea de "pura y simple especulación". Argumenta que, estando la instrucción prácticamente cerrada y el juicio previsto "en apenas unos meses" (tres o cuatro, según la Fiscalía), la prisión ya no tendría utilidad para obtener información.

"Poco relevante parece lo que pudiera el acusado aportar en este momento", zanja el instructor, confirmando que la cárcel no busca la confesión, sino asegurar —a toda costa— que el banquillo de los acusados no esté vacío el día del juicio.