Imagen de archivo de un coche de la Policía Nacional.
Condenado un hijo del exministro Cosculluela: llamó "mierda" al policía que le detuvo y trató de quitarle la porra
Otro hijo del expolítico dijo a los policías que su padre era alguien "importante". Los agentes, acusados de retener ilegalmente a los jóvenes, son absueltos.
Más información: El joven en cuya casa entró la Policía con un ariete pagará las costas por su "temeridad" en el caso
La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a Pablo Sáenz, hijo del exministro socialista Javier Luis Sáenz de Cosculluela, quien fue titular de Obras Públicas y Urbanismo durante los gobiernos de Felipe González.
Tal y como consta en una sentencia a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, el tribunal le considera autor de "un delito de resistencia menos grave, con la concurrencia de la circunstancia muy cualificada de arrebato u obcecación".
La resolución detalla que el joven llamó "mierdas" a los agentes que le detuvieron a él y a su hermano la noche del 20 de marzo de 2021 en Madrid. De hecho, llegó a forcejear con uno de los dos uniformados, al que trató de arrebatar la porra que llevaba.
Ambos jóvenes, de hecho, fueron representados en el juicio por su padre, quien ejerce como abogado tras abandonar la política.
En ese mismo procedimiento, los cuatro policías que participaron en esta detención también fueron juzgados. No obstante, todos ellos han acabado absueltos. Uno de los cuatro ha sido representado por el despacho Frago & Suárez, que celebra este fallo.
De los dos hijos del exministro, sólo Pablo, el mayor de ambos, ha sido condenado. En concreto, a una pena de dos meses de prisión, que ha sido sustituida por una multa y una indemnización a los agentes que le arrestaron.
La sentencia relata que aquella noche dos policías que patrullaban por el centro de Madrid, "cerca del metro Sáenz de Baranda", acudieron al lugar donde se había producido "una reyerta".
Allí, localizaron al condenado y a su hermano, a los que vieron alterados y deambulando por el lugar.
"Observaron que Pablo [el condenado] hacía gestos exagerados con los brazos y se encontraba en alto grado de agitación, gritando y vociferando, fuera de sí, viendo que tenía una herida sangrante en la cabeza y portando su camiseta ensangrentada en la mano, de modo que llevaba el torso desnudo", relata la sentencia.
"En ese momento los agentes les pidieron que se pusieran contra la pared y se identificaran", añade.
La resolución relata que, "estando muy nervioso", el hermano que ha sido absuelto, "mientras le intentaba relatar lo sucedido en la reyerta, tocó con la palma de la mano en el hombro a uno de los dos agentes, acudiendo en ese momento el otro en apoyo de su compañero y procediendo a su detención" de este joven.
No obstante, "no queda acreditado que tuviera intención de menoscabar el principio de autoridad ni de evitar ser detenido, sino que el contacto (...) fue consecuencia de su estado de nerviosismo y sensación de impotencia".
Sin embargo, la sentencia recoge que sí llegó a manifestar a los policías "que su padre era una persona muy importante, sin que los modos utilizados fueran de entidad suficiente para considerar que tenían intención de faltar al debido respeto a los agentes".
Pablo Sáenz, por contra, si ha sido condenado, ya que la sentencia considera que, teniendo sus "facultades alteradas por el estado de agitación que le había causado la agresión de los terceros no identificados, lanzó
improperios hacia los agentes de policía".
En concreto, "frases como que eran 'unas mierdas' y similares, con una actitud claramente hostil" hacia uno de los agentes". "Y en un momento en que ambos están frente a frente, Pablo, con intención de evitar su detención y ofender el principio de autoridad, hace un movimiento, cogiéndole la defensa", detalla el tribunal.
Debido al forcejeo, el policía y el condenado cayeron al suelo, "teniendo que acudir en apoyo otros dos agentes más del indicativo Z32 que acababa de llegar, (...) quienes, finalmente, redujeron a Pablo.
"[El condenado] presentaba, además de la herida en la cabeza producida en la reyerta anterior, otras heridas (...) en región lumbar izquierda (...), muñeca izquierda y brazo derecho, requiriendo una asistencia médica y tardando 10 días en curar", reconoce la sentencia sobre Pablo Sáenz.
"Pero no queda acreditado que las mismas fueran causadas por los agentes de policía que procedieron a su detención ni que la fuerza empleada para reducirle fuera más que la mínima imprescindible, frente a su gran agitación", concluye.
La sentencia, que aún puede ser recurrida ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), ha sido redactada, como ponente, por la magistrada Pilar Llop, exministra de Justicia.