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Marruecos pretende fijar la demarcación definitiva de su frontera marítima con España apropiándose de aguas canarias

El asunto se debatirá esta semana en Madrid en la XIII Reunión de Alto Nivel que celebrarán ambos gobiernos.

Más información: Marruecos ejerce su control sobre las aguas del Sáhara tendiendo un cable hasta Canarias al margen de la UE

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Las claves

Marruecos busca fijar la delimitación definitiva de la frontera marítima con España, incluyendo aguas próximas a Lanzarote, Fuerteventura y parte de Gran Canaria, lo que afecta a recursos minerales y energéticos valiosos.

La reclamación marroquí se apoya en el principio de equidad frente al criterio de la línea media y en la Convención del Mar, alegando legitimidad por acuerdos bilaterales y recientes resoluciones internacionales.

Expertos advierten que la anexión de aguas saharauis por Marruecos carece de sustento legal y probablemente no será aceptada por organismos internacionales como la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos.

Marruecos también busca gestionar el espacio aéreo sobre el Sáhara Occidental, actualmente bajo control español, y ha iniciado obras para reforzar su infraestructura aérea en la zona.

En la XIII Reunión de Alto Nivel que España y Marruecos celebrarán en Madrid el miércoles y el jueves, se tratarán, además de los temas habituales como migración, seguridad y narcotráfico, uno particularmente sensible.

Rabat ha logrado introducir en la agenda "las negociaciones para demarcar la frontera marítima entre Marruecos y España", que, según aseguran en Marruecos, "entran en su fase final".

Para Rabat es una cuestión crucial seguir avanzando en la hoja de ruta firmada por el presidente Pedro Sánchez y el rey Mohamed VI el 7 de abril de 2022.

En aquel acuerdo se incluía la delimitación de las fronteras marítimas, la extensión de la plataforma continental y la gestión del espacio aéreo.

Lo que está en juego es la delimitación de las fronteras marítimas en la fachada atlántica. El problema es que Marruecos reclama aguas de Lanzarote, Fuerteventura y parte de Gran Canaria.

La zona en disputa afecta directamente al monte Tropic, unas de las reservas de telurio y cobalto más importantes del mundo. Sus costras de ferromanganeso, un recurso mineral ubicado en las profundidades del océano, contienen altas concentraciones de metales valiosos, en particular cobalto y manganeso.

La zona tiene también hidrocarburos en el subsuelo marino.

Marruecos sostiene que el criterio que debe regir para la asignación de las aguas es "el principio de equidad".

Este principio, sostienen, "debe prevalecer sobre el automatismo de la línea media cuando la delimitación involucra una costa continental extensa frente a un archipiélago no estatal como Canarias".

En su defensa mencionan la Convención del Mar, una serie de leyes sobre aguas marítimas aprobadas por el país en 2020, la propia hoja de ruta bilateral firmada con Sánchez y la reciente Resolución 2797 (2025) del Consejo de Seguridad sobre el Sáhara Occidental.

Sin embargo, hay varios problemas, según explica el profesor Anselmo Fariña, activista en pro de la causa saharaui y experto en el expolio de recursos naturales del Sáhara Occidental.

El más importante es que Marruecos se anexiona también en ese plan las aguas saharauis, "lo que no tiene sustento legal ninguno y es sólo un acto de fuerza", señala Fariña.

José Mangas, catedrático de Recursos Minerales Marinos de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria e investigador del grupo de Geología Aplicada, está convencido, por su parte, de que la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (AIFM) "no va a aceptar" los planes de Marruecos "porque van en contra de la legislación".

Geopolítica africana

La fachada atlántica es de suma importancia para Marruecos, que pretende reestructurar el espacio geopolítico a nivel africano a partir de anexionarse las aguas del Sáhara Occidental.

"La recuperación de nuestras provincias del sur ha hecho posible la consolidación de la dimensión atlántica del Reino (…) Si la fachada mediterránea es considerada como un enlace entre Marruecos y Europa, la atlántica es el pórtico de Marruecos hacia África y la ventana por la que asoma al espacio americano", dijo Mohamed VI en su discurso por el aniversario de la Marcha Verde en 2023.

Marruecos ya daba por recuperado el Sáhara Occidental, que denomina "provincias del sur", tras el decreto presidencial de Donald Trump en diciembre de 2020, que secundaron Israel, Alemania, España, Bélgica, y Francia, además de la treintena de países africanos y árabes que abrieron consulados en las ciudades saharauis de Dajla y El Aaiún.

Ahora, Marruecos se siente más legitimado por la Resolución 2797 (2025) del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas del 31 de octubre, que realmente sólo considera el plan de autonomía sobre el Sáhara Occidental como una opción base para que las partes implicadas en el conflicto se sienten a negociar.

El monarca marroquí ha prometido a sus súbditos "una economía integrada basada en la prospección de recursos naturales en el mar, prosiguiendo con la inversión en los ámbitos de la pesca marítima y la desalinización del agua de mar, con el fin de fomentar las actividades agrícolas, promover la economía azul y apoyar las energías renovables".

Por otra parte, en referencia al espacio aéreo del Sáhara Occidental que gestiona España a través de Enaire desde Las Palmas de Gran Canaria, ya se han mantenido "reuniones bilaterales formales e informales", según desveló en el Parlamento de Rabat, el ministro de Asuntos Exteriores, Nasser Bourita.

Marruecos busca asumir progresivamente la gestión plena y exclusiva del espacio aéreo sobre todo su territorio, incluido lo que considera sus "provincias del sur". Por ello, ya construye una torre de control en el aeropuerto de Smara, ciudad del Sáhara Occidental.