Pedro Sánchez, durante una de sus intervenciones este miércoles en el Congreso de los Diputados. Europa Press
"Queda inaugurada la campaña": Sánchez esgrime las conexiones empresariales de las CCAA del PP para esquivar la corrupción
El presidente lanza en el Congreso un insólito ataque a los gobiernos autonómicos cuestionando su gestión: esa será su estrategia en el ciclo electoral que ahora comienza.
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"Queda inaugurada la campaña electoral", proclamó en el pasillo del Congreso de los Diputados un miembro destacado del equipo del presidente del Gobierno tras concluir Pedro Sánchez su intervención inicial.
Sánchez acababa de colocar el mensaje que llevaba preparado para instalar en la agenda política el debate sobre las privatizaciones y la gestión del PP en las comunidades autónomas que gobierna.
"El argumento de las privatizaciones frente al de la corrupción y a ver cuál de ellos se impone", explican en la Moncloa.
Subrayan que la idea es poner el foco en el "para qué se quiere gobernar", y por eso se habla de lo que hace el PP allí donde tiene poder.
Se trata de "crear un nuevo marco" -según la expresión que el presidente utiliza en las reuniones internas de su equipo-, para afrontar los próximos meses y las citas del nuevo ciclo electoral, sean las que sean.
Sobre esa base se desarrollará la estrategia electoral del PSOE, elaborada y ejecutada desde la Moncloa y con presencia notable de Sánchez, que considera que se examina en esas citas electorales.
El 21 de diciembre habrá urnas en Extremadura, en marzo en Castilla y León, y en primavera en Andalucía, con opciones de que puedan convocar elecciones otras comunidades autónomas.
Ese discurso le vale a Sánchez también para quitarse presión en un momento de debilidad política y parlamentaria.
Este miércoles volvió a insistir en su voluntad de llegar a 2027, aunque miembros de su equipo usan expresiones como "hay que ver cada semana si se mantiene o no el apoyo parlamentario".
Le sirve también para eludir responder por los casos de corrupción o cualquier otra cuestión que le plantee la oposición en el Congreso, donde, en teoría, se trata de controlar al Gobierno y no al revés.
De esa forma y con esa estrategia, Sánchez afrontó el Pleno que inicialmente debía servir para debatir sobre la última cumbre europea, la corrupción y sus apoyos parlamentarios.
Con ese amplio temario parecía que iba a ser un Debate sobre el estado de la Nación, pero acabó siendo un debate sobre el estado de la región. O de las regiones, porque el presidente del Gobierno habló casi de todas las comunidades en manos del PP para arrojar su gestión a la cabeza de Alberto Núñez Feijóo.
El lío institucional es notable porque Sánchez se constituye en líder de la oposición de cada una de esas comunidades. Y la situación es insólita, ya que tiene a siete ministros que, a la vez, son candidatos autonómicos y confrontan abiertamente con barones regionales del PP con su actividad oficial en el Gobierno.
Comunidad por comunidad
De hecho en su habitual larguísima réplica, Sánchez fue pasando revista, una por una, a casi todas las comunidades del PP para arremeter contra sus presidentes y culpar a Feijóo de su gestión.
A la extremeña María Guardiola le reprochó la gestión de incendios este verano porque pidió el doble de efectivos que tiene la UE, mientras mantenía parados los suyos. La acusó de recortar las becas comedor y haber bajado los impuestos para las rentas más altas.
A Isabel Díaz Ayuso la atacó por su relación con empresas privadas de sanidad en la Comunidad de Madrid, incluyendo el enriquecimiento de sus familiares. Para concluir que así se paga el "ático de lujo en el que vive" y que "el clan Ayuso se está forrando a costa de todos".
A Alfonso Fernández Mañueco le sacó a relucir la gestión de los incendios este verano en Castilla y León.
A Juanma Moreno le achacó la crisis de los cribados de cáncer de mama, provocada, según dijo, por "las privatizaciones y negligencias".
"En Andalucía, el gasto en conciertos ha subido casi un 70%, mientras las listas de espera se han disparado y esta dejación de servicios viene acompañada de mentiras y negligencias, como la inédita crisis de los cribados", aseguró.
Se cebó con Carlos Mazón por la dana en la Comunidad Valenciana y repitió varias veces la frase "convoque elecciones y deje hablar al pueblo valenciano".
Y, por supuesto, puso en cuestión la gestión de Feijóo en Galicia, con la que el PP ha logrado cinco mayorías absolutas en esa comunidad.
Sánchez habló de un "plan premeditado de la derecha para hacer negocio con los derechos de la gente y desmantelar el Estado del Bienestar", de que los populares "quieren que los servicios se degraden para que no quede más remedio que recurrir a lo privado" y que con los presidentes autonómicos de la derecha "los grandes grupos inversores se forran".
"Vamos a defender con uñas y dientes el Estado del bienestar. Y vamos a hacerlo, por responsabilidad, por convicción y por patriotismo. España es lo público. Y ustedes, señorías del PP y de Vox, no van a destruirla. Sencillamente porque no les vamos a dejar", concluyó
Ese es el mensaje en el que insistirá en los próximos meses como alternativa al de la corrupción que la oposición impulsa desde hace meses frente al Gobierno.