el entonces 'president' Carlos Mazón y Miguel Tellado, entre Juanfran Pérez Llorca y Vicente Mompó, en un acto del PP en Valencia.

el entonces 'president' Carlos Mazón y Miguel Tellado, entre Juanfran Pérez Llorca y Vicente Mompó, en un acto del PP en Valencia. EP

Política LA DANA DEL SIGLO

Feijóo encauza a través de Abascal una negociación rápida en la Comunidad Valenciana para investir a Pérez Llorca

La dirección del PP nacional quiere un presidente interino para que el verdadero sucesor de Mazón y candidato en 2027 se elija en un congreso regional posterior.

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Las claves

Alberto Núñez Feijóo ha intervenido directamente para encauzar una negociación rápida entre PP y Vox en la Comunidad Valenciana tras la dimisión de Carlos Mazón.

PP y Vox buscan cerrar un acuerdo que permita una investidura inmediata de Juanfran Pérez Llorca como presidente interino, priorizando la estabilidad tras la crisis política y las recientes riadas.

Génova supervisa el proceso y opta por Pérez Llorca como solución provisional, mientras Vox reclama negociar "de igual a igual" y se muestra reticente ante imposiciones desde Madrid.

El plan del PP es evitar elecciones anticipadas y ganar tiempo hasta 2026, cuando se celebrará un congreso regional para elegir candidato de cara a las autonómicas de 2027.

Alberto Núñez Feijóo decidió este martes tomar las riendas del complejo proceso abierto en la Comunidad Valenciana tras la dimisión de Carlos Mazón. La llamada al líder de Vox, Santiago Abascal, ha servido para fijar la hoja de ruta.

El PP y Vox acordaron iniciar una negociación rápida con un objetivo común: lograr una investidura inmediata que garantice la "estabilidad" política.

La prioridad tanto para los populares como para Vox es que la crisis "no lastre la reconstrucción" en una autonomía golpeada por las riadas y muy sensible al bloqueo institucional. Los equipos de ambos partidos han subrayado la importancia de no demorar la recuperación ni abrir un incierto periodo electoral.

Por eso, la consigna de Feijóo es clara: agilizar unas conversaciones que permitan que haya pronto un nuevo presidente al frente de la Generalitat. Falta confirmar que Abascal cumpla su parte. Los populares, oficialmente, no lo ponen en duda. Pero cuentan con que Vox puede hacerse valer.

El líder popular deja el control de las primeras negociaciones en manos del PP de la Comunidad Valenciana, como gesto de respeto tras la presión de Mazón en favor del "protagonismo" autonómico.

Sin embargo, Génova se reserva la "supervisión" directa de cada paso. Y es que el equipo de Miguel Tellado, secretario general, sabe que la estrategia de Vox pasa por centralizar las decisiones en Madrid, en la sede de la calle Bambú, y no quieren sorpresas.

El contexto interno dentro del PP valenciano es clave para entender los movimientos. El conato de rebelión de los presidentes provinciales, encabezada por Juanfran Pérez Llorca el pasado viernes, generó malestar en la dirección nacional.

Tellado tuvo que advertir que no habría lugar para elecciones anticipadas ni para el impulso de Vicente Mompó, que carece de escaño y sólo podría aspirar a la presidencia mediante una cita con las urnas.

Provisionalidad... y Catalá

Por pragmatismo, y pese a las tensiones, Génova ha optado por Pérez Llorca como "candidato provisional".

Diputado autonómico y secretario general regional, Pérez Llorca tiene un punto extra para Vox: es el negociador habitual de todos los pactos en los últimos dos años (desde mayo de 2023).

Vox, por su parte, desconfía de movimientos oscuros desde Madrid. "Mazón no tenía problema en hablar con nosotros, pero otros barones y la propia Génova a veces no se sabe qué quieren", advierten desde Vox. Reclaman respeto y claridad, y rechazan que el PP les presente un candidato "como lentejas".

El equipo de Feijóo valora la opción de Pérez Llorca precisamente porque no le compromete para el futuro, ni en la Generalitat ni al frente del PPCV, ya que Mazón también puso su cargo en el partido a disposición de Feijóo. Génova sigue considerando a María José Catalá, alcaldesa de Valencia, como candidata idónea para el largo plazo.

Sin embargo, Catalá ha declinado el ofrecimiento por motivos familiares y de oportunidad política: si no le queda otra, prefiere liderar su propio proyecto en 2027, desligado del actual ciclo de crisis.

El plan de Feijóo es claro. Quiere un presidente interino que facilite la estabilidad inmediata y permita celebrar un congreso regional en 2026. Así, el partido podrá elegir al candidato real para las autonómicas de 2027 y a un nuevo líder autonómico (o preferentemente, lideresa).

Esta fórmula da tiempo al PP para recomponerse internamente, frenar la caída en encuestas y evitar elecciones anticipadas en un momento de máxima debilidad.

Cartas escondidas

Vox, sin embargo, se siente fuerte. Las encuestas le otorgan una subida significativa frente a un PP a la defensiva. Por eso exige negociar "de igual a igual" y no descarta explorar alternativas si las condiciones no le convencen.

Génova lo sabe y por eso no ha querido mostrar todas sus cartas: no se han dado nombres ni condiciones formales, mantienen un margen para modificar su apuesta si el partido de Abascal plantea alternativas inesperadas.

Las fuentes consultadas en el PP insisten en que todo sigue muy abierto y que la cordialidad de la llamada entre Feijóo y Abascal es el mejor aval de que habrá pacto. Pero advierten de que la prioridad absoluta es restablecer la gobernabilidad. "Si no hemos hablado de nombres, es que ése no es el debate", insisten.

Para ellos, lo importante es evitar cualquier escenario que lleve a elecciones anticipadas en marzo de 2026.

Sobre los acuerdos de fondo, el PP da por "vigentes" los actuales Presupuestos, aprobados en mayo, lo que les permite tener margen de maniobra sin abrir nuevas negociaciones complejas. Sostienen que las condiciones firmadas hace seis meses son "perfectamente válidas" para el ejercicio próximo.

Esto contradice la tesis de Feijóo de que "sin Presupuestos no se gobierna", pero responde a la necesidad interna de ganar tiempo y recomponer el partido tras la crisis que desató la dimisión de Mazón.

Desde Génova recalcan que el verdadero debate aún no se va a abordar: quién será el líder futuro del PP en la Comunidad Valenciana.

Pero, de momento, lo urgente es pactar con Vox un presidente interino y mantener viva la cooperación que permitió el Gobierno autonómico de coalición y la reconstrucción post-dana. El reto, insisten, es no defraudar la expectativa de estabilidad que exigen los valencianos y que el propio Feijóo necesita para su partido.