De izquierda a derecha: Miguel Tellado, Iván Espinosa de los Monteros, Cayetana Álvarez de Toledo y Juan Bravo.

De izquierda a derecha: Miguel Tellado, Iván Espinosa de los Monteros, Cayetana Álvarez de Toledo y Juan Bravo. Diseño: Arte EE

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Espinosa de los Monteros reúne a la cúpula del PP en la presentación de su 'think tank' entre los desprecios de Vox

Tellado, Bravo y Álvarez de Toledo arropan al exdirigente de Vox en la puesta de largo de Atenea, con exdirigentes de Ciudadanos y la intención de sumar a Albert Rivera, mientras Vox ignora la cita.

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El Partido Popular se vuelca con Iván Espinosa de los Monteros, en su regreso a la primera línea pública. El ex número dos de Vox lanza este jueves la fundación Atenea, un centro de pensamiento liberal-conservador con el que busca abrir un espacio de propuestas políticas destinado a trascender siglas.

La dirección popular le da la "bienvenida". Y desde el entorno de Alberto Núñez Feijóo se ha querido enviar un mensaje: junto al secretario general, Miguel Tellado, acudirán al acto Juan Bravo, vicesecretario de Hacienda, y Cayetana Álvarez de Toledo, portavoz adjunta y miembro del comité ejecutivo.

Estos dos últimos son, de hecho, amigos de Espinosa. Y fuentes de Génova reconocen que las ideas de Espinosa ya se han tenido en cuenta estos últimos años. Y citan asuntos tan sensibles como la productividad, la energía, la vivienda, la conciliación, las políticas sociales, o el rural.

La sala también contará con exdirigentes de Ciudadanos, el partido liberal hoy desaparecido de los focos.

Es más, según ha podido saber este diario, Atenea tendrá probablemente entre sus colaboradores a Albert Rivera, que ha mantenido contacto en los últimos meses con el ex dirigente de Vox.

Se trata de una apuesta personal de Espinosa: sumar, entre otros, al expresidente naranja a un laboratorio de ideas que quiere convertirse en referente para el espacio liberal-conservador.

Entretanto, es llamativo que la dirección de Vox dará la espalda a la cita. Ningún dirigente de primer nivel estará en la presentación. Él mismo envió las invitaciones a miembros de la dirección, que excusaron su asistencia alegando que tenían un acto en Barcelona.

Iván Espinosa de los Monteros y Cayetana Álvarez de Toledo, junto a Paloma Segrelles, en un acto del Club Siglo XXI.

Iván Espinosa de los Monteros y Cayetana Álvarez de Toledo, junto a Paloma Segrelles, en un acto del Club Siglo XXI. CSXXI

Pero lo cierto es que la ausencia prevista de cualquier rostro vinculado al partido al que aún pertenece Espinosa de los Monteros confirma la brecha abierta con la deriva tomada por Santiago Abascal.

De liberal-conservador a nacionalista

Cuando Espinosa ocupaba puestos de responsabilidad en Vox, la formación aspiraba a ser un partido institucional y alineado con la derecha europea. 

Vox, entonces, buscaba su encaje en el grupo europeo de Conservadores y Reformistas (ECR). Él mismo presumía de que el partido ocupara ese espacio en la alianza "impulsada en su día por Margaret Thatcher" y su Partido Conservador británico.

Allí, Vox encabezaba la delegación junto a los polacos de Ley y Justicia (PiS) y luego, con los Fratelli d'Italia, de Giorgia Meloni.

El espacio era visto por Espinosa como un reflejo de lo que quería construir en España: una derecha liberal-conservadora. Es decir, europeísta y con discurso económico liberal: "Un partido donde hay gente muy sensata y prudente", proclamaba.

Hoy el rumbo es otro. Desde 2023, el partido de Abascal dejó el ECR para integrarse en Patriots, el grupo liderado por el húngaro Viktor Orbán, que agrupa a formaciones nacionalistas.

El núcleo ideológico hoy es puramente identitario, escéptico con la UE, y con posiciones más cercanas a Moscú. Patriots, vinculado al actual partido Republicano de Donald Trump en EEUU, cuestiona los consensos básicos en política exterior, economía e inmigración.

Ese salto refleja no sólo un cambio de alianzas en Bruselas, sino un viraje doctrinal interno.

Con Espinosa al frente, se defendía el libre mercado, la inmigración ordenada y la solidez del vínculo occidental.

Vox ha girado hacia posiciones más proteccionistas en economía. Incluso en materia de vivienda, el partido defiende restricciones a la demanda extranjera, una medida intervencionista que el propio ex portavoz hubiese rechazado con contundencia. Como otro tipo de recortes al mercado único de la UE.

En 2019 y 2020, Espinosa sostuvo un discurso a favor de la inmigración legal y cualificada. Hoy Vox habla de "remigración" y los de Abascal cifran en ocho millones las expulsiones que considera necesarias, sin distinción de origen ni conducta.

Rusia y el bloque occidental

La ambigüedad en política exterior se ha adueñado del partido de derecha extrema. Espinosa sigue defendiendo lo que decía Vox en 2022, tras la invasión de Ucrania: la necesidad de apoyar sin fisuras a Ucrania.

Consideraba que al "defender las fronteras de Ucrania" se reforzaba "la legitimidad de exigir el mismo respeto para Ceuta, Melilla o aguas territoriales españolas".

Hoy Vox evita respaldar resoluciones europeas de apoyo a Volodímir Zelenski. En foros internacionales como la CPAC, Abascal ha acusado directamente a la UE de tener la culpa en el estallido de la guerra, alineándose con el discurso de Trump.

Esa mutación marca una distancia irreconciliable entre la etapa en la que Vox todavía se reconocía en el marco atlántico y en un conservadurismo compatible con Washington y Bruselas, frente a un presente en que la formación ha asumido marcos discursivos propios del trumpismo y del orbanismo.

Génova, expectante

En el PP se observa la fundación Atenea con interés. Algunos cargos admiten que las ideas que empiezan a circular pueden tener eco en las prioridades del programa popular. El entorno de Feijóo quiere aprovechar la transferencia de talento en un momento político incierto.

De hecho, en los últimos años, algunos de los informes de Espinosa ya han circulado internamente. Su perfil técnico y su sólida formación en economía encajan en la estrategia de renovación ideológica que Feijóo quiere dar al partido.

El regreso con focos de Espinosa no busca, según su entorno, entrar en ninguna contienda partidista.

Al contrario, pretende servir de ligazón, a base de propuestas concretas desde el espectro ideológico del centro derecha, para abrir un espacio de reflexión que pueda nutrir a varios actores políticos.

Ahora, no sólo Vox se quedará fuera del evento, también el liberalismo se ha quedado fuera de Vox, según fuentes del PP. 

Y el mismo contraste se observa en la estrategia política interna.

Cuando todavía miraba a la bancada popular como socio prioritario, Espinosa reclamaba "acuerdos de gobierno estables" y colaboración estratégica. Ahora, Vox ha roto con el PP en comunidades autónomas y centra sus ataques también en Génova.

De hecho, este miércoles en el que el juez Peinado ha decretado jurado popular para el juicio por malversación de Begoña Gómez, la esposa de Pedro Sánchez, Vox no ha emitido un solo comentario al respecto. 

Tampoco hubo manifestación alguna sobre la reprobación de la ministra de Igualdad en el Congeso, tras el escándalo de las pulseras antimaltrato. Pero sí atacó en X a Mariano Rajoy y a Isabel Díaz Ayuso.

Este contraste ideológico está acercando a Espinosa al PP, para regocijo de los de Feijóo, y a los liberales descolgados de Cs. 

Para los populares, Atenea ofrece algo más que un aliado: una plataforma de ideas que conecta con los consensos de Bruselas, y con el mismo espacio que intenta ocupar Meloni en Italia. Ella lidera al ECR, formación a la que el PPE trata de atraer... en una estrategia similar a la aplicada en España con Espinosa.