La ministra de Igualdad, Ana Redondo y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una imagen de archivo.

La ministra de Igualdad, Ana Redondo y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una imagen de archivo. Eduardo Parra Europa Press

Política

El PSOE parte sin apoyos para abolir la prostitución en plena sangría del voto femenino por Salazar, las saunas y 'sobrinas'

La mayoría de sus socios abandonaron al PSOE cuando intentó tramitar, hace un año, una iniciativa similar para prohibir el proxenetismo.

El Gobierno recupera ahora la idea para salir al paso de los escándalos protagonizados por el entorno político más cercano al presidente.

Más información: Feijóo decidió hablar de los prostíbulos de la familia de Sánchez cuando Cerdán entró en la cárcel: "Se acabó la piedad"

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El Gobierno de Pedro Sánchez remitirá de nuevo a las Cortes tras el verano un proyecto de ley para abolir la prostitución, con el fin de recomponer el discurso feminista del PSOE tras los escándalos sexuales del 'caso Koldo', Paco Salazar y los 'prostíbulos' de la familia política del presidente.

Parece ser un gesto eminentemente cosmético pues, a día de hoy, el Ejecutivo no tiene garantizado el apoyo de ninguno de los grupos parlamentarios (salvo el PSOE) para sacar adelante la medida.

Sólo cinco días después de que salieran a la luz los audios de Koldo García en los que elegía prostitutas con José Luis Ábalos, la ministra de Igualdad, Ana Redondo, anunció que el Gobierno llevará en septiembre al Consejo de Ministros la nueva propuesta para abolir la prostitución.

Un movimiento con el que el PSOE espera revertir la sangría de voto femenino tras los últimos escándalos. Porque, como informó EL ESPAÑOL el pasado 22 de junio, el 70% de las mujeres ya creía entonces que Sánchez debía dimitir como presidente del Gobierno, tras el informe de la UCO sobre Santos Cerdán.

Este diario publicó el sondeo cuando todavía no había trascendido la renuncia de Paco Salazar al cargo de adjunto de la secretaría de Organización del PSOE por supuestos casos de abusos sexuales a mujeres en Moncloa y en el propio partido.

Indefinidos oficialmente

Y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, aún no había echado en cara a Sánchez que se haya beneficiado "a título lucrativo" de los negocios de encuentros sexuales de su familia política.

La mayoría de los grupos parlamentarios, de momento, evitan adelantar oficialmente el sentido de su voto, a la espera de conocer el detalle de la nueva propuesta.

Pero el precedente es la propuesta contra el proxenetismo que ya pasó por el Congreso en mayo de 2024. Aquel texto sólo alcanzó el apoyo de los representantes del PSOE, de BNG, de Coalición Canaria y de UPN.

Estos tres últimos partidos conviven en el Grupo Mixto, hoy, con el exministro José Luis Ábalos, al que concierne de un modo muy cercano esta cuestión.

La Cámara rechazó la toma en consideración del texto, que recibió el voto en contra del PP, de Sumar, de ERC, de Junts, de PNV y de Bildu. Es decir, se alinearon con el PP casi todos los socios del Gobierno. Por su parte, Vox y Podemos optaron por abstenerse.

Esta derrota parlamentaria tuvo un especial valor simbólico para el PSOE, pues se trataba de una de sus promesas electorales más emblemáticas.

Sin apoyos

¿El motivo? Varios grupos reprocharon el carácter "electoralista" de la norma, así como la falta de medidas para facilitar la inserción social de las mujeres (y hombres) que ejercen la prostitución.

Sumar votó en contra del texto también por considerar que condenaba "a mayor precariedad" a las mujeres en prostitución.

El grupo de Yolanda Díaz describió la propuesta del PSOE como "punitivista, que castiga y persigue a las prostitutas", sin "abordar soluciones estructurales" para las mujeres. Una postura con la que coincidieron PNV, ERC, Junts y Bildu.

También Vox y Podemos que, pese a abstenerse en la votación, compartieron discursos parecidos.

La portavoz de Vox, María Ruiz, declaró entonces que "la prohibición por la prohibición no sirve, si no ofrecemos alternativas", aunque sostuvo una postura ideológicamente abolicionista al decir que "la prostitución es un mal, no es moralmente bueno".

En su programa electoral del 23-J, el PP prometía una "ley orgánica integral de lucha contra la trata con fines de explotación sexual". Esta posición no implica, necesariamente, la prohibición total de la prostitución que promete el PSOE.

En entrevista con EL ESPAÑOL el pasado 22 de junio, la eurodiputada de Podemos Irene Montero defendió que "abolición de la prostitución significa papeles para todas, significa derecho a la vivienda, o sea, casas."

"Significa trabajo, formación, significa que las mujeres en contextos de prostitución y las mujeres víctimas de trata o víctimas de explotación sexual tengan garantizados sus derechos", añadió.

La exministra de Igualdad explicó que Podemos volverá a votar en contra si el texto que el PSOE formule en septiembre es el mismo que ya presentaron el curso pasado.

"Nosotras no pensamos que con una reforma del Código Penal que pone más en riesgo a las mujeres que están en contextos de prostitución, se vaya a abolir la prostitución. Hay que atreverse de verdad a ir contra la industria proxeneta", defendió Montero.

El resultado de la nueva iniciativa del Gobierno, por tanto, parece poco halagüeño.

Pero sobre todo responde a una estrategia para salir al paso de los escándalos que han salpicado al exministro José Luis Ábalos, su asesor Koldo García y el también socialista Paco Salazar, que era uno de los más estrechos colaboradores de Pedro Sánchez en el Gabinete de Presidencia de la Moncloa.

Por ello, Feijóo decidió apuntar directamente a la "hipocresía" del presidente Pedro Sánchez, al acusarle desde la tribuna del Congreso de ser "partícipe a título lucrativo del abominable negocio de la prostitución", por las saunas y prostíbulos que regentaba su suegro.

Pero, ya en la última sesión de control al Gobierno de este periodo, la vicepresidenta María Jesús Montero se dirigió a la bancada popular para preguntarles "qué van a votar cuando el Gobierno traiga al Congreso la ley para la abolición de la prostitución".

La realidad es que el PSOE sabe que, de inicio, parte sin apoyos en ese pulso.